«El cáncer nunca se erradicará, pero serán más los tumores curables»
«Mientras poseamos componentes biológicos y no seamos robots, será una enfermedad presente y frecuente en nuestras vidas», asegura
El catedrático en Bioquímica y Biología molecular por la Universidad de Oviedo, Carlos López-Otín (Sabiñánigo, 1958), es una de las personas que más ha ... investigado sobre los tumores malignos. Esta tarde impartirá una charla magistral con motivo del 'Tour del Cáncer', que recala hoy a partir de las 18.00 horas en el Ayuntamiento de San Sebastián de la mano de Contra el Cáncer en Gipuzkoa. En el encuentro también presentará su último libro: 'Egoístas, inmortales y viajeras. Las claves del cáncer y de sus nuevos tratamientos: conocer para curar'.
– ¿Por qué son egoístas, inmortales y viajeras las células que provocan el cáncer?
– El cáncer es una enfermedad que, fundamentalmente, surge de la acumulación de daños en nuestro material genético. Estos daños o mutaciones causan la transformación de nuestras células hasta convertirlas en entidades egoístas que no paran de crecer, inmortales porque no quieren morir cuando el cuerpo se lo pide en nombre del bien común, y viajeras porque tratan de diseminarse por otros territorios del cuerpo para obtener los nutrientes o el oxígeno precisos para seguir creciendo.
– ¿Que sean inmortales quiere decir que no vamos a poder erradicar nunca el cáncer?
– La verdad es que, pese a que creo que el cáncer nunca se erradicará, cada vez serán muchos más los tumores que se curarán. He procurado sostener esta opinión con argumentos detallados en mi libro, pero no tiene nada que ver con el hecho de que las células tumorales sean inmortales, pues solo lo son mientras están en nuestro organismo. Una vez que un paciente sucumbe al cáncer, las células tumorales desaparecen también, esa es la gran paradoja. La clave de la crónica y futura presencia del cáncer entre nosotros es otra muy distinta y deriva del hecho de que es una enfermedad muy antigua y forma parte de nuestro legado evolutivo. Los dinosaurios tuvieron tumores malignos, lo mismo que los tienen las plantas o cualquier organismo con un mínimo grado de complejidad celular. Por tanto, mientras poseamos un cierto componente biológico en nuestros cuerpos y no seamos robots, el cáncer será una enfermedad presente y frecuente en nuestras vidas.
«Si viviéramos lo suficiente, todos tendríamos cáncer. Somos imperfectos y por eso tenemos enfermedades»
– ¿Por qué los genes tienen el potencial de ser tumorales sin que un virus externo los transforme en malignos?
– Solo un porcentaje muy pequeño de los tumores malignos son causados por virus. Los genes que actúan como semillas del cáncer en realidad desempeñan funciones muy importantes para nuestra supervivencia, pero pueden dañarse por mutaciones causadas por exposición a ambientes tóxicos o por los errores internos que se cometen de manera natural al copiar nuestro material genético. De una u otra manera, las mutaciones causan la transformación celular y el cáncer comienza su avance.
– Si es importante conocer para después curar, ¿sabemos al 100% qué es lo que nos produce el cáncer?
– No, no lo sabemos completamente, pero en los últimos treinta años hemos pasado de saber muy poco a ampliar nuestro conocimiento de manera extraordinaria. En general, se puede decir que en cuanto a su origen hay tres tipos de tumores: hereditarios, ambientales y replicativos. En el primer caso, los daños vienen de nuestros progenitores. En el segundo, la clave está en la toxicidad del entorno, incluyendo la que creamos nosotros mismos al fumar o al exponernos a radiaciones excesivas. Finalmente, los tumores de origen replicativo son aquellos cuyo origen está en nuestras imperfecciones biológicas. Somos imperfectos y lo seremos siempre, por eso tendremos enfermedades, incluyendo el cáncer. Y si viviéramos lo suficiente, todos acabaríamos padeciendo esta enfermedad.
– ¿Cuánto nos queda por saber? ¿Podremos llegar a conocerlo todo algún día?
– Mis cursos en la universidad comienzan dedicando varios días a hablar de lo que nos queda por saber en mi ámbito de estudio. En las conferencias del 'Tour del Cáncer' también dedico un tiempo a resumir lo que desconocemos sobre el cáncer, pero si tuviera que exponerlo en detalle, la charla duraría varios días.
– La palabra cáncer asusta y por eso muchos evitan pronunciarla. ¿Hay que tenerle miedo a esta enfermedad?
– Sin duda, el cáncer es la enfermedad que más cerca nos hace sentir nuestra vulnerabilidad y genera miedo, miedo a lo desconocido, al dolor, a la incertidumbre, a no saber por qué nos ha tocado a nosotros... Pero creo que lo mejor es hablar de ello con naturalidad, evitando caer en la banalización o en la repetición de frases estereotipadas. Es una enfermedad que afecta a muchos millones de personas en el mundo. No olvidemos que este año 2022, en España se diagnosticarán en torno a 300.000 nuevos casos. No se puede continuar estigmatizando esta enfermedad ni a los pacientes que la padecen. No se debe hablar de ella con eufemismos como el de 'una larga enfermedad', ni utilizar lenguajes bélicos o épicos para describirla. Tampoco se puede prometer lo que no se puede cumplir, porque los bulos sobre remedios infalibles no ayudan en nada ni a los enfermos ni a sus familias. Lo que debemos hacer es seguir trabajando sin descanso, cada uno en la parcela que le corresponde, y ayudar en todo a los pacientes, que ni son héroes ni pretenden serlo, lo que desean es curarse.
– ¿Hay dietas o alimentos anticáncer?
– La nutrición adecuada es una estrategia fundamental para prevenir el cáncer. Todo ayuda, pero ninguna dieta curará el cáncer. Luis Cernuda dejó escrito que es «imposible con nubes abrazar hasta el fondo un cuerpo». Pues en el cáncer pasa algo parecido, en mi opinión sigue siendo imposible curar un tumor maligno con nubes, sean del tipo que sean.
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