Las telarañas artificiales llegan a la industria

Nunca se ha conseguido crear una granja de arañas de la que recolectar su seda porque su comportamiento es caótico, agresivo y hasta caníbal. Los investigadores de AMSilk apostaron por crear una colonia de bacterias con genes de la araña de jardín europea que la fabricase como parte de su proceso metabólico normal. Y lo consiguieron, y ya venden su producto a compañías especializadas en cosméticos y champús.

Aunque la colonia de bacterias de AMSilk fabrica hebras de seda con las mismas propiedades que las que producen las arañas de manera natural, estas primeras son demasiado cortas como para crear hilos. De momento, solo se pueden incorporar a otros productos para mejorar sus propiedades. Junto a las cremas cosméticas ayuda a que la piel quede más suave, mientras que incorporada a los champuses refuerza el efecto sedoso del mismo.

Hilos

Las utilidades más avanzadas de la seda de araña como la construcción de chalecos antibalas más resistentes, ligeros y flexibles necesitarían que el proceso industrial permitiese fabricar hilos más largos. Algo que todavía no es posible, al menos de manera industrial y barata. Desde AMSilk creen que no podrán hacerlo al menos hasta 2015. Aun así, han explicado que en pocos meses lanzarán al mercado un espray que servirá para curar y cerrar heridas. Después llegarán cápsulas para almacenar medicamentos.

Pero AMSilk no es la única empresa que intenta fabricar seda de araña de manera industrial. Hay otros proyectos de investigación en marcha que prueban técnicas diferentes. La universidad de Michigan, en EE UU, ha introducido genes de arácnido en gusanos de seda con este propósito mientras que la universidad de Utah, por su parte, ha creado cabras modificadas genéticamente que producen leche con seda.