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Innovación en Gipuzkoa

Tecnología: la base que impulsa la innovación en Gipuzkoa

La tecnología vive un momento de aceleración y convergencia, ya que cada vez es más frecuente que diferentes disciplinas se combinen para generar innovaciones que están cambiando nuestra forma de vivir

Lunes, 7 de julio 2025, 09:44

Estamos viviendo unos años maravillosos e históricos tecnológicamente hablando. De un tiempo a esta parte, se están creando tecnologías que más tarde dan lugar también a innovaciones que están cambiando nuestras vidas, muchas veces sin ser conscientes de ello. Y, además, lo interesante es que muchas de esas grandes tecnologías convergen para cambiar la forma en la que vivimos, en la que trabajamos y en la que nos relacionamos. Nuestras vidas no se pueden entender ya sin determinadas tecnologías ni, por supuesto, sin las innovaciones que de ellas surgen de una u otra forma.

Y es que no siempre tenemos clara cuál es la diferencia entre tecnología e innovación, pero la primera es la antesala de la segunda. Diríamos que la tecnología es el «qué» y el «cómo» y que la innovación es el «para qué», una forma de dar un valor añadido a la tecnología, mejorando o transformando algo ya existente. Siendo más concisos, la tecnología es «el conjunto de conocimientos, herramientas, técnicas y procesos que se utilizan para crear productos o servicios que resuelven problemas o satisfacen necesidades» y puede ser algo tanto tangible, como es el caso de una máquina; como intangible, caso en el que un software podría ser el mejor ejemplo. La innovación, por su parte, es «la aplicación creativa de ideas o tecnologías para generar valor, esto es, mejorar productos, procesos o servicios; o incluso crear algo completamente nuevo». La innovación, eso sí, no siempre implica una nueva tecnología, sino que puede ser también una novedosa manera de utilizar la ya existente. ¿Por ejemplo? El GPS es la tecnología y su uso para determinadas aplicaciones de transporte, la innovación. ¿Otro caso? Un dron es la tecnología, pero si queremos utilizarlo para repartir medicamentos en zonas de difícil acceso o controlar posibles plagas en viñedos, ahí radicaría la innovación.

Vivimos una época de aceleración sin precedentes en el que se están dando unos avances disruptivos

Un momento sin precedentes

Si nos cuestionamos en qué momento se encuentra la innovación, la respuesta es que vivimos una época de aceleración sin precedentes en la que se están dando unos avances disruptivos que alcanzan y transforman prácticamente todos los ámbitos de la sociedad.

Hoy en día, esa tecnología tiene algunos rasgos o señas de identidad que marcan nuestro día a día, pero que también marcan el paso hacia el futuro más próximo. Una de esas características es que vivimos en la era de la inteligencia artificial, que evoluciona a un ritmo vertiginoso y que está presente en todos los sectores: industria, comercio, transporte, medicina… La IA ha dado un paso más y ya no es reactiva, sino que también es proactiva; ya no analiza únicamente, sino que también crea.

Otro de los pilares de la tecnología es la conectividad, porque es esa conexión cada vez más rápida y eficiente la que permite impulsar ciudades inteligentes, vehículos autónomos u operaciones en remoto, pero en tiempo real. Instalados ya en muchos casos en el 5G, ya se mira de reojo al 6G, una red que en algunos países se está probando y, en otros, se está comercializando. Una buenísima interconectividad es básica para poder llevar a cabo muchos planes de desarrollo en diferentes ámbitos de la economía, como son, por ejemplo, la industria, la automoción o la salud.

Hoy en día, uno de los mayores tesoros de cualquier organización es la información, el dato. Es prioritario su análisis en la industria 4.0, por ejemplo, pero también en sectores como la salud. El dato bien analizado y en volúmenes ingentes (el big data) da mucha ventaja, es esencial en esa carrera por la competitividad y va estrechamente ligado a tecnologías como la inteligencia artificial. Los datos y los algoritmos, por ejemplo, convergen para generar enormes avances en terrenos como la biología o los estudios de genética.

Por último, en la tecnología, como en tantos otros aspectos, se percibe una indudable sensibilidad por la sostenibilidad. Se está desarrollando una tecnología sostenible y también se está logrando que la propia sostenibilidad sea un eje del desarrollo tecnológico. Se buscan energías limpias, mejores baterías, tecnologías que capturen el carbono, procesos que generen menos residuos… el futuro será verde o no será. Esta es una máxima que, sin duda, hay que aplicar también al terreno de la tecnología y sus posteriores innovaciones.

Un salto consciente

Este fulgurante avance de la tecnología en los últimos años plantea también muchos dilemas a los cuales debemos dar respuesta de manera constante y de manera también consciente. Los retos que hoy en día plantea la tecnología no son únicamente técnicos, sino que se mueven también en los terrenos ético, social, legal y ambiental. En ese salto aparecen desafíos que debemos resolver de una manera responsable.

Uno de ellos es el uso ético y responsable de diferentes tecnologías. En este sentido, ha sido la inteligencia artificial y su incorrecto uso una de las tecnologías en las que más se ha puesto el foco, pero no la única. La tecnología debe usarse para el bien común y no para aumentar brechas, crear sesgos, manipular la realidad o tomar decisiones injustas de manera automatizada, entre otros peligros. Crear marcos éticos y legislaciones adecuadas es uno de los mayores retos de los gobiernos en la actualidad.

Este fulgurante avance de la tecnología plantea muchos dilemas a los cuales debemos dar respuesta de manera constante

No se puede ocultar que la tecnología, usada de manera incorrecta, lógicamente, nos hace también más inseguros en cierta forma. ¿Por qué? Uno de los motivos es que nuestros datos personales se recopilan en aplicaciones, redes sociales, páginas web… y pueden quedar expuestos en cualquier momento. La ciberseguridad, a su vez, es también una inquietud que debemos tener presente: si nuestra fábrica o nuestro domicilio están conectados a la red, estamos abriendo una puerta a los ciberdelincuentes que deberemos tener bien controlada para no ser víctimas de sus ataques. Además, las redes sociales y la inteligencia artificial pueden utilizarse para difundir noticias falsas o dañar reputaciones, y cualquiera puede ser también víctima de ello.

A su vez, este salto tecnológico puede generar brechas y desigualdades y no es sencillo que todos puedan adoptar esas nuevas tecnologías de la misma manera. Por un lado, no todas las comunidades tienen el mismo acceso a la tecnología y, por otro, no todas las personas tienen la misma habilidad para utilizarla. En el ámbito profesional, la evolución de la tecnología conlleva, en muchos casos, la necesidad de una formación continua y también conlleva que algunos puestos dejen de existir, a la vez que surgen nuevas profesiones.

Por último, habría que señalar dos retos más que conllevan estos tiempos de avances sin freno que estamos viviendo en cuanto a tecnología: el impacto ambiental que tiene la producción de esa tecnología, que consume muchos recursos y energía, a la vez que genera desechos electrónicos; y la dependencia tecnológica que las personas y las sociedades ya experimentan y cuyo equilibrio no es sencillo de alcanzar.

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