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La vacunación de sanitarios arrancó en Euskadi ayer en el Hospital de Cruces. IREKIA

Urkullu ve «injusto» el reparto de vacunas

Critica la intención del Gobierno central de priorizar en la entrega de dosis a las autonomías que más vacunaciones han realizado

Javier Guillenea

San Sebastián

Sábado, 16 de enero 2021, 11:41

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La decisión del consorcio Pfizer/BioNTech de retrasar el suministro de nuevas dosis de la vacuna contra el Covid-19 en la Unión Europea ha abierto un nuevo frente en la pandemia de polémicas que ha traído consigo la enfermedad. En esta ocasión la causante del desacuerdo ha sido la postura del Ministerio de Sanidad, que tras saber que la farmacéutica enviará a España el 56% de las dosis previstas, ha optado por primar a la hora del reparto a las comunidades que estén más adelantadas en la vacunación.

No es el caso del País Vasco, que ha reservado la mitad de sus vacunas para evitar que un eventual corte de suministro impida inyectar la segunda dosis a quienes ya hayan recibido la primera. «Se dará prioridad a los que recibieron la primera dosis al principio de la campaña de vacunación y ahora necesitan la segunda», explicó el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Esta estrategia sitúa a Euskadi en la cola de vacunaciones y hará que mañana reciba menos viales.

Estas intenciones fueron acogidas con malestar por el lehendakari, que no tardó en responder a través de las redes sociales con un mensaje titulado 'Euskadi siempre ha sido una nación, un país, solidario y lo seguirá siendo'. En su escrito, Iñigo Urkullu señala que «la decisión que podría ser adoptada por parte del Gobierno español de garantizar la segunda dosis a aquellas comunidades que no habrían hecho previsión de vacunas resultaría injusta para con Euskadi. Llevaría a tener que denunciar una carrera alocada por vacunar 'a cualquier precio' que se ha demostrado ineficaz y peligrosa».

Mensaje íntegro del lehendakari

«El 07 de marzo de 2020 se nos solicitaba que pudiéramos apoyar a otras Comunidades con material sanitario. El 08 de marzo en Euskadi decidíamos cerrar los centros educativos de Vitoria-Gasteiz y confinar el municipio de Labastida. El 11 de marzo decidíamos el cierre de los centros educativos en Euskadi, el mismo día en el que la OMS declaraba pandemia por el SARS-Cov-2, día en el que se nos solicitaba que esperáramos a que las medidas se decidieran en el Estado. El 13 de marzo se adoptaba en Euskadi la Declaración de Emergencia Sanitaria. El 14 de marzo el Gobierno español declaraba el Estado de Alarma.

No voy a reiterar las consideraciones del porqué y cómo del Estado de Alarma. Es suficiente con decir que, aun cuando no se ha resuelto jurídicamente si era/es imprescindible el Estado de Alarma, la justificación jurídica, entonces y actualmente, se basaba en la competencia para las medidas que afecten a la movilidad (también, por lo tanto, lo relativo a limitaciones horarias vinculadas a la movilidad).

A partir de lo dicho (puedo hablar de entonces y ahora en primera persona del singular y primera persona del plural), aun siendo comprobable la participación en las catorce Conferencias de Presidente (además de las Conferencias de Presidentes) y, por lo tanto, todas las propuestas formuladas (en mi caso 55) y planteamientos formulados, y dejando en un segundo plano todas las interpretaciones y acusaciones en cuanto a la incidencia en todos sus aspectos de la pandemia por Comunidades -el cuándo, cómo y cuánto de las «olas»- como si estuviésemos sometidos a una competición, me centro en que todas las propuestas y disposición han contado con un sentido de lealtad y solidaridad en el Estado, habiendo propuesto la necesidad de medidas similares y al mismo tiempo en Europa.

Planteé en agosto el ejemplo del «toque de queda» que en otros países se estaba adoptando. Adoptamos una semana más tarde la decisión de Declaración de Emergencia Sanitaria -vigente desde entonces- en Euskadi. Solicité la declaración de Estado de Alarma -vigente- para el conjunto del Estado ante las decisiones judiciales habidas sobre limitación horaria que proponíamos en agosto y en octubre. Todo ello de manera absolutamente transparente y leal, tal y como lo ha sido con todas las medidas que pudieran haber tenido incidencia en Comunidades colindantes o próximas lo han sido con las-los responsables institucionales de dichas Comunidades, y con visión propositiva y de bien común en el Estado. Con actitud solidaria.

En todo momento de la pandemia, incluso en los momentos más duros y ante la escasez de todo tipo de materiales y recursos asistenciales, aquello de lo que pudiéramos disponer lo hemos compartido.

Refiero esto porque quiero llegar a aquello que ahora afecta al bien común. Es el caso de las vacunas (sobre lo que parece que también hemos de vernos afectados por interpretaciones relativas a la aplicación de las dosis, la formación de las-los profesionales,... ) como, insisto, si todo esto fuera un concurso-carrera o competición.

La decisión que podría ser adoptada por parte del Gobierno español, según lo anunciado en el día de ayer, de garantizar la segunda dosis a aquellas Comunidades que no habrían hecho previsión de vacunas resultaría injusta para con Euskadi. Llevaría a tener que denunciar una carrera alocada por vacunar «a cualquier precio» que se ha demostrado ineficaz y peligrosa.

Mientras sigan existiendo exclusivamente vacunas de dos dosis fabricadas por un único fabricante (¿nos suena la concurrencia global internacional en la compra de todo material sanitario hospitalario que tuvo lugar durante toda la primavera pasada?), es imprescindible que las Comunidades Autónomas garanticen el stock suficiente para completar la vacunación. Es necesario actuar anticipando posibles roturas de suministro. No olvidemos que estas empresas tienen que suministrar vacunas a cientos de millones de personas en todo el mundo».

«En todo momento de la pandemia, incluso en los momentos más duros y ante la escasez de todo tipo de materiales y recursos asistenciales, aquello de lo que pudiéramos disponer lo hemos compartido», dice Urkullu. En su mensaje, el lehendakari hace un repaso de algunas de las decisiones adoptadas por el Gobierno Vasco desde que se desató la pandemia en marzo del pasado año, «todo ello de manera absolutamente transparente y leal, tal y como lo ha sido con todas las medidas que pudieran haber tenido incidencia en comunidades colindantes».

El Gobierno Vasco, recalca, ha actuado con todas sus propuestas con «un sentido de lealtad y solidaridad con el Estado, habiendo propuesto la necesidad de medidas similares y al mismo tiempo en Europa».

El lehendakari sostiene que «mientras sigan existiendo exclusivamente vacunas de dos dosis fabricadas por un único fabricante es imprescindible que las comunidades autónomas garanticen el 'stock' suficiente para completar la vacunación». «Es necesario actuar anticipando posibles roturas de suministro. No olvidemos que estas empresas tienen que suministrar vacunas a cientos de millones de personas en todo el mundo», añade.

No fueron estas las únicas palabras del lehendakari a través de internet. En otro mensaje, Urkullu señaló que «no se deben promover competiciones entre comunidades para ver quién o cuál es la que más vacuna y en menos tiempo. ¿Qué ocurre si entre hoy y el miércoles Euskadi utiliza el 100% de las vacunas disponibles? ¿Tendríamos derecho en ese caso a recibir más vacunas que otras comunidades? No tiene sentido promover una competición y, menos, perjudicar a quien ha actuado con previsión».

El lehendakari mostró su confianza en que «se proceda a una reconsideración de lo anunciado y, por lo tanto, una decisión justa en la reunión del consejo interterritorial. Confío en que se mantengan los criterios que fueron acordados y que no puedan ser alterados para perjudicar a quien ha actuado con mayor cautela y previsión».

Previsiones

El Ministerio de Sanidad considera que el descenso en el envío de vacunas solo se producirá este lunes y se compensará en semanas posteriores. De hecho, desde Pfizer/BioNTech recalcan que la demora se debe a los reajustes técnicos que va a haber que hacer para incrementar la capacidad de producción, que pasará de 1.300 a 2.000 millones de dosis, lo que permitirá un aumento notable en las dosis repartidas a finales de febrero y marzo.

«La semana del 25 de enero la previsión es recibir las dosis que estaban comprometidas», recalcó este sábado Salvador Illa, quien aseguró que la vacunación ha alcanzado su «velocidad de crucero» en España, donde se han administrado el 70% de las dosis recibidas. «El objetivo del Gobierno es vacunar al 70% de los 47 millones de españoles antes del verano, recordó.

«En este primer trimestre recibiremos la totalidad de las dosis que teníamos comprometidas, y en el segundo trimestre se incrementarán las dosis con las compras adicionales que ha hecho Europa y en que España ha participado», remarcó el ministro de Sanidad.

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