Beasain
«Me voy a Nueva Zelanda para crecer y vivir el rugby al máximo nivel»Xabier Martín ha regresado a Altamira más maduro y ambicioso antes de partir a Nueva Zelanda para seguir creciendo como jugadorXabier Martin Jugador de Ordizia Rugby
El beasaindarra Xabier Martín (2001) decidió a finales de la temporada pasada que era momento de regresar a su tierra. Eligió volver a Altamira en ... un momento especial de su carrera. Martin, que dejó Beasain muy joven para crecer en Inglaterra y consolidarse en Alcobendas, regresó tras siete años fuera. Volvió más formado, más maduro y con un nivel competitivo que lo ha colocado entre los 'backs' más fiables y desatacados de la liga.
Con 24 años, Martín combina su ambición profesional con una visión clara de futuro. Terminó un doble grado en fisioterapia y ciencias del deporte gracias a una beca deportiva (mientras jugaba en Alcobendas), y sueña con unir en algún momento sus estudios y el rugby, sobre todo en áreas de alto rendimiento y readaptación deportiva. Eso sí, sin prisa.
Su regreso a Ordizia, será corto pero intenso. El 1 de enero pondrá rumbo a Nueva Zelanda junto a su pareja, para vivir una experiencia que busca elevar su juego y ampliar horizontes. Hasta entonces, quiere dejar huella en Altamira, el campo donde creció como aficionado y donde ahora juega.
ORDIZIA RUGBY«Crecí soñando con esta camiseta y ahora disfruto rodeado de amigos, familia y gente que siente el club como yo»MENTALIDAD«El descenso en Alcobendas me hizo madurar. Siempre he sido de los que levanta la mano cuando me confundo, no me escondo»
–¿Qué ha significado volver a vestir la camiseta del Ordizia después de cinco años en Alcobendas y dos en Inglaterra?
–Ha sido muy especial. Es un sueño. No por el camino natural que habría seguido si me hubiera quedado aquí, porque he pasado años fuera, pero siempre lo he soñado. Desde que tenía 6 años iba con mi padre a Altamira y lo veía como una meta. He jugado antes contra el primer equipo del Ordizia, que debutado con ellos, pero la vida te lleva a esos caminos, y estoy orgulloso.
–¿Qué recuerdos guarda de sus primeros años en Altamira y cómo los compara con lo que siente ahora?
–Para mí ver rugby era ir a Trevijano, ver barro y gente fuerte 'en la batalla'. Yo era pequeño y siempre había idolatrado la camiseta y a quien la llevaba. Ahora, ídolos de aquella época son mis preparadores y entrenadores. La sensación es distinta. Jugar en Altamira es jugar en casa. Cambiando las zapatillas de casa por los tacos, me siento como en casa. Juego con amigos, con primos, y eso me da mucho, me llena.
–¿Cómo describiría la evolución del club desde que se fue hasta su regreso?
–Desde que me fui han dado pasos grandes para crecer en muchas facetas. Tanto Ordizia como Alcobendas me llevaron al top 4 de liga y copa, aunque ahora las situaciones han cambiado. Algo que me enorgullece es ver a tanta gente de casa y tanta estima por el club. Creo que en el Ordizia, estamos sembrando para recoger nuestros frutos en el futuro. En Alcobendas, tras el descenso administrativo, pasamos de ser jugadores que aportaban, a ser los líderes del grupo tras la marcha de los titulares. Fue un periodo de entender que nuestra carrera son etapas, que debemos pulirnos, 'como los diamantes' (sonrie). El mismo grupo que logró retornar a primera división (Alcobendas), consiguió llegar a una semifinal en poco tiempo y a volver a convertirse uno de los mejores proyectos de la competición, basandose en el esfuerzo y creer en nosotros mismos.
–Tras cinco años en Alcobendas, ¿cuál diría que ha sido su mayor aprendizaje?
–Quitarme de encima la idea de que un jugador debe ser perfecto. No tenemos que ser iguales a nuestros ídolos. He entendido que el rugby en mi vida es diversión y disfrute. El descenso me hizo madurar mucho, tuve que aprender sobre la marcha, equivocándome y asumiendo errores. Siempre he sido de los que levanta la mano cuando falla, no me escondo. De hecho, estoy más nervioso cuando no hay nada en juego, me gusta asumir responsabilidades, cuando las cosas van mal es cuando mejor rindo.
–En su despedida de Alcobendas habló de vínculos personales más que de títulos. ¿Hay algún momento que recuerde con especial cariño?
–El viaje de mis compañeros de Alcobendas a Beasain tras el ascenso. Les enseñé mi casa, mis costumbres. Hicieron un esfuerzo grande por entender mis raíces. Recuerdo un concierto de ETS (En Tol Sarmiento), con gente de todo el país cantando en euskera e interesándose por la letra. Ese día me marcó.
–¿Cómo ha cambiado su forma de entender el rugby desde que llegó a Alcobendas?
–He visto la importancia de las pequeñas facetas técnicas que en la escuela no se trabajan tanto y que en el rugby internacional, son clave. En el seven, el saque. En el quince, el balón aéreo. Yo creía que lo dominaba, pero a esos niveles ves que hay que pulirlo, y así se mejora.
–¿Qué está aportando al Ordizia esta temporada, dentro y fuera del campo?
–Confianza. Conozco la liga y sé lo que puedo aportar. Y sobre todo, pasión por el club y por que las cosas salgan bien en casa. Intento dar lo máximo dentro y fuera del campo.
–Su posición de fullback requiere velocidad y lectura de juego. ¿En qué siente que ha mejorado más?
–En entender el juego para el equipo por el bien del equipo. En buscar que mi aportación sirva al colectivo y no solo a mí.
–Antes de partir hacia Nueva Zelanda, ¿cuáles son sus objetivos personales y deportivos?
–Dejar ilusión por sacar los objetivos adelante. Que el equipo crea tanto como yo que las cosas van a ir bien. Tenemos potencial y se puede conseguir.
–¿Qué le atrae de la experiencia en Nueva Zelanda y cómo cree que le puede enriquecer?
–Quiero jugar al máximo nivel posible, viajar y aprender una cultura nueva. Sobre todo mejorar en el duelo y en detalles técnicos. Siempre quise vivir en Nueva Zelanda o Australia. Mi novia es de Valencia y queríamos empezar a vivir juntos. Le propuse la aventura y entendimos que nos podía aportar mucho como personas y a mí como jugador. Si rindo bien, podré seguir creciendo, aunque sé que será un camino duro. Estoy muy motivado.
–¿Se ve regresando al Ordizia tras su etapa internacional o prefiere dejarlo abierto?
–La idea es estar un año en Nueva Zelanda. La liga allí va de febrero a julio, y luego jugaré la liga nacional con el conjunto de 'Waikato', el nivel más alto del año para mí. La intención es volver después, ya sea para jugar en Ordizia o en otro proyecto, pero estaré de vuelta, eso seguro.
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