Eduardo Junquera: «La Administración ha de endeudarse como nunca, la situación es extraordinaria»

- Adegi ha celebrado esta semana su asamblea anual. ¿Qué ambiente se respira entre el empresariado guipuzcoano?

- En la asamblea hicimos una encuesta sobre la marcha, y la gente se demostró realista, pero también optimista.

- Realistas, en la peor situación que hayamos vivido, según la propia Adegi…

- Los datos son los peores de nuestra historia. Ha sido una paralización voluntaria de la economía. Esto no había pasado nunca. Sabemos que el horizonte no es bueno, pero esta crisis es finita. Todo el mundo habla de un año o dos. No mucho más allá.

- Dicen ustedes que la propuesta de ELA de complementar los salarios más modestos en los ERTE para salvar empresas va «en la buena dirección»…

- Los dos activos en los que se sustenta cualquier sociedad son las empresas y las personas. Y lo mismo que en la crisis sanitaria, con las limitaciones que hayamos tenido, hemos hecho todo el esfuerzo para dar oxígeno a las personas, y hemos puesto toda la carne en el asador, ahora, en la crisis económica, quien necesita el oxígeno es la empresa.

- ¿Cómo financiar esa medida?

- Es un esfuerzo que, inicialmente, a lo mejor, los que pueden canalizarlo, son los que tienen el motor que aún funciona tras pararse los del consumo, la inversión y la exportación. Hablo del gasto público, de las Administraciones. En Europa están pensando incluso en regalar dinero para soportar a las empresas.

- ¿Y quién pagará la factura? ELA propone que sean solo ustedes…

- Su planteamiento está alineado con los que hacemos nosotros, otra cosa es la financiación. Creemos que tiene que ser un esfuerzo colectivo: empresas, personas y Administración. Cuando todo pase, haremos un inventario de los daños y esa factura la tendremos que pagar entre todos, porque todos salimos beneficiados.

-¿Qué sectores le preocupan?

- Primero entraron el pequeño comercio y la hostelería, aunque también otros que pasaron desapercibidos, como la aeronáutica. Lamentablemente, no podemos hacer un plan Renove para incentivar la compra de aviones. En este caso se ocuparán los Estados, impidiendo que caigan las grandes aerolíneas. Piense que será uno de los últimos sectores en recuperarse. Para los coches, sí se puede; se está haciendo y hay que hacerlo. Donde las Administraciones puedan actuar, deben hacerlo. Con todo lo que puedan. Tienen que endeudarse como nunca, porque la situación es extraordinaria. No podemos mantener la ortodoxia.

- ¿Qué esperan los empresarios del 'superplan' del Gobierno central para la automoción?

- Ya venía siendo un sector con su propia crisis antes del coronavirus, con un cambio de paradigma hacia lo eléctrico y un cierto revuelo tras intervenciones poco afortunadas censurando el diésel. Creo que se empieza a recuperar poco a poco.

- ¿Y el regreso de algunos grandes fabricantes a su sus países?

- Eso es una visión muy cortoplacista. En mi opinión, lo único que puede frenar que se lleven a una compañía asentada aquí a su país de origen es la competitividad. Ahí tenemos que centrarnos.

-¿Qué tiene que tener ese plan?

- ¿Qué les dimos en su día a las multinacionales para que se asentaran aquí? Confianza, un marco de no turbulencias y competitividad. De todos modos, hay mucho ruido de fondo, pero no creo que vaya a haber una estampida de fabricantes de coches. El caso de Nissan es diferente; ya era una planta que no era competitiva.

- ¿Convendría alargar los ERTE más allá del 30 de junio?

- Evidentemente, el ERTE lo que evita es el ERE. Sin esta herramienta, posiblemente las personas que hoy no figuran en el paro estarían en él. Sí convendría.

- ¿Temen ustedes un aluvión de concursos de acreedores?

-Yo soy optimista. La actividad la vamos a ir recuperando ahora a mayor velocidad. Eso si no tenemos un rebrote grandísimo que nos obligue de nuevo a confinarnos. Después de endeudarse y de hacer los esfuerzos que están haciendo, si las empresas tuvieran que volver a parar eso sería la puntilla. Eso no va a suceder, puesto que en la parte de salud se ha avanzado y se tiene un mayor conocimiento sobre el virus.

-¿Son suficientes los 1.000 millones de la línea de avales del Gobierno Vasco y Elkargi?

- De momento, son suficientes. Pero hay que ver en los próximos meses cuál es la demanda. Mi opinión particular es que será necesario ampliar esa línea. No debemos de regatear el oxígeno. Si hacen falta 1.500 o 2.000 millones deberemos aportarlos. Más allá del automóvil, el aeronáutico o la máquina-herramienta, va a haber otras industrias afectadas y también pedirán. Hay que seguir aplicando la misma medicina.

-¿Le consta que ha habido bancos que han usado líneas ICO para cubrir riesgos que ya tenían con sus empresas clientes?

- Efectivamente. Es una tentación típica en tiempos de crisis. La banca te da paraguas cuando hace sol y al llover viene a quitártelos. Sería deseable vigilarlo, aunque no queda en nuestras manos. Pero está mal que se le quite el oxígeno a quien lo necesita.

- Confebask ha propuesto al Gobierno Vasco utilizar los impuestos de gestión propia para generar recursos contra el Covid…

- Es lo que le digo. Hay una factura que habrá que pagar. Hasta donde yo sé, Confebask ha trasladado una especie de borrador al Gobierno Vasco para su debate. Ha habido diferentes interpretaciones. No hemos llegado a debatirlo en Confebask. No ha habido lugar para el debate.

- ¿Adegi es partidario de usar esos tributos?

- Adegi es partidario de buscar una solución que sea compartida entre todos los que puedan aportar. Lo que está claro es que no proponemos una subida de impuestos, pero sí sería bueno que temporalmente toda la sociedad, todos los que son capaces de aportar riqueza, de una forma justa y equitativa, hiciese frente a ese recargo que tiene que ser limitado en el tiempo. Unos años.

- ¿Cómo valoran las medidas aprobadas por la Diputación Foral de Gipuzkoa? ¿Echan en falta armonización, al menos en el ritmo, entre los territorios?

- La Diputación ha entendido perfectamente la gravedad de la crisis económica que afrontamos, y me consta, así me lo comentan las empresas, que ha hecho todo lo que podía hacer desde sus competencias. Creo que lo están haciendo bien. No tengo datos sobre si han ido acompasadas o no. En todo caso, siempre es deseable una armonización.

- ¿Qué le sugiere la posibilidad de una derogación íntegra de la reforma laboral?

- En la sinfonía que nos toca vivir, eso desafina completamente. En este momento, las empresas necesitan la flexibilidad suficiente para superar esta crisis y las personas, la seguridad suficiente para mantener sus proyectos familiares. Una contrareforma, que podría introducir mayor rigidez y mayor prudencia por parte del empresariado a la hora de contratar, sería contraproducente. No puedo juzgar el ahora, pero esa reforma fue muy efectiva en la crisis anterior.

- Unidas Podemos lleva un tiempo flirteando con las nacionalizaciones de empresas...

- Eso me suena a pasados muy pasados, en los que en España había empresas nacionales que eran sinónimo de falta de competitividad. Me lleva a ver países en los que esa ideología no ha dado los frutos que teóricamente se pretende alcanzar. En definitiva, me suena a equivocación. Europa, a la que vamos a tener que acudir, no comprendería siquiera que abriéramos esos debates.

- ¿Se queda coja la mesa socioeconómica promovida por el lehendakari Urkullu sin ELA ni LAB sentadas en ella?

- Lo ideal sería que hubiera realmente una alineación de todos los agentes sociales, y ELA y LAB representan a la mayoría sindical en este país. Siempre hay una pérdida si la mayor parte no está en los foros. Todos deberían hacer una reflexión para buscar puntos de encuentro. En los momentos más difíciles es cuando hay que ser más generoso y más se conoce a personas e instituciones.

- ¿La crispación política que se ve en España puede complicar la recuperación económica?

-El que se utilice en Covid como arma arrojadiza, me causa pena. Así no damos la nota. Si ir más lejos, en Portugal la oposición ha trabajado hombro con hombro con el Gobierno para combatir la crisis. Lamentablemente, la situación política, no en Euskadi pero sí en el Estado, va a otra cosa. Hay que tener otra altura de miras.