El arte de engullir doce bombas
Campeonato de Comedores de Bombas en Berazubi. El tolosarra José Ramón Gutiérrez engulló doce bombas en veintiséis minutos
Hedonismo o distopía culinaria, este sábado estaba prohibido sucumbir al hambre en Berazubi. Los carteles con el rostro de Oliver Hardy del dúo cómico más ... conocido, El Gordo y el Flaco, lucían desde hace dos semanas en sus calles invitando a vecinos y demás tolosarras a participar en su próxima hazaña heroica: presumir de saque.
La Semana Gastronomika celebró este sábado el Campeonato de Comedores de Bombas, una prueba que había conseguido captar todas las miradas y que invitaba a cualquiera que se acercara a demostrar tener un estómago a prueba de bombas.
El desafío se celebró a las cinco de la tarde en una expectante y concurrida plaza del Tolosa CF, tras el concurso de parrilleros intersociedades y uno infantil de pizza. Los participantes –nueve en total– tuvieron que devorar el mayor número de bombas posible, aunque para ello no contaran con un límite de tiempo.
De chantilly, nata y crema se componía la gran bandeja de 200 pasteles que prepararon las pastelerías Eceiza, Rafa Gorrotxategi, Gozona y Saizar, que fueron colocadas en un orden determinado. Cada participante contaba así con el objetivo de meterse hasta un máximo 22 bombas entre pecho y espalda.
El episodio de glotonería duró veintiséis minutos. A las 17.10 se inició el cronómetro, y tras las bajas que se fueron produciendo de forma gradual, la victoria final se mantuvo entre la usurbildarra residente en Lasarte-Oria, Kontxu Ibargoien, única mujer participante, y el tolosarra José Ramón Gutiérrez. A las 17.36, en plena cuarta bandeja, un orgulloso y a la vez «exhausto» Ramón se levantaba victorioso de su asiento tras engullir nada más y nada menos que 12 pasteles, haciéndose con un premio de cien euros en metálico. «¡Se acabó!», exclamaba.
Kontxu, «amante» acérrima «de las bombas de Tolosa», no dudó en acercarse hasta el municipio tras conocer la noticia. «¡Dónde mejor que en Tolosa para ponerte así!», decía sonriente mientras masticaba la tercera pieza de las diez que se terminó comiendo.
A pesar del carácter popular de la prueba, el juego marcaba ciertas reglas y el equipo organizador estuvo presente para poner en práctica las normas pactadas. No valía vomitar y seguir comiendo, ni tampoco pararse durante tres minutos y continuar con la faena, pudiendo hacer pequeños descansos para beber un poco de agua, pero estos nunca podían superar el minuto.
Alimento representativo
La cita de este sábado no fue casual. Con la idea de romper el esquema habitual de la programación, apostaron por crear un nuevo aliciente, «gracioso», que tomara como base un alimento representativo del municipio y que animara a la gente a participar a la vez que «comer mucho».
No obstante, no es la primera vez que este barrio dinámico y activo se haya aventurado a marcar un nuevo 'récord', aunque esta vez se haya decantado por lo gastronómico. En 2018, con motivo del 160 aniversario de Boinas Elósegui, convirtió su tradicional lanzamiento de boina en un Campeonato Mundial de Lanzamiento de Txapela en diferentes modalidades instalando en la pista de atletismo del campo de Berazubi un 'boinódromo'.
Agustín Artola, dinamizador de Gastronomika, cuenta que una de las curiosidades que esconde este dulce es que en Tolosa la bomba no se considera bollería, y por razones desconocidas es el único sitio en el que está elevada a categoría de pastel. «En el resto del mundo se considera bollería, tal y como nos lo hizo saber Rafa Gorrotxategi cuando le comentamos la idea inicial», incide.
Este domingo Gastronomika volverá con más actividades y clausurará su programación con un último concurso intersociedades de bacalao al pilpil y una comida final de la mano de prestigiosos cocineros de restaurantes de Tolosa y Donostia.
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