Proliferan los robos durante la época de cosecha, sobre todo en cultivos al aire libre
Se han detectadogrupos especializados en sustraer plantas, lo que ha dado origen a varios episodios de violencia, el más grave en Eibar con un fallecido
javier peñalba
Domingo, 17 de febrero 2019, 07:50
El cultivo de la marihuana oculta un lado oscuro, no exento de riesgos y peligros. Como consecuencia del auge de esta actividad, han surgido « ... grupos delincuenciales», entre cuyas actividades se encuentra la de robar en plantaciones, con el fin último de traficar con esa mercancía o «utilizarla como medio de pago en otros ilícitos penales, aseguran fuentes de la Ertzaintza.
Estos robos se producen, sobre todo, en época de cosecha, en la fase de recolección. Los cultivos que se dispersan por la comunidad autónoma se convierten en el tramo final del verano en un elemento codiciado. Los propietarios de las plantaciones son conscientes del valor que encierran las flores, los cogollos, y no dudan en extremar las medidas de vigilancia. Incluso se atreven a hacer uso de las armas de fuego para preservar su codiciado botín. No es de extrañar: un gramo de 'maría' se cotiza a 5 euros y el kilo cuesta en torno casi a 1.400.
Las plantaciones suelen estar por lo general alejadas de zonas de paso o núcleos habitados, espacios muchas veces de acceso complicado, precisamente para dificultar la acción de los ladrones. Pero al monte no se le pueden poner puertas, de forma que las sustracciones son relativamente frecuentes. No es igual que robar en una nave industrial, donde hay que forzar puerta y, además, por lo general, estas instalaciones cuentan con vigilantes pagados.
Fuentes policiales reconocen que, «debido a esta forma derivada de delincuencia» se han producido diversos episodios de delitos violentos contra las personas, «algunos de ellos con la utilización de medios especialmente peligrosos, como armas de fuego».
Uno de los incidentes más graves recientemente registrado se produjo cuando personas armadas intentaron acceder a un caserío de una localidad de Gipuzkoa para cometer un robo de marihuana. En el transcurso del asalto el morador del caserío -y vigilante del alijo- resultó herido por un disparo de arma de fuego.
Una muerte en Eibar
No obstante, el episodio más grave sucedió hace seis años. Un joven colombiano perdió la vida en Eibar tras recibir un disparo efectuado por una persona que custodiaba una plantación en el valle de Arrate, en la ciudad armera. Los hechos tuvieron lugar el 22 de septiembre de 2013. La víctima se dirigió de madrugada a un caserío con el propósito de apropiarse de una cantidad de marihuana.
La víctima, acompañada de al menos otra persona, llegó armada con una escopeta que había sustraído al padre de su compañera. Al llegar, los intrusos activaron un sistema de detección de movimiento que hizo que, a su vez, se encendieran las luces de la fachada de la vivienda. De esta forma, el dueño del caserío percibió la presencia de los extraños y decidió coger una carabina del calibre 22 que le habían dejado en previsión de que pudieran producirse incidentes durante la fase de crecimiento de la marihuana.
El titular del caserío, junto a otra persona, salió y se enfrentó a los asaltantes. El joven colombiano efectuó entonces dos disparos con la escopeta que llevaba y mantuvo una lucha con el vigilante que le arrebató la escopeta y se la partió en dos. Desprovisto del arma, la víctima se encontró de frente con el dueño del caserío. Este, carabina en mano, disparó. El proyectil alcanzó en la zona superior del torso al joven falleció desangrado.
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