Goia y la Sade coinciden en que «está cerca» el desbloqueo para preservar el Bellas Artes

El cambio de planteamiento de la Sade y la postura receptiva del Ayuntamiento fueron adelantados el domingo por este periódico. Este martesl el alcalde Goia fue explícito al considerar «esperanzadamente» la propuesta de la empresa propietaria, y fuentes de la Sade mostraron también a DV su deseo de que la solución para el emblemático edificio entre en una fase decisiva. «Trabajaremos intensamente para ello», dijeron.

Goia extremó la prudencia al hablar de este tema, tras tantos acercamientos fallidos en el pasado, en su comparecencia ante los medios de comunicación al término de la comisión de gobierno municipal de cada martes, pero sí aventuró que «esta vez podríamos estar en una situación que efectivamente desbloquee un conflicto que ya dura demasiado tiempo, y que además lo haga preservando el edificio».

El alcalde reiteró que es «una buena noticia» que el nuevo proyecto sea de «rehabilitación». «Tras un primer vistazo parece encajar con el Peppuc (Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Catalogado) con el nivel de protección establecido por el Ayuntamiento», apuntó. La normativa actual obligaba en cualquier caso a mantener el característico chaflán de las calles Urbieta y Prim, pero quedaba en discusión, entre otros aspectos, la conservación de las fachadas laterales. «El nuevo proyecto no contempla demolición de los laterales del edificio, sino su «mantenimiento con algunas modificaciones mínimas para que las disposiciones de las ventanas puedan responder al uso que el edificio tenga en su interior», desveló ayer el alcalde.

La nueva postura de la Sade «da esperanza para andar un camino que finalmente pueda preservar el edificio, rehabilitarlo y además darle uso dentro de lo que está contemplado como terciario», afirmó Goia. Sobre los usos, precisamente, «es la propia empresa la que dictaminaría, pero dentro del carácter terciario establecido por el actual planeamiento», remarcó. El alcalde no se atreve a hablar de plazos pero, «cruzando los dedos, por si acaso», sí considera que «esta vez puede ser la que estamos más cerca de la solución».

La propietaria del edificio no entra en detalles sobre la nueva situación, pero fuentes de la empresa sí adelantaron a este periódico «nuestro deseo de que esta vez se logre desbloquear un problema que lleva muchos años enquistado. Desde Sade vamos a trabajar intensamente para que salga adelante un proyecto que ponga en uso el edificio y cree riqueza y puestos de trabajo para la ciudad», añadieron los portavoces de la veterana empresa donostiarra.

Tal como adelantó DV el domingo, el nuevo planteamiento de la Sade descansa sobre dos claves: el mantenimiento y rehabilitación, «con muy ligeras modificaciones», de los elementos exteriores del Bellas Artes, y la apuesta por mantener el uso terciario, renunciando al residencial. De este modo, la empresa propietaria renuncia a derribar el edificio y opta por mantenerlo y rehabilitarlo. El plan contempla también la reposición de la cúpula, un elemento derribado en 2015 por razones de seguridad. Sobre la vida posterior del edificio, sería de «uso terciario», lo que supone descartar la construcción de viviendas y permitiría seguir adelante con el plan sin modificar el Plan General.

Fuentes conocedoras del planteamiento realizado por la Sade aseguran que está en línea con los requisitos que establece la ficha de protección del Peppuc, «que tan solo necesitaría ajustes muy puntuales para su adecuación funcional». La Sade ya ha presentado alegaciones en el marco del proceso de revisión de ese planeamiento, proponiendo «modificaciones de pequeño calado que no cambian el nivel de conservación y protección».

El llamado 'palacio Bellas Artes', diseñado por el arquitecto Ramón Cortázar, fue inaugurado en 1914 y tuvo una larga vida como cine, teatro y sede de distintos usos culturales. En 1982 cerró sus puertas y desde entonces la empresa Sade lanzó distintas propuestas de uso que chocaron con el Ayuntamiento y fueron objeto de largos procesos judiciales. Las últimas propuestas de la propiedad fueron un hotel, primero, y un uso de cine más viviendas privadas, después, pero tampoco encontraron el acuerdo de los sucesivos gobiernos municipales.

La nueva propuesta de la Sade supone apostar por el mantenimiento del edificio, lo que provoca el inicial visto bueno del Ayuntamiento, y un uso que en ningún caso sería como viviendas. Ni desde el gobierno municipal ni desde la Sade avanzan qué usos concretos tendría, pero las opciones que proporciona la calificación de «uso terciario» en el Plan General son las de hospedaje, comercial, oficina, recreativo, sanitario, asistencial y sociocultural.

El alcalde Goia expresó este martes su deseo que el asunto pueda encauzarse en la actual legislatura. Queda por delante camino, pero es la primera vez en años en que las dos partes implicadas coinciden en estimar públicamente que la solución puede estar cerca 38 años después del cese de actividad del edificio.