La fecha para culminar las obras del TAV se retrasa otro año hasta 2027

Salvo giro de guion, habrá que empezar a mirar a 2028 para ver el TAV en marcha porque este tipo de infraestructuras requieren de un largo periodo de pruebas de seguridad y formación de los maquinistas. El AVE llegó a Burgos el pasado verano 20 meses después de que el trazado que llega desde Palencia estuviera culminado.

Con esta son ya trece las ocasiones en las que la alta velocidad vasca ve retrasada su fecha de inauguración. Cuando se anunció el proyecto en 1988 se calculó que el tren estaría en marcha en 2002, y cuando empezaron los trabajos –este mes se han cumplido 16 años– se hablaba ya de 2012. La amenaza de ETA y el boicot radical, la crisis económica y la falta de impulso político han ido condicionando el desarrollo de las labores en todo este tiempo.

Hace dos años, el proyecto de Presupuestos, los primeros de Sánchez, retrasaron el final de las obras de la 'Y' vasca de 2024 a 2026 –y la inauguración a 2027–, y abrieron una nueva fase para el proyecto. Conscientes de que ofrecer plazos concretos es una recurrente experiencia fallida, los representantes del Ejecutivo central prefieren señalar que la infraestructura entrará en servicio «cuanto antes».

Un cálculo inconcreto que no agrada al PNV y al ala nacionalista del Gobierno Vasco, que llevan años denunciando el «agravio» socioeconómico que suponen la descomunal demora. Del TAV empezó a hablarse a la vez que de la primera línea de AVE –la Madrid-Sevilla, inaugurada en 1992– y en este tiempo casi el 80% de la población española se beneficia de la alta velocidad.

Llegados a este punto, ¿en qué fase se encuentran las obras? El ramal guipuzcoano está siendo ejecutado por el Gobierno Vasco merced a un acuerdo con Moncloa por el que adelanta un dinero que luego resta del Cupo. Solo queda un tramo en ejecución –el Hernani-Astigarraga– y, según los cálculos del Departamento de Transportes que lidera el socialista Iñaki Arriola, quedará finiquitado a comienzos de 2024.

Álava y Bizkaia son otra historia. Adif mantiene cinco tajos abiertos y el más retrasado es el que atraviesa Elorrio, pero ninguno de ellos es la razón del nuevo retraso. El problema es el nudo de Bergara, una complicadísima obra dividida en tres sectores diferentes. Allí se ejecuta el centro de la 'Y' vasca, una superposición de vías a tres niveles diferentes de profundidad en el que deben confluir los futuros trenes en ruta hacia Bilbao, Vitoria y San Sebastián. El proyecto, además de complicado, sufrió un gran retraso años atrás cuando las primeras empresas adjudicatarias paralizaron los trabajos por el sobrecoste. El Gobierno central se vio obligado a romper el contrato y abrir un nuevo proceso de licitación.

Cabe recordar que cuando hablan de inaugurar la 'Y' vasca esta década las instituciones lo hacen sabiendo que en este plazo no estarán listas las nuevas estaciones de Bilbao y Vitoria, que van a ser soterradas. El TAV llegará a Basauri de forma provisional y a la capital alavesa con el apeadero y sus accesos a medio hacer.

Hace justo un año, durante la negociación de los Presupuestos, Pedro Sánchez se comprometió con el PNV a ceder al Gobierno Vasco la gestión de las obras de los accesos y las estaciones para intentar acelerarlas, pero el acuerdo sigue sin cerrarse. Podría haber novedades en noviembre, cuando vean la luz los borradores de los proyectos. La inversión en la 'Y' vasca asciende ya a 4.776 millones. La barrrera de los 5.000 se va a superar con holgura.