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J.M.
Miércoles, 23 de abril 2025, 08:21
Cuando el colesterol se acumula en las arterias puede ralentizar o incluso bloquear la circulación sanguínea, lo que incrementa significativamente el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. A pesar de su gravedad, la hipercolesterolemia suele avanzar en silencio, sin síntomas evidentes y muchas veces solo se detecta de forma casual durante un análisis de sangre rutinario o en medio de una urgencia médica.
No obstante, existen ciertas señales físicas que pueden alertar del problema, especialmente en las piernas. Uno de los indicios más claros de colesterol elevado es la arteriopatía obliterante de los miembros inferiores, también conocida como enfermedad arterial periférica. Esta patología se manifiesta cuando los depósitos de grasa obstruyen las arterias que irrigan las piernas, lo que reduce el flujo sanguíneo hacia los músculos y provoca molestias visibles y perceptibles.
Entre los síntomas más comunes se encuentran el dolor en las piernas al caminar, que desaparece tras unos minutos de reposo; la pérdida de vello en las extremidades inferiores, la aparición de una piel inusualmente brillante y, en algunos casos, úlceras en los pies. Este dolor, descrito a menudo como intenso o punzante, puede afectar ambas piernas a la vez, aunque no siempre con la misma intensidad. Los síntomas pueden aparecer de forma progresiva o manifestarse bruscamente, en cuyo caso se trata de una posible emergencia médica.
El colesterol elevado es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad, por lo que adoptar medidas preventivas es fundamental. Reducir el consumo de grasas saturadas y trans, aumentar la ingesta de alimentos ricos en omega-3, fibra y antioxidantes, y realizar controles periódicos de sangre, especialmente a partir de los 40 años o si existen antecedentes familiares, son prácticas recomendadas. Además, dejar de fumar es esencial, ya que el tabaquismo multiplica por dos el riesgo de padecer esta condición.
Si se presentan signos como un dolor inexplicable en las piernas al caminar, es crucial acudir a un profesional de salud. Un simple análisis de sangre puede ser suficiente para detectar un exceso de colesterol, y a partir de ahí, es posible iniciar cambios en el estilo de vida, adoptar una dieta saludable (preferiblemente mediterránea o antiinflamatoria), incorporar actividad física regular o, si es necesario, iniciar un tratamiento farmacológico.
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