Isabel Duque
La experta asegura que «las familias tienen miedo a precipitarse, pero es importante crear espacios de diálogo y escuchar la curiosidad de los jóvenes»
Hablar de sexualidad es mucho más que hablar de sexo. Hace años que el abanico se abrió e incluye temas tan importantes como son el ... consentimiento, las relaciones basadas en buenos tratos, la prevención y promoción de la salud sexual y la autoestima. La psicóloga y sexóloga Isabel Duque, conocida en redes como 'Psicowoman', asegura que «la gente de más edad no hemos tenido una educación sexual integral de calidad y nos cuesta saber cómo acompañar a las nuevas generaciones». La experta, que ha participado en un Curso de Verano de la EHU acerca de la 'Educación sexual y bienestar emocional de las infancias y adolescencias: retos, oportunidades y herramientas', añade que «hace falta escuchar a los jóvenes con una mirada menos adultocéntrica».
– ¿Las familias tienen miedo a abordar la sexualidad con sus hijos?
– Creo que sí, que sigue habiendo mucho tabú y sobre todo en las familias veo mucho miedo. Pero lo primero que hay que saber es que los agentes socioeducativos, que pueden ser padres, madres, profesores... estamos haciendo educación sexual todo el rato; la educación sexual son muchas cosas. Es cómo hablamos a nuestros cuerpos, cómo abordamos las emociones, el género... En general, lo que nos pasa es que la gente de más edad no hemos tenido una educación sexual integral de calidad y nos cuesta saber cómo acompañar a las nuevas generaciones.
– ¿A qué temen?
– El mayor miedo quizás es hablarles demasiado pronto, porque parece que nos estamos precipitando, que se les está enseñando algo que no tienen que saber porque simplemente son niños. Eso es lo que se tiende a pensar y lo que tiende a generar más miedo a las familias. Esto unido a que muchas veces sentimos que el universo de las nuevas generaciones es muy diferente al nuestro: se consumen muchos titulares que nos meten mucho miedo en el cuerpo sobre el comportamiento de la sexualidad de la gente joven.
«No se trata de tener la conversación de repente cuando cumplen 15 años, sino de crear espacios abiertos para el diálogo»
Isabel Duque
Psicóloga y sexóloga
– ¿Es eficaz que los padres den 'la charla'? ¿Cómo y cuándo se deben de empezar a tratar estos temas?
– Esto no va de, de repente, a los 15 años darles 'la charla'. Todo el rato estamos haciendo educación sexual, lo hacemos desde que nacen. Cuando en una película sale una escena sexual y se crea un silencio, o se cambia de canal... eso también es educación sexual. Más que qué decir y qué no decir, hay que crear espacios abiertos para el diálogo y ver qué nos van preguntando, no censurar las preguntas que nos vayan a hacer desde la curiosidad a lo largo de su desarrollo psicosexual. Hay que evitar 'la charla', porque esas situaciones activan el miedo, el pánico, y tener diálogos o adquirir aprendizajes nuevos con estas circunstancias es imposible. También es importante que sepamos que lo podemos abordar siendo honestos y honestas y, sobre todo, lo más importante es dar recursos de calidad. Tenemos muchos libros, manuales, guías que pueden servir como apoyo o también para tenerlos por casa.
– ¿Qué tipo de comportamientos habría que cambiar?
– Utilizar los nombres correctos de los genitales. Solo hacer esto ya se ha visto que tiene consecuencias muy positivas para las criaturas, pues llegará un momento en en el que nos van a preguntar sobre el tema de la genitalidad. También el tema del consentimiento, la autonomía corporal; no hay que obligar a los pequeños a dar besitos a la gente, o por ejemplo, si tú les explicas lo que son los genitales, nombrando la vulva y el pene, diciéndoles que son partes concretas que ninguna persona tiene derecho a tocarte, con naturalidad, ya estás haciendo muchísimo.
«Las consecuencias de una mala o inexistente educación sexual, que es lo que tenemos ahora, afectan a nuestra salud mental»
Isabel Duque
Psicóloga y sexóloga
– El título del curso habla de bienestar emocional. ¿Cómo se relacionan estos dos conceptos?
– Van superligados. La sexualidad es totalmente intrínseca al bienestar emocional y a veces se nos olvida porque cuando pensamos en sexualidad pensamos solo en una parte, que tiene que ver con la erótica, pero eso es una parte muy pequeñita del concepto de sexualidad. La sexualidad también estaría ligada con el tema del autoconcepto, la autovalidación, a cómo nos relacionamos con nuestro cuerpo, con los cuerpos de otras personas, con el mundo en el que vivimos... Y está claro que las consecuencias de una mala o inexistente educación sexual integral y comunitaria, que es lo que estamos teniendo hasta ahora, lógicamente afecta a nuestra salud mental. Vivimos en una sociedad en la que sigue existiendo mucha diversofobia, gordofobia, violencia estética... y hay una relación muy directa con las tasas de salud mental o malestar emocional que estamos teniendo.
– ¿Cuesta hacer llegar estos mensajes a los jóvenes?
– Yo creo que no. Es más, la gente jóven está deseando recibir charlas de calidad, y las charlas de educación sexual integral son una excusa maravillosa para poder hablar de consentimiento, de relaciones basadas en los buenos tratos, de prevención y de promoción de la salud sexual. Lo que demandan es que sean talleres y charlas actualizadas, que hablen en sus códigos, que no les vayan con el sermón de siempre, que incluyan diversidad, que no den por hecho la heterosexualidad normativa... Y es que necesitan urgentemente que haya gente que les escuche, que estén disponibles. Yo creo que les está pasando que sus padres, sus familias, el entorno, los profes... vamos muy acelerados.
– ¿Se están teniendo en cuenta estas cuestiones?
– Yo creo que estamos en un punto de inflexión porque, por un lado, sigue siendo difícil poder acceder a determinados espacios para hacer educación sexual, pero por otro yo creo que tenemos claro que urge hacerlo porque, si no, se va a hacer la mala educación sexual desde otros lugares, desde otras esferas, desde otros contenidos y, lógicamente es perjudicial. Lo más importante es hablar, dejar hablar y escucharles.
«Están deseando recibir charlas de calidad, que no sean el mismo sermón de siempre y que incluyan la diversidad»
Isabel Duque
Psicóloga y sexóloga
– (...)
– Estamos frente a unas generaciones, la generación Z, la generación alfa, que necesitan que apartemos nuestro narcisismo adulto, que les escuchemos, que les miremos desde una mirada menos adultocéntrica, y que estemos cerca, que nos interesemos por su universo; porque además de enseñarnos sobre ellos, nos van a enseñar también sobre nosotros y sobre cómo está la vida actual.
– ¿Qué es el adultocentrismo al que se refiere?
– Un sistema que coloca a los adultos como superiores, esa idea de que 'los jóvenes están peor que nunca'; que por cierto, Aristóteles ya usaba esta frase en su día.
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