«Con seguridad la siguiente pandemia será de salud mental»
No es la primera vez que el músico y filántropo comparte sin tapujos sus vivencias con el dolor psíquico para ayudar a quien lo necesita
En el primer capítulo de su autobiografía 'Instrumental' (Blackie Books, 2014), Rhodes relata crudamente las sucesivas violaciones a las que se vio sometido a la ... edad de seis años por parte de su profesor de gimnasia. Una experiencia traumática que encontró en la música su tabla de salvación y que hoy le sirve para romper el tabú en torno a los problemas de salud mental y ofrecer mayor visibilidad.
– En una entrevista reciente, la psiquiatra Marta Carmona dijo que «hemos normalizado tomar lorazepam y café, que todo el mundo sabe que es absurdo».
– Claro, no tiene mucho sentido tomar un ansiolítico y un estimulante a la vez. Lo más importante de todo esto que se está hablando es que con seguridad la siguiente pandemia será de salud mental. Los suicidios, autolesiones, bullying, depresión, ansiedad... están por las nubes y entiendo por qué. Es horroroso, pero lo bueno es que por fin estamos teniendo una conversación sobre ello y la oportunidad de hacer algo, como ocurrió con el 'Me Too'. Esto no significa que de repente Ayuso ponga más dinero público para los servicios de salud mental, ni de coña, pero hemos empezado y eso es algo bonito e importante.
– Quizá el problema esté en que esa conversación quede en boca de influencers. ¿Se está frivolizando con el tema?
– Eso sí y yo mismo soy culpable de hacer lo mismo. Si tienes un médico psiquiatra que te da una receta, tómala. Yo no soy médico. No he visto un vídeo de un influencer en mi vida, pero claro que tienen una responsabilidad: si una chica de diecisiete años con dos millones de seguidores puede ganar un pastón, claramente dirá lo que sea, pero es necesario que se apoye en una asociación que se asegure de que lo que dice es verdad.
– Como la Fundación Rhodes que recientemente ha fundado.
– He lanzado una unidad de salud mental en un hospital público en Madrid y voy a pagar los salarios de un psiquiatra y dos psicólogos que específicamente trabajen con jóvenes, niños y adolescentes con traumas emocionales. La realidad ahora es que, si vives en una familia humilde y llamas a un hospital público, con suerte te dan 15 minutos de cita con un médico dentro de diez meses.
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