La noche de 'Akelarre' y 'Ane', desde dentro

El donostiarra Koldo Zuazua, al frente de Kowalski Films, una de las productoras implicadas en 'Akelarre' hablaba ayer de «una noche muy emocionante que vivimos juntos, fue impresionante desde el principio, cuando se oyó el nombre de Nerea Torrijos», la bilbaína que se llevó el primer Goya por su diseño de vestuario. El resto fueron para la dirección artística de Mikel Serrano, el maquillaje y peluquería de Beata Wotjowicz y Ricardo Molina, y la banda sonora compuesta por la eibarresa Maite Arroitajauregi y Aránzazu Calleja. La mayoría de estos galardones se enmarcan dentro de los denominados 'técnicos', pero eso no resta valor al hecho de que es la película que más goyas ha recibido.

«Siempre tienes esperanza de que con nueve opciones puede caer algo, pero sinceramente no contemplaba tantas. Maquillaje y peluquería no entraba en nuestras quinielas y en cambio fotografía, que yo daba como uno de los premios seguros, no salió».

Zuazua siguió la gala en un salón del Hotel Ercilla junto a Jokin Etcheverria, productor de La Fidele; Guadalupe Balaguer, directora de producción; Iker Ganuza, de Lamia Producciones Audiovisuales; Lara Izagirre, de Gariza Produkzioak, y las compositoras Maite Arroitajauregi y Aránzazu Calleja. Con el resto del equipo se conectaron a través del 'zoom' que había coordinado la Academia de Cine. «Había un canal abierto cuando no estaba en emisión y estuvimos hablando. La gala, a parte de la emoción, ha sido una de las mejores que he visto».

Jone Laspiur tenía ganas de llegar a su casa en Intxaurrondo donde le esperaba su madre que «vio la gala con dos de sus mejores amigas en casa, son como mis tías. Estaban alteradísimas». La joven donostiarra se llevó el Goya a la Mejor actriz revelación por 'Ane', filme que también recibió los galardones a Mejor actriz para Patricia López Arnaiz y al Mejor guion adaptado.

«Fue una noche preciosa, a cada noticia nos emocionábamos un montón», recordaba ayer, muy cansada porque apenas había podido dormir. En su caso esa emoción aumentaba cuando sonaba el título de 'Akelarre' porque también es una de las jóvenes protagonistas.

Ya pasada la gala confiesa que «aunque íbamos con cinco nominaciones, teníamos el listón muy bajo. Solo dábamos por seguro el premio para Patricia. Por eso, cuando dijeron mi nombre todos empezamos a pensar: 'Uy uy uy, igual hay alguna sorpresa'». Es más, «estaba tan confiada de que no lo iba a ganar que no me había preparado el discurso. Hicimos una quiniela y muy pocos me pusieron en ella, yo tampoco. Ahora me lo estoy empezando a creer, pero sigo flotando».

«Arropada» es la palabra a la que recurre en varias ocasiones Maite Arroitajauregi para definir sus sensaciones sobre una gala en la que recibió el Goya a la Mejor banda sonora. «Estuvimos en el Ercilla faranduleando, todos nos mimaban. Como no tenía muy claro el orden de entrega me dediqué a vivir el momento». No quería hacerse ilusiones después de no llevarse el premio en los Feroz y consciente de que su labor para 'Akelarre', realizado junto a Aránzazu Calleja, era la menos convencional. Por eso, tras las primeras celebraciones «me pegué una buena llorera. Con 'Aran' y las actrices ha sido una gozada trabajar, pero el resto ha resultado bastante difícil y complicado».

Al margen de la felicidad del momento, estos reconocimientos suponen alargar la vida de estas películas o atraer la mirada de productores para futuros proyectos. En el caso de 'Akelarre', nada más terminar la gala, Zuazua recibió la llamada del distribuidor comentándole que «la iba a volver a poner en salas. No sé si tendrá tirón de nuevo, pero estamos en todos los titulares y somos la película más premiada. Eso te reporta más visibilidad. Con las nominaciones ya se recuperaron trece copias». A esto hay que añadir que «el viernes se estrena en todo el mundo a través de la plataforma Netflix, que le dará más cancha todavía».

En cambio para Maite Arroitajauregi el premio y la gala supusieron una pausa en su dinámica diaria. «Mañana (por hoy) hay que volver a ponerse de nuevo las pilas y trabajar porque tengo que entregar unas piezas para un documental que se presenta en el Docs Barcelona y otras composiciones para la Filmoteca Española, además de las clases a mis alumnos», comentaba por teléfono ayer por la tarde, en el momento en que llegó a su casa procedente de Bilbao y se encontró con un cartel en la puerta: era la felicitación de sus vecinos.

Jone Laspiur seguirá con sus clases de teatro en Madrid porque «visto lo visto creo que me tengo que formar, hasta ahora mis interpretaciones han sido más intuitivas» y va a grabar dos pilotos de sendas series.