El pulso en Mondragon se recrudece y Ulma acusa al Grupo de manipular a sus socios
La firma oñatiarra carga contra la Corporación por su «injerencia sin precedentes» y por buscar condicionar la votación sobre la salida del grupo
Guerra intestina y abierta en el Grupo Mondragon. Ulma, conglomerado conformado por nueve negocios distintos, cargó este martes con dureza contra «los dirigentes» de la ... Corporación, a los que acusó de desarrollar en los últimos días una «agresiva campaña de comunicación contra la libertad de adhesión» de los 2.789 socios que conforman el grupo de Oñati en un intento por manipularles.
Algo que, explicaron fuentes oficiales de Ulma, le reafirma en «la necesidad de proteger su autonomía de gobierno frente a una injerencia sin precedentes contra la autonomía de gestión del movimiento cooperativo en Euskadi». Orona, compañera de viaje de Ulma en su apuesta por abandonar la Corporación Mondragon, permaneció este martes en silencio y al margen de los intensos mensajes llegados desde Oñati.
Mensajes que la firma también trasladó a sus propios socios, apenas 24 horas después de que Mondragon enviara una comunicación a todas las cooperativas del Grupo en la que aseguraba su disposición a negociar sobre las pretensiones de Ulma y Orona de salir del Grupo siempre que, dada la entidad de ese movimiento, se hiciera en tiempo y forma, respetando las normas congresuales y los procesos internos del Grupo mediante «un trabajo y reflexión serenos, profundos y muy participativos».
La oferta de diálogo de Mondragon y sus explicaciones de que la propuesta de Orona y Ulma llegó mal y tarde al Congreso de Mondragon fueron de este modo rechazadas este martes por el grupo de Oñati, cuyos responsables aseguraron, a través de un comunicado, que el mensaje no fue transmitido al conjunto de las cooperativas «de una forma íntegra y veraz».
Junto a esto, Ulma criticó también que, aún antes de haber convocado las pertinentes asambleas para 'desconectarse' de Mondragon y «sin permitir que concluyese el proceso de reflexión», los cooperativistas de Oñati «han sido objeto de una campaña de presión por parte de los responsables de Mondragon».
«No deseamos contribuir a un clima nocivo que solo puede perjudicar al cooperativismo vasco, pero tampoco vamos a permitir que nadie ataque de forma tan agresiva a nuestra capacidad de decisión», sentenció Ulma a sus socios en el comunicado distribuido de forma interna.
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La seriedad de la posición de Ulma frente a la Corporación Mondragon y sus gestiones incluye una acusación directa al Grupo de protagonizar «un ataque contra los tres primeros principios cooperativos» del propio Mondragon: «La libertad de adhesión, la participación democrática y la soberanía del trabajo». Algo que, añade el conglomerado oñatiarra, le reafirma en su apuesta por defenderse de un ataque que, asegura, «amenaza la fortaleza» de su proyecto industrial.
Mondragon se reafirma
A media tarde de este martes, y después de que la misiva y la nota oficial de Ulma corriera como la pólvora en el universo cooperativo guipuzcoano, la Corporación Mondragon, que no quiso entrar en el cuerpo a cuerpo, se reafirmó «al cien por cien» en la comunicación enviada la víspera a todas sus cooperativas. De la misma forma, el Grupo pilotado por Iñigo Ucín reiteró su «disposición al diálogo» sosegado con Ulma y Orona, dentro de las normas y tempos habituales de sus órganos.
Ulma defendió la pertinencia y coherencia de sus aspiraciones a la hora de cortar el hilo con la Corporación. Un órdago que Mondragon aseguró que llegaba tarde, mal y como una «exigencia», y que cambiaba «la propia concepción» del Grupo al significar «la mayor revisión de cuantas se han realizado por el Congreso desde su constitución». Era, según fuentes del Grupo, una suerte de 'Mondragon a la carta' con una ligazón menor y revisable cada año, en una relación sustanciada en un convenio y ajena a las normas congresuales.
En base a esa notable entidad del desafío, añadía el Grupo de Arrasate, la eventual salida de ambas cooperativas «requeriría de un proceso de trabajo y reflexión sereno, profundo y muy participativo». Dicho de otro modo, de una ponencia en toda regla a tratar en, supuestamente, otro Congreso diferente.
Ulma defendió este martes las bondades de su propuesta que, apuntó, «consistía en facilitar a todas las cooperativas que lo considerasen un modelo basado en convenios de intercooperación». «Mondragon rechazó de forma categórica presentar esa propuesta como ponencia al Congreso, a pesar de que fue entregada dentro de los rígidos plazos y formas establecidos por el reglamento», afirmó ayer Ulma.
«Terribles esfuerzos»
Ulma resaltó que ha contribuido al modelo del Mondragon Corporativo «desde sus orígenes, hace 60 años» pero que solo lleva 20 en las estructuras del Grupo, un tiempo en el que se habría visto obligado a promover continuos cambios en la gobernanza para «superar las injerencias» que le impedían ser un grupo fuerte.
Y puso como ejemplo los «terribles esfuerzos» para la creación de Ulma Inversiones (un fondo propio, al margen del común de todas las cooperativas, que también tiene Orona). La firma concluye su mensaje resaltando que no dejará de aportar a los «grandes proyectos» del Mondragon cooperativo (que limita a Lagun Aro, Laboral Kutxa y Mondragon Unibertsitatea). Y asegura que su propuesta «no supone riesgo alguno» para esa parte del Grupo. Así, cifra en 1,8 millones el impacto económico de su gesto.
La votación se producirá el próximo 16 de diciembre
Ulma explicó ayer que, tras celebrar 38 reuniones informativas con sus socios (2.789 repartidos en nueve unidades de negocio), ha decidido «convocar de manera formal» una asamblea extraordinaria el 16 de diciembre en la que se propondrá «aprobar un nuevo modelo relacional» con Mondragon» que consiste en «acordar su baja» en la Corporación. La firma de Oñati propondrá a sus socios lo siguiente: instruir a su consejo rector «para que trate de promover colaboraciones futuras con Mondragon para el desarrollo del modelo cooperativo» y para que impulse el desarrollo normativo para que lo aportado a los fondos de la Fundación Mondragon «se pueda seguir destinando al desarrollo del movimiento cooperativo».
Mendoza sostiene que corresponde a Ulma y Orona tomar su decisión
La Diputación de Gipuzkoa ha sido la última en pronunciarse sobre la crisis abierta en la Corporación Mondragon. La portavoz foral, Eider Mendoza, respondió este martes a una pregunta lanzada por este periódico en el Consejo de Gobierno y aseguró que «es una decisión que atañe a la Corporación y a las empresas que la constituyen. Para la Diputación, independientemente de lo que ocurra, lo importante es que Gipuzkoa cuente con un tejido empresarial fuerte que ayude a sostener y mantener el sistema de bienestar del territorio», en línea con las declaraciones de la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, la semana pasada.
Mendoza incidió en que la Corporación Mondragon «cuenta con una trayectoria histórica en cuanto al trabajo compartido de gobernanza colaborativa. Desde luego es algo también importante para el territorio de Gipuzkoa».
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