«Elcano se ha enfrentado al mito de Magallanes, no tenía nada que hacer»
Historiador ·
Tras una ímproba carrera en la Sanidad vasca, su carrera profesional transcurre hoy siguiendo la pista del marino getariarra. Zulaika se ha situado en primera línea de investigación como una de las voces más autorizadas sobre el tema y este otoño presentará su tercer ensayo 'El regreso de Elcano'Cinco muchachos saltan al agua desde los pantalanes del puerto de Getaria, suben a las barcazas con la pintura escamada por el sol y descansan ... con los pies colgando desde la proa. «En cualquiera de ellos me imagino a Elcano», dice Daniel Zulaika (Zarautz, 1951). Figura de referencia de la Medicina durante la lucha contra el sida en Euskadi, su pasión por la Historia casi le había llevado a elegir carrera «a cara o cruz». Se decidió por la primera, pero dedicaba los veranos a estudiar las asignaturas de la segunda. «Luego empecé el MIR y me quedó pendiente el trabajo de fin de carrera de Historia que no defendí hasta después de jubilarme. Pero ya entonces sabía que iba a escribir sobre Elcano».
- ¿Qué le cautivaba tanto de él?
- Es algo que viene de siempre, la historia marítima me apasionaba. Soy de Zarautz y, desde el malecón, lo que vemos es Getaria. De niño he estado en este puerto pescando muchas veces, correteando bajo la estatua de Elcano y por eso lo sentía muy mío.
- Y ahora se ha convertido en una de las voces más expertas.
- Hace seis años me planteé escribir una trilogía. El primer volumen tenía que tratar sobre el papel de los vascos en la circunnavegación, porque me extrañaba mucho que nadie hubiera tratado ese tema cuando hace 1.000 años que llevamos navegando y construyendo barcos. Estábamos en el cogollo del Ministerio de Ultramar. Luego volví la vista del mar a la tierra para describir cómo éramos en el siglo XVI, porque si entendemos cómo fuimos, comprenderemos mejor cómo somos ahora. Por último, la primera vuelta al mundo comienza cuando muere Magallanes y eso es lo que trato en el tercer libro.
- A lo largo de estos tres años de conmemoraciones, ¿qué aspectos inéditos se han desvelado sobre la expedición?
- Los hechos históricos son los mismos, pero cada generación los reescribe y los reinterpreta de acuerdo con sus preocupaciones. En estos momentos se ha debatido mucho sobre las consecuencias de la globalización, que comenzó con Elcano, y que hoy en día se traduce en espantosos montones de plástico en el Índico. Pero también se ha reivindicado el papel de la mujer en la Edad Media como comerciante, contratista, administrativa... mucho más que redera o batelera como creíamos.
- Existe un mayor acceso a la información.
- Cuando abro el ordenador y encuentro facsímiles de tanta variedad de documentos pienso en esas gentes que pasaban décadas de su vida encerrados en el Archivo General de Indias. Pero eso influye en el fondo y la forma, porque nos obliga a una mayor responsabilidad. Tenemos que hacer las cosas mucho mejor de lo que se hacían antes.
- ¿Resulta hoy más complejo ser objetivo? Es una historia que se ha bañado de leyendas.
- Ya desde las fuentes originales es difícil saber qué es verdad, está todo un poco viciado. Se asesinó a tres capitanes castellanos, había muerto Magallanes, Elcano se había amotinado... Y cuando hubo que depurar responsabilidades, todo el mundo contó la parte que le interesaba.
«Ya desde las fuentes originales es difícil saber qué es verdad, todo el mundo contó lo que le interesaba»
- No hay verdades absolutas y se pueden ver dos caras del mismo hecho.
- En efecto. Pero resulta que, más adelante en el siglo XIX, los románticos la narraron a su manera y nosotros, en la actualidad, lo hacemos desde nuestro prisma y nuestras preocupaciones. Con lo cual no son dos caras, son mil.
- Reivindica que «los vascos en el siglo XVI no estaban en Sevilla por casualidad». Sin embargo, que fuera Elcano quien completara el viaje, ¿fue casual? ¿Podría haber sido cualquier otro marino vasco?
- No estoy de acuerdo con quien dice que Elcano estaba por allí y que como no había más oficiales se le nombró capitán y por eso regresó. Su historia empieza en el seno de una familia de maestres, dedicada al mar. Tres de sus hermanos eran pilotos o maestres, otro de ellos comerciaba con hierro en Mesina y Elcano aprendió a navegar aquí y a llevar el mando de los hombres. Además, tenía unas cualidades excepcionales como líder: nunca se rindió ante las adversidades, consultó con los suyos cualquier decisión, reclamó al rey el regreso de los apresados por los portugueses... Por eso la tripulación le nombró capitán. Cuando en el envite te juegas la vida, procuras elegir al que tiene confianza.
- A pesar de ello, en su discurso prefiere alejarse de la épica del 'viaje del héroe'.
- Aquí no estamos hablando de héroes, sino de unos marinos profesionales que desde las antípodas tienen que tomar una decisión. En cambio a Magallanes sí que se le considera un héroe, porque era un hombre de novela, un conquistador con sus connotaciones buenas y no tan buenas. Era el primero que entraba a luchar y un excelente estratega que solventa rápidamente los motines. Pero sobre todo y más importante: el héroe muere.
- Y se convierte en un mito.
- Como Aquiles en la Antigua Grecia. ¿A Elcano se le ignora? No, lo que pasa es que se enfrenta a un mito y contra eso no hay nada que hacer. Por eso Stefan Zweig escribe sobre «la primera vuelta al mundo de Magallanes».
- Sin haberla completado y sin ser siquiera ese su propósito inicial.
- ¡Es que ni pensaba en ello!
- En cambio la muerte de Elcano es menos trágica. En su treintena y con los honores recibidos, ¿por qué volver a la mar?
- Elcano era un emprendedor, como tantos que vemos hoy en Gipuzkoa en la empresa, la industria y la cultura. Hay gente que tiene un 'motorcito' dentro de la cabeza que está constantemente funcionando y él era un marino y un mercader. A una persona así no le puedes pedir que se quede en casa. Cuando ve que en Indonesia se pueden comprar especias como el clavo a 4 maravedíes y venderse aquí por 400, se da cuenta de las posibilidades del negocio. Se endeuda, hace su apuesta y se arriesga a ello, porque está en su ADN.
- ¿Fue entonces un exceso de ambición?
- No. Probablemente decidió emprender sin afán pecuniario, sino por el simple interés de crear algo. Provenía del País Vasco, una tierra de emprendedores.
- A pesar de su omisión en las crónicas de Antonio Pigafetta, Elcano empieza a ser conocido en el exterior. Incluso en Hollywood.
- En los decenios pasados se podía hablar más de Magallanes, pero los datos son tan obvios que nadie puede ya negar la evidencia. Por mucho que los ingleses sigan pensando que fue un inglés el primero en dar la vuelta al mundo.
«Aunque los ingleses piensen que fue un inglés el primero en dar la vuelta al mundo, nadie puede negar la evidencia»
- Más allá del testamento y su epístola a Carlos I, no existen testimonios personales que permitan describirle. ¿Usaba gafas? ¿Tenía el pelo largo? ¿Barba?
- Hubo dos cronistas de la corte que se entrevistaron con él pero, curiosamente, ninguno hace una descripción física de cómo era Elcano. Sí muestran declaraciones literales sobre su punto de vista de la hazaña. En cambio a Magallanes siempre se le ha descrito como bajo, moreno y cojo.
- En estos cuatro años, ¿ha surgido nueva iconografía sobre él?
- En el Archivo General de Indias hay 90 millones de documentos en kilómetros de estantes, muchos de los cuales son facsímiles pero hay otros que no. Se han encontrado textos sobre su mano derecha, Juan de Acurio, y seguramente de ahí irán saliendo cosas que definan la complexión de Juan Sebastián. Todavía hay mucho por descubrir.
- Después del 500 aniversario no se acaba nada.
- Hace cien años, aquí en Getaria, en el 400 aniversario, lo primero que se construye es el monumento a la nao Victoria y se recogieron documentos de la Real Compañía de Tabacos de Filipinas que aún tienen que dar su fruto.
- En 2019 decía que esta conmemoración serviría para «reflexionar sobre temas como la globalización y los problemas actuales». ¿Qué conclusiones extrae? ¿Se le ha hecho justicia histórica?
- Hace 500 años aquí ya había emprendedores modernos. La Unión Cerrajera de Mondragon, los Altos Hornos de Vizcaya, la Naval, las minas de Somorrostro... todo eso viene de la cultura de hierro, madera y mar del siglo XVI. Ante el desafío de una tierra pobre, los vascos dejan el caserío, aprenden a construir naos y se echan a la mar con iniciativa, creciéndose ante las adversidades. Conocer aquello nos permite comprender cómo somos ahora.
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