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Lunes, 15 de junio 2020, 13:16
Cuántas veces habremos oído eso de que, en chino, crisis puede leerse como 'riesgo' o como 'oportunidad'.
Más allá de que esto fue una recreación de J. F. Kennedy para un discurso en 1959 y que tiene más de motivacional que de cierto, lo que está claro es que todavía nadie ha desarrollado nada parecido con la palabra pandemia. Y eso fue lo que se nos vino encima. Una pandemia. Inesperada. Implacable. De la noche a la mañana nos vimos confinados en nuestras casas. Las empresas cerradas, los negocios inactivos, el mundo parado.
Quien pudo, quien los tenía, aplicó protocolos de crisis. El resto, puso todo su esfuerzo en sortear el temporal con los recursos, y la imaginación, disponibles.
Desde el primer momento, la banca fue considerada servicio esencial. Las oficinas tenían que permanecer abiertas y los servicios seguir funcionando. Una vez solucionado lo más importante, la salud de nuestros equipos y clientes, así como el día a día de las operaciones, nuestro gabinete de crisis pudo empezar a trabajar en una segunda fase.
Evidentemente, a nadie se le ocurrió llamarlo gabinete de oportunidad, pero sí es cierto que todas las acciones que se pusieron en marcha se enfocaron en buscar lo mejor para nuestros clientes: particulares, autónomos, PYMES y grandes empresas. Y se fueron toman do con la mayor rapidez y en función de lo que cada momento, y cada situación, exigían. Porque han sido dos meses, pero en algunos momentos parecían dos años y en otros dos minutos.
Lo más inmediato fue poner en marcha las ayudas a empresas a través de Elkargi y Gobierno Vasco y Líneas ICO y a particulares clientes con los alquileres ICO y la moratoria de préstamos hipotecarios en vivienda habitual. Seguidos del adelanto de siete días en el pago de las prestaciones de desempleo y el aumento del límite de pago 'contactless' a 50 €.
Una vez parado este primer golpe, de gran importancia por sus repercusiones en el día a día de familias y empresas, hemos seguido potenciando medidas como el Seguro de Protección de Pagos, 'no aplicando las exclusiones de pandemia', el apoyo al comercio que tuvo que cerrar eliminado comisiones de TPVs inactivos… y, a día de hoy, a través de Expresionismo Empresarial, nuestra plataforma que fomenta la creatividad y la innovación, estamos recogiendo las experiencias de las empresas durante la crisis para compartirla con la sociedad y que nos sirva como aprendizaje.
Porque es importante aprender de lo vivido, que el territorio salga reforzado, estar cerca, que estas raíces que nos anclan sean las que nos permitan desplegar alas para volar lejos.
Visto con perspectiva, es impresionante el esfuerzo realizado por instituciones, empresas y particulares. Cómo, en condiciones adversas, se han buscado soluciones, se han creado nuevas líneas de negocio, se han diversificado producciones o, simplemente, se ha aguantado el chaparrón.
Porque, sí, existen oportunidades, pero también muchos riesgos de los que no siempre se sale indemne. Pero lo que sí hemos tenido claro en Bankoa desde aquel 'día 1' es que nuestro trabajo pasa por potenciar al máximo las primeras y minimizar los segundos.
Valen el trabajo, la cercanía y la Responsabilidad Social que tenemos con las personas, el territorio y un mundo que no sabemos si seguirá siendo tan global como hasta ahora, pero que tenemos claro que debemos poner al alcance de toda empresa que quiera llegar a cualquiera de sus rincones.
Porque para esto no valen los manuales ni los discursos, aunque sean de JFK, prefiero los consejos de grandes tipos que pasean por La Concha.
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