Borrar
Las 10 noticias clave de la jornada
Los actores Carlos Acosta y Keyvin Martínez aúpan a Iciar Bollaín. JOSE MARI LÓPEZ

«A pesar del dolor, bailar merece la pena»

Carlos Acosta, 'Yuli', y el también bailarín Keyvin Martínez fueron las estrellas de la rueda de prensa del filme de Icíar Bollaín y Paul Laverty |

Begoña del Teso

San Sebastián

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 24 de septiembre 2018, 07:33

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Icíar Bollaín, la directora de 'Yuli', 'El olivo' o 'También la lluvia', Paul Laverty, guionista también de 'Yo, Daniel Blake'; Andrea Calderwood y Juan Gordon, productores de esta biografía del bailarían afrocubano Carlos Acosta, y la actriz Laura de la Luz que en la película interpreta a una leyenda de la danza cubana, Ramona de Saa, heredera de la gloria y las luchas de Alicia Alonso, cedieron en la rueda de prensa posterior a la proyección del filme todo su protagonismo al propio Carlos Acosta y al bailarín que lo encarna en muchos momentos de la historia y las coreografías, Keyvin Martínez. Todos pidieron un aplauso para María Rovira, autora de esas coreografías que se bailan ante la cámara. Laverty asumió también que este filme no sería lo que es sin la banda sonora de Alberto Iglesias

Se habló mucho de danza, mucho de guión, mucho de dirección de actores que no lo eran antes de empezar el rodaje. Y mucho de Cuba. Laverty asumió que quiso escribir un guión complejo porque había mucho que contar. No solo un personaje. También su familia. Sus maestros. Y toda Cuba. Indicó el guionista de Loach que había que hacer un hueco a la integridad, a la honestidad, a tantos valores transmitidos. Y un hueco grande para incluir la influencia tremenda que representa en la sociedad caribeña que desde el siglo XVI fueran llevados a la isla más de un millón de esclavos, que no fuera hasta muy finales del XIX que la esclavitud fuese abolida y que el 65% de la población descienda de ellos.

No quisieron Bollaín y Paul un 'biopic' al uso sino una mirada más poliédrica que resaltara las relaciones familiares de Carlos. No solo con su madre sino con ese padre camionero que se empeñó en que fuera bailarín, bailarín de los grandes, aunque él soñaba con el fútbol o con Michael Jackson. Confesó Carlos, que llegó a primer bailarin en el Royal Ballet londinense, que la experiencia cinematográfica fue «enriquecedora pero traumática» por lo que tuvo de mirar hacia sus adentros. Sin embargo, a diferencia de otros escarceos suyos con la cámara, en 'Yuli' se sintió muy arropado por la directora, de la que admira su capacidad para «Mirar y ver siempre más allá; más lejos de lo que los demás veíamos».

Preguntados tanto él como Keyvin Martínez si el sacrificio que representa poder alcanzar lo más alto en el baile merece la pena, ninguno de los dos dudaron «Va en contra de la anatomía humana. Esta te pide ir hacia adentro y el bailarín va hacia fuera. El precio es mucho dolor pero también el reto de dominar al cuerpo con la mente». Acosta ha sufrido seis operaciones a lo largo de su carrera pero entiende que no hay nada más hermoso que «brillar tanto como el sol». Martínez indicó que el ballet no exige solo esfuerzo corporal sino un intensísimo modelado de la mente.

Cuestionado por la situación de Cuba, Carlos Acosta, Medalla de Oro en Lausanne y Premio Oliver en 2006, quiso primero rendir homenaje a su sistema educativo. «Yo pude estudiar danza, algo muy caro. Unas zapatillas de punta pueden costar 100 euros... Pero recuerdo que los maestros marchaban a los campos, miraban el empeine de los niños que iban a caballo y les proponían ser bailarines. Lo que salva siempre a Cuba es que nunca deja de ser comunidad. Nos conocemos todos y no nos fallamos».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios