Mares de plástico, una amenaza real
La plataforma Seamar recoge y analiza los microplásticos que se tiran a los océanos
Millones de toneladas de plástico se tiran al mar cada año y acaban convertidas en micropartículas tóxicas que contaminan los alimentos. Por otra ... parte, diversos estudios apuntan a que en 2050 el plástico del mar pesará más que todos los peces. Unos datos aterradores. Inventores, científicos y políticos intentan alertar sobre la amenaza de los 'mares de plástico'. También jóvenes concienciados con el medioambiente que colaboran con plataformas o proyectos con el objetivo de poner el freno a esta catástrofe.
Como Juan García Marina y Marta Brotons Blanes, fundadores de Seamar, una plataforma que pretende conectar a la sociedad con el medio marino a través de la aportación de información sobre éste, realizando proyectos con la colaboración tanto profesional como ciudadana. Una plataforma que no solo se circunscribe a la recogida y análisis de plásticos sino a todo proyecto que tenga que ver con los océanos. Son dos jóvenes emprendedores, un donostiarra de 31 años y una valenciana de 23, graduados en Ciencias de Mar y en Ciencias Ambientales, que se conocieron durante unas prácticas en las islas Azores, y un día decidieron pasar de la teoría a la acción.
Juan García Marina y Marta Brotons son los fundadores de un proyecto que se desarrolla en el ámbito del medio marino
Seamar nació con la idea de convertirse en un proyecto de participación ciudadana. «Es decir, intentar crear un protocolo para desarrollar una red de recogida de datos a través de veleros recreativos, gente que tenga su barco y que disponga de su propia red para poder recoger muestras y poder conseguir así información científica. No obstante, resulta complicado porque los materiales, o sea las redes, son muy caras. Este es nuestro principal hándicap», asegura García Marina.
400 millones de toneladas
Juan García explica que en poco más de medio siglo, «hemos pasado de producir al año dos millones de toneladas de plástico a más de 400 millones. Este material está en todas partes: tierra, mar y aire, y su capacidad de destrucción desafía lo imaginable. La ciencia ya lo advierte: será uno de los legados de nuestra civilización».
Brotons, por su parte, asegura que «los plásticos son usados en nuestro día a día debido a su durabilidad, impermeabilidad y bajo coste. Hoy en día, constituyen un 10% de todos los residuos generados en todo el mundo, y muchos de ellos acaban en el océano». Estas características que los hacen tan útiles también hacen que se acumulen en los giros subtropicales donde se rompen en microplásticos. Estos pequeños trozos de plástico pueden ser ingeridos por un amplio rango de organismos y, por tanto, pueden incorporarse fácilmente en la cadena trófica. «A pesar del gran impacto de este contaminante, continúa habiendo muchas incógnitas», subraya García Marina. Debido a la falta de mediciones y observaciones, la distribución de microplásticos en el océano abierto no se conoce bien. «Por tanto, nos gustaría establecer una metodología fácil y precisa para muestrear microplásticos de manera que cualquiera con un velero pueda contribuir a completar los datos de concentración de estos en todo el mundo», aseguran ambos.
Juan Marina y Marta Brotons hicieron una travesía en su propio motovelero 'Big Shadow' cruzando el Atlántico al tiempo que medían microplásticos, para así empezar a completar su base de datos y demostrar que es posible, por medio de la participación ciudadana, conocer la distribución de microplásticos. Ahora se encuentran en la fase final de análisis de dichos datos y de ver qué conclusiones se pueden extraer.
–¿Y qué proyectos de futuro tenéis entre manos?
–La segunda fase sería más utópica. Nos gustaría que fueran más los barcos que se sumaran al proyecto, pero no es fácil. Nos gustaría que cualquier persona que tenga un barco recreativo esté por la labor de contar con su propia red de recogida de material. El problema de estudiar el mar es, precisamente, la dificultad para conseguir datos de campo. Y esto lo podría hacer gente con poder adquisitivo que tiene barco sin se profesional. Pero creo que cada vez existe más gente concienciada y con ganas de colaborar con la ciencia para salvar en medioambiente.
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