¿En qué peldaño de egoísmo se encuentra tu hijo?
Guía en seis pasos para que tu niño 'déspota' se convierta en 'solidario'
Yolanda Veiga
Jueves, 19 de junio 2025, 18:58
Es mío. Lo dicen todos los niños. ¿Egoístas por naturaleza? Pues sí, aunque debiera ser algo temporal. Y en esto, como en casi todo, hay ... niveles. Vicent Ginés Romero, educador y conferenciante, ha diseñado una «escalera del egoísmo». Comprueba en qué escalón se encuentra tu hijo. Si con la teoría no basta, recreamos algunas escenas que a los padres les resultarán familiares.
Peldaño 0
Déspota
Este rasgo es inherente a la condición humana. Observe, si no, a cualquier bebé: «Si tiene hambre, llorará, da igual la hora que sea o el sueño que tengan sus padres. No parará hasta saciar su necesidad», señala el punto de partida el experto. El problema es que hay niños que ya dejaron atrás la etapa del gateo y siguen igual. «El crío que está en este nivel siempre se quiere salir con la suya y exige que atiendas sus peticiones, enfadándose si no lo haces. Da igual lo que sea: el móvil, salir con los amigos, comprarse ropa, que le lleves a entrenar...». Como el bebé que reclama su comida, tu hijo «si no obtiene lo que quiere, llegará al enfrentamiento, a mentir, a escaparse de casa...».
La escena
«Lucía cría a un adolescente que acaba de perder a su padre. Por miedo a que sufra de más se ha ido al extremo de la permisividad. Su hijo, como buen déspota, siente que su madre es su criada. El día que ella le reprochó que no hacía nada, él le contestó enfadado: 'No te necesito'. Así que su madre no le puso cena. '¿Qué hay de cenar?'. 'Lo que hayas hecho, ¿no decías que no me necesitabas?'. 'Mamá, eres una egoísta'. Fue el principio de una acalorada discusión a gritos en la que el hijo acabó tirando al suelo una silla. Lucía estuvo tres días exigiéndole que la recogiera. Y tres días se quedó la silla en el suelo».
Peldaño 1
Chanchullero nivel 1
La escena
«Un niño llega al parque y ve a otra niña jugando con un balón.
– Dame la pelota.
– No.
– Que me la des.
– Que no.
Grita, le exige que se la dé... Pero, nada.
– Si te dejo mi peonza, ¿me dejas tu pelota?
– Vale.
«El salto de egoísta a chanchullero es significativo. El niño sigue siendo egoísta, pero ha aprendido que puede conseguir lo que quiera si primero da algo a cambio», puntualiza Ginés. Con esa información, los padres deben saber que su hijo tiene derechos –comida, techo–, «pero que la paga o ir a recogerle en coche al entrenamiento... son privilegios». El móvil también lo es. «Cuando le quitamos el teléfono a nuestro hijo porque se ha portado mal, él cree que le estamos arrebatando un derecho. Sin embargo, si el móvil lo tenemos nosotros y se lo damos porque se lo ha ganado se dará cuenta de que es un privilegio e interiorizará que para volver a usarlo deberá cumplir». Así se da el salto de déspota al siguiente nivel, al peldaño uno: «No le des ningún privilegio si no hace nada a cambio antes: 'Primero baja la basura y luego juegas a la videoconsola', 'primero recoge el cuarto y luego sales con los amigos'».
Peldaño 2
De chanchullero nivel 1 a 2
La escena
«– Rebeca, te dejo 5 euros en la mesa de la entrada. Si haces la cama son tuyos.
– ¡Vale, mamá!
Cuando llegó la madre a casa por la tarde, los 5 euros seguían ahí... y la cama, sin hacer.
– No has cogido el dinero...
–No, porque no me ha dado tiempo a hacer la cama».
«El paso a este peldaño demuestra que confías en él. En el nivel anterior, el chaval tenía que hacer algo para obtener un privilegio. En este le puedes dar la recompensa antes de que lo haga: 'Me acaban de llamar los amigos, ¿puedo bajar?'. En el nivel anterior le habrías dicho: 'Sí, pero primero haces los deberes'. En este nivel le diremos: 'Sí, pero después haces los deberes'».
Peldaño 3
Previsor
La escena
«– El miércoles quiero ir a dormir a casa de Ana. Así, de paso, estudiamos juntas.
– Vale, entonces tendrás que recoger la mesa después de cenar hoy y mañana –le dice su padre–».
En los dos niveles anteriores, nuestro hijo conseguía el privilegio inmediatamente antes o después de hacer la tarea que le encomendábamos. El paso a este nivel supone que tendrá que esperar más tiempo desde que hace la tarea hasta que disfrute de la recompensa», señala Vicent Ginés. En el caso de la situación que se expone, como es lunes, la hija tendrá que recoger la mesa el lunes y el martes antes de poder ir, el miércoles, a la casa de su amiga».
Peldaño 4
Altruista
La escena
«Marcos y Gloria tienen dos hijos de 14 y 16 años. Cada domingo, antes de cenar, hacen una 'reunión familiar'. Primero, revisan si todo el mundo en la familia hizo aquello a lo que se comprometió, luego se reconocen unos a otros el trabajo y, finalmente, acuerdan qué hará cada uno la siguiente semana: la compra, limpiar la cocina, bajar la basura...».
«En esta fase se acabaron las normas y los privilegios y pasa a haber iniciativa y organización familiar», explica el especialista.
Peldaño 5
Solidario
La escena
«Mamá, tranquila, acaba de redactar el informe que hoy hago yo la cena».
¿Esta frase en boca de una adolescente de 16 años? «Hasta ahora los hijos hacían cosas para obtener, más tarde o más temprano, una recompensa. En este nivel, el más alto, se ofrecen a hacer una tarea sin recompensa». ¿Ha llegado tu hijo hasta aquí?
Un niño quiere la bici de nuestra hija de 4 años. Pero ella no se la deja
Explica Mariola Bonillo, psicóloga experta en pareja y familia, que de los 2 a los 7 años aproximadamente los niños y niñas están en una etapa denominada «egocentrismo». «No significa que sean egoístas, sino que aún no han desarrollado cognitivamente la capacidad de ponerse en el lugar del otro ni el significado de compartir o colaborar. Sienten que el mundo gira a su alrededor, es la etapa del 'yo', del 'esto es mío' y cuando les pides algo dicen 'no'». La experta nos ayuda con una escena típica: un niño quiere la bici de nuestra hija de 4 años, pero ella no se la deja. ¿Qué hacemos? «Podemos decirle con frases cortas y directas que puede compartir su bici ahora que no la está usando. Si no quiere, esperamos y se lo decimos más tarde o le invitamos a que comparta otro juguete. Nada de 'déjaselo ahora mismo' ni castigarle. Eso solo aumentará su rabia, su miedo o su frustración. Hay que explicarle lo positivo de compartir: hará que otro niño se sienta contento. También reforzaremos emocionalmente su disposición».
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