La OPE de Osakidetza entra en la UCI
La denuncia de la Fiscalía eleva al plano judicial un caso que podría alargarse más de un año
«Esta nueva OPE está generando ilusión». Esta frase la pronunció Juan Carlos Soto el 15 de marzo del pasado año. Como director de ... Recursos Humanos de Osakidetza que era le tocó presentar aquel día los datos de una convocatoria de Oferta Pública de Empleo con la que el Servicio Vasco de Salud pretende, una vez esté finalizada, «estabilizar» cerca del 95% de la plantilla. Casi un año después Soto ya no es miembro de la dirección de Osakidetza y además deberá comparecer en calidad de testigo, por ahora, ante un Juzgado de Vitoria por las supuestas irregularidades cometidas en esta OPE. Ilusión es un término que hace meses se dejó de utilizar para hacer referencia a un escándalo que tiene en vilo al Gobierno Vasco, oposición, Parlamento Vasco, sindicatos, profesionales de Osakidetza, opositores de las especialidades médicas que están bajo la sombra de la sospecha y buena parte de la ciudadanía.
Nueve meses después de que se registraran las primeras denuncias sobre supuestos amaños y filtraciones en las respuestas de los exámenes, la Fiscalía del País Vasco ha presentado esta semana un escrito en el que «interpone denuncia» por «revelación de secretos en algunas pruebas, sin perjuicio de las que pudiera determinar el juzgado en otras». Carmen Adán, fiscal superior de Euskadi, hace referencia en su informe a 11 especialidades médicas y cita como imputados a tres jefes de servicio y como testigos a 13 personas más, entre ellas, la exdirectora general de Osakidetza, María Jesús Múgica; el exdirector de Recursos Humanos, Juan Carlos Soto; el subdirector del mismos área, Xabier Balerdi; y el director de Asistencia Sanitaria Andoni Arcelay.
La segunda mayor OPE de la historia del Servicio Vasco de Salud, la correspondiente a los años 2016 y 2017, fue pactada por el Departamento vasco de Salud con el sindicato de enfermería Satse, el de médicos SME y UGT. Abarca a las 86 categorías laborales de Osakidetza, es decir, las referidas al personal sanitario y al de resto de servicios. Se pusieron en juego 3.335 plazas y dieron el nombre 96.000 personas, de las cuales realizaron los exámenes algo más de 72.000. La pruebas para facultativos médicos se realizaron en Vitoria entre mayo y junio y las de administrativos, enfermería, celadores y auxiliar de clínica en el BEC de Barakaldo a mediados de junio. Hasta el momento se han realizado la gran mayoría de las pruebas pero todavía quedan por realizarse exámenes de categorías muy específicas.
5 de junio, primera denuncia
La primera señal de alarma llegó a la dirección de Osakidetza desde San Sebastián. Con fecha de 30 de mayo, el cirujano José María de Egaña Barrenetxea, del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario Donostia, remitió al Servicio Vasco de Salud un escrito en el que se refería a resultados «insólitos» en su especialidad. El Sindicato Médico de Euskadi también mostró sus dudas con los resultados de Cardiología. Los sindicatos ELA, LAB y ESK no dudaron desde ese mismo día en denunciar «opacidad» e «irregularidades» en el proceso. A los dos días, la por entonces directora general de Osakidetza confirmó que habían abierto un primer expediente para esclarecer lo sucedido, a pesar de que no constaban denuncias oficiales. Tras los sindicatos, fueron los partidos de la oposición al Gobierno Vasco los que entraron en juego. EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP hablaron de «indicios fundados» de filtraciones y de la necesidad de paralizar la OPE. Osakidetza movió ficha y anunció que ante estas sospechas realizaría un «análisis exhaustivo de coherencia de resultados de todas las pruebas de la OPE». Hasta el lehendakari Iñigo Urkullu toma partido para señalar que Salud y Osakidetza trabajan para «esclarecer cuanto antes las quejas».
Las claves
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30 de mayo Llega a la dirección de Osakidetza el primer escrito de denuncia, referido a Angiología
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5 de junio ELA es el primero en acudir a la Fiscalía a denunciar el caso. LAB y ESK harían lo mismo el día 18
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15 de noviembre Múgica dimite como número 1 de Osakidetza. El 7 de enero lo hace Soto, director de RRHH
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18 de febrero Denuncia de la Fiscalía. Tres jefes de servicio deberán declarar anteel juez como imputados
En una frenética primera semana de junio, Podemos y ESK anunciaron que habían acertado ante notario qué opositores iban a sacar mejor nota en la categoría de Anestesióloga. ELA fue más allá y denunció el día 5 ante la Fiscalía la supuesta filtración en exámenes. Un número que ha ido en aumento a lo largo de los meses hasta situarlo, la gran mayoría de los sindicatos, en la veintena. El 6 de junio, Osakidetza, comunicó que «paraliza provisionalmente la OPE de tres especialidades» hasta resolver sus expedientes informativos. La medida afectó a Angiología y Cirugía Vascular, Anestesia y Cardiología. Al día siguiente, en la Comisión de Seguimiento de la OPE, añadió una cuarta: Cirugía Plástica Estética. Además explicó que «un agente externo e independiente», de la Universidad de Oviedo, realizaría una análisis psicométrico de las pruebas realizadas. Para los sindicatos la medida fue «insuficiente» y por primera vez comenzaron a pedir responsabilidades políticas. LAB, ESK y Satse también se reunieron con la Fiscalía y comenzaron a dirigir sus críticas al «lobby de los jefes de servicio». El Ararteko, por su parte, anunció que iniciaba «un expediente de oficio» para analizar la situación.
A lo largo del proceso, más allá del doctor Egaña de Barrenetxea que remitió un escrito a Osakidetza, ningún profesional sanitario ha denunciado públicamente los supuesto amaños. A excepción de los anestesistas Marta Macho, Manoel Martínez y Roberto Sánchez. Crearon la plataforma Omega Ekimena para recibir adhesiones y se han convertido con el paso de los meses en el azote del Departamento vasco de Salud. Han denunciado «represalias laborales», que Osakidetza niega, y son tres de las personas que deberán acudir ante el juez como testigos del caso.
Entretanto, a mediados de junio LAB y ESK denunciaron el posible fraude ante la Fiscalía y el Parlamento Vasco, el día 21, manifestó su «indignación» ante los indicios de los sucedido y se comprometió a crear un grupo de trabajo para plantear modificaciones en las OPE. El 11 de julio, Osakidetza, tras analizar los expediente abiertos, decidió que se debían repetir las dos pruebas de Angiología y Cirugía Vascular y de Anestesia y la segunda de Cardiología ante las fuertes críticas de los sindicatos que tacharon la medida de «insuficiente». En el caso de Cirugía Plástica, el proceso siguió su curso. Mientras, en el Parlamento Vasco, la oposición comenzó a mover ficha y hubo negociaciones para lograr un pacto que reprobara la gestión del Gobierno. EH Bildu, además, propuso un nuevo modelo de OPE en el Servicio Vasco de Salud para garantizar la «limpieza e igualdad de oportunidades».
Con expectación se recibió la comparecencia de Jon Darpón en la Comisión de Salud celebrada el 19 de julio. Allí anunció que Osakidetza se «compromete a culminar la OPE con transparencia», además de «tomar medidas de mejora de cara al futuro» y colaborar en todo lo necesario con Ararteko y Fiscalía. Por último, el consejero anunció que se abrían expedientes de investigación en otras cuatro categorías médicas: Aparato Digestivo, Medicina Intensiva, Traumatología y Urología. Tras su comparecencia, los sindicatos pidieron en bloque su dimisión: «No tiene credibilidad». Mientras la Fiscalía empezó a tomar declaraciones, la idea de crear una comisión de investigación llegó al Parlamento Vasco. Elkarrekin Podemos y EH Bildu estaban de acuerdo en ello pero necesitaban que el PP apoyase la iniciativa para tener la necesaria mayoría.
Tras el periodo vacacional, Osakidetza informó que suspendía la OPE de Traumatología tras la «reunión secreta» de seis de los componentes de su tribunal y que cerraba la investigación interna del caso que realizada durante las últimas semanas. Por ello, señaló que las pruebas de Aparato Digestivo, Medicina Intensiva y Urología continuaban su proceso y que, a día 17 de septiembre, «no hay pruebas que determinen responsabilidades individuales de personas» en el caso. Su comparecencia fue definida por «insuficiente y decepcionante» por oposición y sindicatos.
Primera dimisión
Tras dos meses de relativa tranquilidad, ya en noviembre, y tras la propuesta de reforma de las OPE para médicos especialistas que presentó en el Parlamento el catedrático Rafael Jiménez Asenso, la dirección de Osakidetza tomó la primera gran decisión política desde el inicio del escándalo. El 15 de noviembre, Osakidetza «acepta la dimisión a petición propia de María Jesús Múgica». Ocupa desde entonces el cargo de director general Juan Luis Diego, estrecho colaborar del lehendakari. Con esta decisión, Múgica buscaba «no perjudicar políticamente» al Gobierno Vasco y evitar que la comisión de investigación saliera adelante.
La Fiscalía, por su parte, anunció que ampliaba seis meses más la investigación del caso y llamó a declarar a Múgica. Mientras tanto, un juzgado suspendió cautelarmente repetir los exámenes de Anestesia y Reanimación tras el recursos de un grupo de opositores que lograron plaza y otro dijo justo lo contrario. Darpón acabó el año reconociendo que Osakidetza debía cambiar «forzosamente» el modelo de OPE.
El 2019 empezó con otro movimiento en la dirección del Servicio Vasco de Salud. Osakidetza cesó a José Ramón Soto, director de Recursos Humanos, y a Ricardo Ituarte, director económico. El hermano de este último hizo un examen perfecto en una de las pruebas de Anestesia. A finales de enero el Ararteko hizo público su informe, «crítico» sobre lo sucedido en la OPE, y señaló que, entre otras once recomendaciones, que «la designación de las personas que vayan a formar parte de los tribunales se haga a través de sorteo» de tal manera que «se eviten las sospechas de designaciones interesadas por parte de Osakidetza».
La última gran noticia que ha vuelto a producir un tsunami social, política y sanitario tiene que ver con la investigación que la Fiscalía ha finalizado tras cerca de 8 meses de trabajo. El Ministerio Público señala que en las especialidades médicas de Anestesia, Angiología y Aparato Digestivo hay pruebas suficientes para imputar por las supuestas irregularidades a tres jefes de servicio, uno por prueba. Además, aprecia «indicios del hecho delictivo que justifican la práctica de diligencias para acreditar el mismo y/o para individualizar personas concretas que hayan tenido el dominio de la acción dentro de los tribunales de la oposición» en Cardiología, Cirugía Ortopédica, Cirugía Plástica Estética, Urología, Urgencias Hospitalarias, Microbiología y Parasitología y Cirugía Cardiovascular. La instrucción judicial por un caso de tanta complejidad e implicados se realizará en un juzgado de instrucción de Vitoria y se podría prolongar mas de un año.
Dos dimisiones y una reprobación que dejan a Darpón en el alambre
El futuro político del consejero de Salud está en entredicho desde que estallara el escándalo de la OPE de Osakide-tza la primera semana de junio. Después de que se conocieran las primeras denuncias por supuestos amaños, ya surgieron voces que pedían la dimisión del consejero y de la directora general de Osakidetza. Desde entonces, y en función de que cada nuevo paso que ha dado este caso, la intensidad de las voces críticas con la labor del consejero jeltzale han ido en aumento.
Tal es así que tras el informe de denuncia firmado por la Fiscalía del País Vasco a día 5 de febrero, Elkarrekin Podemos ha registrado esta misma semana una proposición no de ley en el Parlamento para solicitar la reprobación del consejero en el último pleno ordinario del mes que viene, que se celebra el 21 de marzo. Esta iniciativa contará con el apoyo de EH Bildu y del Partido Popular. El partido que lidera Alfonso Alonso tomó esta decisión el jueves en la comité ejecutivo del partido. De esta manera el caso le llega directamente a un lehendakari Iñigo Urkullu que durante todo este proceso ha arropado y apoyado de manera incondicional a Darpón. Como publicó ayer este periódico tanto Urkullu como el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, cerrarán filas con él hasta las últimas consecuencias. Sin embargo, las declaraciones realizadas por el responsable de Salud el pasado miércoles dejando la puerta abierta a marcharse si la Cámara vasca aprueba su reprobación le coloca con un pie fuera. No obstante, podría ser reprobado y no pasar nada porque el Gobierno tiene la potestad de mantenerle en el puesto. No obstante, su imagen y la del Ejecutivo quedarían muy tocadas. Además, EH Bildu también ha movido ficha y ha vuelto a registrar otra petición para crear una comisión de investigación en el Parlamento Vasco. Es la segunda vez que se plantea esta opción. El 12 de diciembre, la Cámara vasca votó en contra de crear este comité después de que el PP no apoyara la propuesta de Elkarrekin Podemos y EH Bildu. Esta decisión del Partido Popular estaba justificada porque un mes antes Osakidetza anunció la dimisión de la directora general María Jesús Múgica.
Sin la presencia de Múgica desde noviembre y de Juan Carlos Soto, director de Recursos Humanos, cesado el pasado 7 de enero junto al director Económico del Servicio Vasco de Salud, Jon Darpón se ha quedado sin dos de sus grandes apoyos en el desarrollo de esta Oferta Pública de Empleo que ha transcendido a la esfera sanitaria.
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