«Uno de cada 1.500 inscritos en el registro acaba donando»
«Puede que a una persona que está inscrita nunca le llamen para donar, es cuestión de compatibilidad», explica la coordinadora de trasplantes del Hospital Donostia, Lucía Elosegui
El País Vasco se ha empeñado y mucho en lo que a donaciones se refiere. El año pasado, Euskadi aportó 770 donantes de médula ósea al registro mundial, hasta alcanzar un total de 14.709 donantes vascos inscritos actualmente, se realizaron 59 trasplantes y 10 personas se convirtieron en donantes activos. La coordinadora de trasplantes del Hospital Universitario Donostia, Lucía Elosegui, aplaude la solidaridad de la población aunque sigue insistiendo en la necesidad de donar. Y es que de media, tan solo uno de cada 1.500 inscritos acaba realmente donando. «Porque una cosa es estar registrado como donante y otra muy distinta que la donación se lleve a cabo al encontrar compatibilidad. La diversidad genética es enorme y hay millones de combinaciones posibles, por eso este programa funciona a nivel internacional», detalla Elosegui, que explica que es el Registro de Donantes de Médula Ósea (Redmo) de la Fundación Josep Carreras quien se encarga en España de gestionar las donaciones con el registro mundial.
Cuando los médicos indican un trasplante -para tratar enfermedades oncológicas como la leucemia o déficit medulares-, primero se busca en la familia. La probabilidad de encontrar un hermano compatible es del 25%. La siguiente opción es el registro internacional en el que a día de hoy hay más de 33 millones de donantes apuntados.
La extracción de médula ósea se puede realizar mediante varias técnicas, según la enfermedad que haya que tratar. La aféresis es una técnica ambulatoria que requiere de una medicación 5 días antes de la donación para sacar las células de la médula ósea al torrente sanguíneo. Una máquina centrifuga los progenitores hematopoyéticos (las células que se trasplantan) y los restantes componentes se introducen por otro catéter. En otros casos, se extraen de las crestas ilíacas, que se sitúan sobre el hueso pélvico. Este proceso se realiza bajo anestesia general en quirófano y requiere un ingreso de 24 horas en el hospital. Precisamente «una de las mayores preocupaciones en las entrevistas personales son los procedimientos médicos, si duelen. Nosotros nos esmeramos mucho en explicar en qué consiste todo el proceso de donación para que cuando les llamen de verdad para donar tengan todo muy claro y no se echen para atrás. En ese momento aún lo pueden hacer, aunque aquí no suele ocurrir porque se les da todo tipo de información y se resuelven todas las dudas». Las entrevistas se realizan en los hospitales de las tres provincias vascas pero es en el Hospital Universitario Donostia donde se llevan a cabo las donaciones y los trasplantes en toda Euskadi. «La donación de médula es bestial, se van con un subidón de autoestima...», añade.
Rango de edad
Para ser donante hay que tener entre 18 y 40 años y estar sano, es decir, no haber padecido ninguna enfermedad grave ni transmisible ni tener alguna contraindicación. En cuanto al rango de edad, Elosegui explica que «antes se podía donar hasta los 55 años pero se tomó una decisión a nivel nacional y se ha bajado la edad. Ahora buscamos más calidad que cantidad. Los hematólogos a la hora de elegir el donante más adecuado siempre quieren gente joven, porque la calidad de las células es mucho mejor y los riesgos de la donación, mucho menores». Esto explica que hayan disminuido las donaciones que aportó Euskadi al registro ( 1.374 en 2018 frente a las 2.077 de 2017). «Tenemos menos número pero gente joven y eso es bueno. Compensa», valora.
Elosegui recuerda la inutilidad de realizar campañas dirigidas para una persona en concreto, además de ser ilegales, ya que las donaciones son siempre anónimas y altruistas. «Tu donación es para todo el mundo no para una persona determinada». Además, la probabilidad de que sus amigos y familiares sean compatibles es más que remota. Recuerda que «hace años había épocas en las que teníamos una avalancha de donantes cuando algún familiar realizaba un llamamiento al pueblo para que donara médula y nos colapsaba totalmente. Ahora eso no pasa porque la gente está mucho más informada».