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El fin del mundo había caído sobre Beasain. El ciclismo vasco, en horas bajas, acababa de recibir una sacudida capaz de hundir a cualquiera en una melancolía sin salida. El mismo día que dos de sus grandes senadores, Ion Izagirre (Cofidis) y Pello Bilbao (Bahrain), 36 y 35 años, con todas sus hermosas victorias, se despedían de la Itzulia molidos por los golpes, su delfín se iba a ver envuelto en el caos.
Alex Aranburu (Cofidis), de 29 años, levantó los brazos en meta de la tercera etapa de la Itzulia para firmar una victoria grande, muy importante para él y clave para el ciclismo del país, huérfano de alegrías desde hace un tiempo y pesimista con su futuro. Sin embargo, todo se iba a complicar. En medio de la confusión, se dio por descalificado al ezkiotarra por trazar la última rotonda por la derecha y no por la izquierda, como hizo el resto siguiendo un cartel de la organización. Se hizo subir al podio al segundo en meta, la fenomenal promesa francesa Romain Grégoire (Groupama), contrariado con una victoria que dijo no sentir como suya.
Secuencia de la rotonda
Alex Aranburu entra en la rotonda con ventaja sobre sus perseguidores, pero no sigue la señalética
Comienza la rotonda en solitario por la parte derecha
Aranburu cobra mayor ventaja sobre el pelotón, que traza la rotonda por la izquierda
La ventaja aumenta
y termina llegando primero en meta
Secuencia de la rotonda
Alex Aranburu entra en la rotonda con ventaja sobre sus perseguidores, pero no sigue la señalética
Comienza la rotonda en solitario por la parte derecha
Aranburu cobra mayor ventaja sobre el pelotón, que traza la rotonda por la izquierda
La ventaja aumenta
y termina llegando primero en meta
Secuencia de la rotonda
Alex Aranburu entra en la rotonda con ventaja sobre sus perseguidores, pero no sigue la señalética
Comienza la rotonda en solitario por la parte derecha
Aranburu cobra mayor ventaja sobre el pelotón, que traza la rotonda por la izquierda
La ventaja aumenta
y termina llegando primero en meta
El problema en la última rotonda hizo que los jueces estudiaran la posibilidad de retirarle el triunfo a Aranburu por esa maniobra. Sin embargo, según explicaron los propios comisarios UCI, «tras recibir y revisar distintas pruebas, incluyendo datos de Veloviewer, el libro de ruta y la información facilitada por el equipo, se ha podido comprobar que toda la información disponible indicaba que la rotonda en cuestión debía tomarse por el lugar elegido por el corredor del equipo Cofidis». Los comisarios, ante la previsión de que la decisión podía demorarse, determinaron que tanto Aranburu como Grégoire acudieran a someterse al control antidopaje.
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Mientras se deliberaba y se consultaban las imágenes y el reglamento y se escuchaba a las partes, se dio como vencedor a Grégoire. El público asumió la derrota. Durísima. Para más inri, con un goierritarra en Beasain. Un mazazo. La tardanza de los jueces en decidir provocó una incertidumbre total. La mala señalización de la rotonda contribuyó a la zozobra.
En directo, la acción de Aranburu pareció clara de sanción. Evitó una valla señalizada con unas flechas que marcaban a la izquierda. Él pasó por la derecha. Es lo que vio el árbitro del VAR, el mismo comisario que en la Vuelta al Algarve anuló el resultado de una etapa después de que la mayoría del pelotón tomase el desvío de los coches en lugar de la recta de meta. Aquel día, el perjudicado fue Filippo Ganna (Ineos). Cruzó primero bajo la pancarta, pero se quedó sin victoria.
El principal problema ayer fue el libro de ruta, donde se especificaba que esa rotonda, justo antes del último kilómetro, debía trazarse por la derecha. En la deliberación de los jueces se llamó al organizador para aclarar ese punto. Javier Riaño, el nuevo máximo responsable de la carrera, explicó que «existía un error en la señalización de dicha rotonda», detallaron los jueces.
El libro de ruta no son las tablas de la ley. Se imprime con meses de antelación y puede haber cambios, como en la segunda etapa de esta Itzulia donde se sustituyó un puerto por otro. Sí es obligación de los ciclistas conocer el recorrido y seguir las indicaciones que los jueces realizan antes de cada etapa a los equipos. Los comisarios determinaron que «el corredor siguió correctamente el trazado previsto». Al final, la victoria se quedó en casa, aunque Aranburu no pudo disfrutar del podio. Lo hara hoy en Beasain antes de la salida, a las 11.30 horas.
Todo este embrollo hizo que el desarrollo de la etapa pasara a segundo plano. Una lástima, porque fue una jornada de «ciclismo auténtico», según sentenció el líder Max Schachmann (Soudal), autor de un carrerón. Después de Aranburu, el alemán fue el mejor de la etapa. Ofreció un master de visión de carrera. Más nerviosos corrieron Almeida (UAE) y Lipowitz (Red Bull-Bora). La etapa dejó la sensación de que va a faltar empaque para controlar la carrera, lo que abre todas las opciones. Hasta Enric Mas (Movistar), todo el día delante, parece verse con posibilidades pese a estar a 1:19.
Aranburu corrió de forma magistral el final y dominó la situación en Lazkaomendi. Muy fuerte para arriba, se la jugó en la bajada para ganar. Manejó el final con clase y pudo levantar los brazos, antes de todo el caos. Cuando parecía que el ciclismo vasco se iba al pozo oscuro del que nacen los monstruos, se hizo la luz.
La victoria de Aranburu en Beasain es la segunda que logra en la Itzulia, después de la de 2021 en Sestao. Son los dos triunfos más importantes de su carrera, las dos únicas en el World Tour.
El ezkiotarra suma nueve triunfos en su carrera y el de ayer es el primero de 2025, su primera campaña en las filas del Cofidis. El triunfo de Sestao lo logró enrolado en el Astana. El año pasado ganó dos carreras, el Campeonato de España y una etapa de la Vuelta a Bélgica.
Formado en el Goierriko, Aranburu debutó como profesional con el Euskadi-Murias en 2016 y después ha militado en Caja Rural, Astana y Movistar. En invierno fichó por tres temporadas con el Cofidis, hasta 2027. Coincide en el equipo francés con Ion Izagirre, que cumple su cuarta campaña en el equipo galo, que podría ser la última. Los dos ciclistas goierritarras son los únicos guipuzcoanos en el World Tour tras la retirada de Gorka Izagirre al final de la temporada pasada.
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