«Ha sido de lo más emocionante»
A los familiares y amigos de Garciandia y Odriozola les esperan días de celebraciones tras vivir el bronce desde el estadio y sus pueblos
San Sebastián
Lunes, 12 de agosto 2024, 06:39
Entre los 17.242 espectadores que presenciaron en el estadio Pierre-Mauroy de Lille el bronce de España hubo una decena que sintieron con especial ... emoción la medalla de Imanol Garciandia y Kauldi Odriozola. Familiares del urretxuarra y del zumaiarra vivieron el apretado triunfo sobre Eslovenia para poner el broche a dos semanas de campeonato que han sido una auténtica montaña rusa de sensaciones. De la alegría de aquel triunfo ante Croacia al luto de después de caer en semifinales contra Alemania y a la euforia final del bronce.
Los padres de Imanol Garciandia, Jon Garciandia y Ana Alustiza, y su hermano Aitor junto a su pareja Elene, estuvieron primero en París en la fase de grupos y después en Lille. «Aitor lo ha organizado todo», cuenta al otro lado del teléfono el padre de la familia. «Vimos los partidos ante Suecia y Japón y no pudimos quedarnos más. No sabíamos si íbamos a poder volver, pero cuando ganaron en cuartos de final a Egipto no dudamos porque teníamos dos partidos asegurados». A ellos se han sumado tres amigos.
Finalmente hubo que conformarse con la pelea por el bronce, y a pesar de la decepción inicial, una medalla de los Juegos Olímpicos no tiene opción de ganarla cualquiera. La motivación por ir a por ella no hacía falta inyectarla. «La semifinal y el partido por el bronce han sido muy parecidos», analizaba Jon Garciandia antes de coger el tren hacia París y subirse a un avión desde la capital francesa rumbo al aeropuerto de Loiu. «Las ventajas han sido siempre muy cortas y la incertidumbre en el marcador ha sido máxima. Tanta, que temía que el partido acabase igual que contra Alemania. Tenía ese miedo de perder por un gol, pero se ha podido ganar. Ha sido muy emocionante».
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En otros campeonatos, como los Europeos o Mundiales, es habitual ver la imagen de celebración de los jugadores junto a sus familiares, pero en los Juegos el protocolo y la seguridad mandan y fue Imanol Garciandia el que se acercó a la grada para abrazar a sus seres queridos en un momento tan emocionante.
Bronce en la soledad del hogar
La madre de Kauldi Odriozola y la pareja del zumaiarra también tuvieron esa oportunidad en Lille, mientras que el padre, Ángel, tendrá que esperar a la llegada de su hijo a Zumaia para hacerlo, aunque sí habló por teléfono con él. «Estaba eufórico».
Acostumbrado a ver anteriores éxitos de Kauldi y los partidos de estos Juegos en grupo, tanto con amigos como con familiares, Ángel Odriozola, que estuvo por primera vez en París, «una ciudad grandiosa», para ver los encuentros ante Suecia y Japón, ayer prefirió sufrir en solitario. «Decidí que lo mejor era verlo solo porque no lo paso bien, suelo tener muchos nervios y no lo vi ni con su hermano. Solo». Por la tarde, eso sí, se reunió toda la familia para celebrarlo juntos.
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Después de una actuación tan agónica de la selección de Jordi Ribera, con victorias y derrotas apretadas, la pelea por el bronce no iba a ser para menos para desgracia de Ángel, acostumbrado ya a sufrir. Habló con su hijo antes del encuentro y lo que le transmitía Kauldi era que «tenemos que ganar sí o sí» después del duro golpe que supuso la derrota contra Alemania. «Lloraba, lloraba amargamente porque decía que había tenido la plata en la mano y que había sido una oportunidad histórica. Leí en la prensa 'hemos terminado el luto y hoy nos vamos a sobreponer', y efectivamente, se han sobrepuesto».
Son tres años consecutivos tocando metal para Odriozola. Plata en el Europeo de 2022, bronce en el Mundial de 2023 y bronce ahora. «Es el broche», define su aita al ser preguntado qué tiene de especial esta última medalla. «De aquí en adelante que venga lo que tenga que venir. Él está feliz. Ya sabemos que los años pasan rápido, pero nadie sabe lo que va a pasar».
Lo único certero que las familias Garciandia y Odriozola tienen es que esta será una semana de muchas celebraciones. «Si hay que coger un par de kilos por celebrar el bronce, se cogen. No pasa nada».
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