«El estrés intenso y mantenido puede dar lugar a un trastorno grave»
«Cuestiones como los procesos migratorios, el desempleo o los problemas económicos condicionan nuestro bienestar psíquico», advierte Antunez
Las enfermedades mentales tienen diferentes causas y factores que influyen en su desarrollo, como «el estrés intenso y mantenido», que «puede dar lugar a ... un trastorno grave», explica la psiquiatra de Osakidetza Begoña Antunez. «Cuestiones como los procesos migratorios, el desempleo mantenido, los problemas económicos severos, la violencia o las guerras son, sin duda, situaciones altamente estresantes ante las que no todas personas respondemos igual. Pero sí nos afectan, y mucho, condicionando nuestro bienestar psíquico y poniendo a prueba todos nuestros recursos personales para hacer frente a la adversidad». Estas situaciones «nos hacen perder la sensación de seguridad y pueden hacer que perdamos la confianza en nuestro entorno, en el futuro y en nosotros mismos. Afectará así a nuestra toma de decisiones, pudiendo llegar a perder nuestros objetivos vitales, lo que puede derivar en una enfermedad mental», reflexiona la experta.
Otro de los condicionantes al bienestar psíquico y emocional son las conductas de riesgo. Entre ellas, destaca el consumo de tóxicos, que normalmente suele comenzar en la adolescencia. «Con frecuencia estos comportamientos responden inicialmente a una estrategia desadaptativa. Es decir, a un intento inadecuado de hacer frente a los problemas emocionales que nos sobrepasan». Estas conductas de riesgo «tienen efectos muy negativos, tanto para la salud física como para la salud mental, más aún en aquellos cerebros que se encuentran en proceso de desarrollo», añade Antunez.
El tabaco, el alcohol y el cannabis son los tóxicos más utilizados durante la adolescencia, «cronificando con frecuencia su consumo en la edad adulta, sin que exista aún mucha conciencia de riesgo al respecto a estas edades». De hecho, «el consumo de tóxicos no solo se considera un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades mentales sino que se trata de un trastorno per sé, dada la gravedad».
¿Y qué impacto tiene en todo esto la situación familiar? «La circunstancia social y fundamentalmente nuestro núcleo familiar puede ser un factor protector cuando éste es afectivo, con límites claros y estable. Es en el entorno familiar donde se generan la seguridad y la confianza en uno mismo y en los demás, es donde aprendemos a querer y a querernos... Aunque a veces nos genere duda, la excesiva permisividad es igual de dañina que la excesiva rigidez y, como suele ocurrir, en el término medio está la virtud».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión