Andoni Ortuzar: «Las coaliciones PNV-PSE perdurarán porque dan estabilidad al país»
«El riesgo es que las personas que nos votaban y que ahora se han abstenido en el futuro acaben en otros partidos»
Andoni Ortuzar nos recibe en su despacho de Sabin Etxea, en Bilbao, el pasado viernes pocos minutos después de que se hiciera público el ... pacto entre PNV y PSE para gobernar las diputaciones y los ayuntamientos hasta 2027. El presidente del EBB se muestra satisfecho por un acuerdo que dará «estabilidad» a las instituciones, pero no oculta a su vez su disgusto por unos resultados electorales que en Gipuzkoa les han llevado a ser superados por EH Bildu. No obstante, Ortuzar avisa a la coalición de que no debería mostrarse tan «triunfalista», porque comienza a sufrir desgaste «en alguna de sus plazas fuertes».
– Han llegado al acuerdo con una inusitada rapidez...
– La relación entre PNV y PSE viene muy rodada. La valoración de los últimos cuatro años, quitando chispazos mínimos, es muy positiva porque ha dado estabilidad en las instituciones en momentos complicados, como una pandemia, una crisis económica y un escenario internacional complicado. Hemos acordado un marco para que nuestra gente sepa en cada institución o pueblo a qué atenerse en función de su idiosincrasia.
– ¿Ese marco supone que PNV y PSE se apoyarán mutuamente sin excepciones?
– Así es. La lista más votada de entre estos dos partidos es la que goza de legitimidad para aspirar a la alcaldía.
– ¿Este apoyo mutuo conlleva entrar en el Gobierno?
– Eso dependerá de cada ayuntamiento, pero como recomendación general sería bueno que fuera así, aunque existen otras fórmulas como los pactos de legislatura o el apoyo a los presupuestos.
– ¿En Irun y Eibar entrará el PNV en gobiernos con alcalde del PSE?
– Se verá en cada uno de ellos. La recomendación es que sea así.
«Yo que ellos no me mostraría tan triunfalista. En algunas de sus plazas fuertes ya empiezan a sufrir desgaste»
– El PNV ha perdido 86.000 votos, de ellos 25.000 en Gipuzkoa. ¿Se han encendido las alarmas en su partido por este revés?
– Sí, son muchos votos. Hemos recibido un toque de atención. Está claro que una parte de nuestro electorado no ha ido a votar, y ello pese a que hemos hecho un llamamiento para que acudieran a las urnas. Hemos oído el mensaje y nos obliga a hacer autocrítica. Esta es la parte negativa. La positiva es que se han quedado en sus casas, no han ido a otra opción política.
– ¿No puede ser la antesala de que parte de esta abstención acabe en EH Bildu?
– Ese es el riesgo a conjurar, que la abstención que hemos sufrido se decante por EH Bildu. Para ello debemos ser capaces de encontrar la razones para poder corregirlas. Uno puede tener intuiciones, pero hay que intentar ser científicos.
– ¿Cuáles son sus intuiciones?
– Si no han votado es porque no se han sentido motivados por nuestra oferta. Es decir, les hemos defraudado bien porque no hemos hecho lo que querían que hiciéramos o lo que hemos hecho no les han gustado. El desgaste de la gestión es evidente, les ha pasado a todos los partidos de gobierno, como el PSOE o ERC. Por otra parte, una parte de los ciudadanos no era consciente de que en estas elecciones había mucho en juego. Salió buen día, las encuestas decían que el PNV iba a ganar de calle.... La gente pensó: me puedo ir a la playa y luego tomar el vermú y la rabas que no va a pasar nada. También están las cuestiones concretas. Si se quiere construir un Metro hay que hacer obras y eso molesta.
«El sistema prima a quien consigue más apoyos, no a quien haya sacado más votos en las elecciones»
– ¿Se refiere al Topo?
– Sí, por ejemplo.
– ¿Entre estas cuestiones concretas figura la crisis de Osakidetza, el tráfico en Donostia o la polémica por las matriculaciones en los centros escolares?
– Sí claro, para lo bueno y para lo malo la sigla PNV va asociada a todas las instituciones.
– ¿Estamos ante un cambio de ciclo político, como afirma Arnaldo Otegi?
– Hemos vuelto a la Gipuzkoa de 2011. Aquel año, lo que ahora es EH Bildu, es decir, la suma de Bildu y Aralar, lograron el 39% de los votos. En 2011 ya se habló de cambio de ciclo, pero en todo caso fue muy corto, porque en cuatro años la situación cambió. Para que haya un cambio de ciclo tendrían que habernos ganado en el conjunto de Euskadi y una parte significativa de nuestro electorado haberse pasado a EH Bildu. No ha pasado ninguna de las dos cosas. Seguimos siendo la primera fuerza del país, a decenas de miles de votos de ellos. Por ejemplo, se habla mucho de las subida de EH Bildu en Vitoria, pero han sido solo 400 votos. El problema es que nosotros hemos perdido 7.000.
– ¿Y ha habido un cambio de ciclo circunscrito a Gipuzkoa? EH Bildu ha crecido en 4.300 votos respecto a 2019.
– Podemos en su momento le hizo daño a EH Bildu. Ahora ha perdido 40.000 votos, una parte en Gipuzkoa, pero no todos ellos han ido a EH Bildu. La coalición no está teniendo capacidad para penetrar en otras formaciones. Yo no me mostraría tan triunfalista, porque en un supuesto de vuelta a una participación por encima del 65% EH Bildu volvería a la casilla de salida.
– Basta mirar el mapa de Gipuzkoa para ver que en la mayor parte de las localidades y en la Diputación ganó EH Bildu...
– Pero no se debe tanto a la marea de subida de EH Bildu como a la bajamar nuestra. Esto no ha sido un triunfo de EH Bildu, sino que obedece a una pérdida de votos del PNV.
– ¿Una de las razones puede ser que los jóvenes que se incorporan a votar se inclinan más hacia la coalición soberanista?
– El mayor bloque de abstencionistas se encuentra entre los jóvenes. Por otra parte, EH Bildu tiene el fenómeno GKS. Cuando decía que no deberían ser tan triunfalistas, lo digo también porque en algunas plazas fuertes están sufriendo un desgaste.
«Según ha ido pasando la semana se han vuelto como el Tío Gilito, lo que era gratis ahora es a doblón real»
– ¿Por qué en esta ocasión han llegado a acuerdos con el PSE para liderar la Diputación, cuando en 2011 podían haber hecho lo mismo pero permitieron que gobernara EH Bildu?
– Veníamos de una situación política muy compleja. El PSOE y el PP habían hecho un pacto meses antes para desalojarnos de Ajuria Enea. Además, salíamos de una ilegalización de partidos políticos. A la postre, la gestión de EH Bildu fue un fiasco y la de Patxi López también fue penalizada en las urnas. Ahora ya sabemos de lo que es capaz EH Bildu cuando gobierna. El daño que hizo durante cuatro años al tejido institucional y a la confianza en el territorio no hay que repetirlo. Pusieron Gipuzkoa patas arriba.
– ¿Va a ser difícil de explicar que Eider Mendoza vaya a ser la diputada general en lugar de Maddalen Iriarte, que fue la que ganó las elecciones?
– Tenemos un sistema que prima a quien cuenta con más apoyos, no a quien haya sacado más votos en las elecciones. La clave está en quién es capaz de tejer más entendimientos. En Gipuzkoa el acuerdo entre PNV y PSE suma 15.000 votos más de apoyo que el bloque de EH Bildu y Podemos. Por tanto, contamos con más legitimidad democrática, aunque en escaños haya un empate a 24.
– Pero necesitarán al PP para que Mendoza sea investida...
– Bueno, o los votos de Podemos. No descartemos nada.
– Feijóo ofreció sus votos gratis y el PP de Gipuzkoa condiciona su apoyo a Mendoza. ¿Por qué han rechazado esta propuesta?
– No es gratis. Hoy mismo (por el viernes) acabo de escuchar en la radio que piden un departamento, el de Deportes. El PP debe aclararse. A medida que ha ido pasando la semana les ha pasado como al tío Gilito y lo que era 'gratis et amore' ahora va a ser a doblón real. En ese chalaneo no vamos a entrar. Además, hay que tener coherencia. No puede ser que el PP esté en bronca permanente en todas partes con el PSE y ahora quiera entrar aquí con ellos. Si el Gobierno de Sánchez era Frankenstein el nuestro no sé si sería Frankenstein, la Masa o qué.
«En Irun y Eibar se verá si el PNV entra en sus gobiernos. La recomendación es que sea así»
– ¿El escenario más probable será un gobierno en minoría PNV-PSE, liderado por Mendoza, con apoyos puntuales externos de EH Bildu, PP o Podemos?
– Con quien sea. Hemos alcanzado acuerdos con EH Bildu y con Podemos. La gobernabilidad, como los arroyos, encuentra un camino u otro, pero siempre con cierta coherencia.
– ¿Tal y como está el panorama, se puede prever que las coaliciones del PNV y el PSE perdurarán?
– Sí, tendrán largo recorrido porque es la fórmula que da estabilidad al país y que permite que todas las instituciones puedan trabajar con una línea estratégica común. Vamos a ser razonables. De lo que se trata es de que las instituciones funcionen bien y la mejor manera de garantizarlo es la fórmula PNV-PSE, y donde haga falta apertura a pactar con terceros.
– A más largo plazo. ¿ve posible una confluencia PNV-EH Bildu para llevar adelante, por ejemplo, un procés a la vasca?
– Son planos diferentes. Una cosa son las instituciones y otra proyectos a medio-largo plazo sobre el modelo de autogobierno.
– ¿Ve necesario activar a corto plazo el nuevo estatus?
– Depende de lo que pase en el Estado y luego en las elecciones vascas. Contábamos con una hoja de ruta y estamos decepcionados con Sánchez. Primero cerrábamos el Estatuto en base a un calendario que él puso sobre la mesa y que no ha respetado, y luego nos emplazábamos a un acuerdo entre vascos y después con el Estado. Seguimos teniendo deberes pendientes.
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