Los delitos de odio contra el colectivo LGTBI se triplican en seis años en Euskadi

Las cifras «inquietan» aunque «la juventud cada vez es más inclusiva y tiene menos prejuicios», destacan desde Aldarte, asociación que forma parte del Observatorio vasco LGTBI+ y que junto al resto de plataformas se concentran hoy en diversos puntos de la CAV. En la capital guipuzcoana, todos los grupos políticos municipales llevarán a cabo una lectura de la declaración institucional aprobada por unanimidad «por la liberación afectivo-sexual», y los autobuses de Dbus llevarán la bandera arcoiris «como muestra de su apoyo a todas las actividades que se realicen con motivo de este día», informa la compañía en un comunicado. También el Kursaal se iluminará con la nueva bandera multicolor que aúna las diferentes diversidades de este colectivo. El Ararteko recordó ayer a través de una declaración institucional la importancia de que «las instituciones vascas pongan todos los medios para garantizar siempre una eficaz protección frente a la discriminación, y los actos o discursos de odio que, en algunos ámbitos, todavía persisten contra las personas por razón de su orientación sexual o identidad de género». A su juicio, «gracias a la lucha de los colectivos LGTBI y a los cambios legales e institucionales, Euskadi ha alcanzado un consenso histórico en torno al necesario respeto de los derechos de las personas LGTBI».

En este sentido, a pesar de que la mayoría de la ciudadanía vasca (el 86%) opina que las instituciones deben garantizar los derechos de este colectivo y se muestra abierta a la diversidad sexual, aún persisten las agresiones homófobas en el día a día. Según el último informe de incidentes de odio registrados por la Ertzain-tza, Euskadi contabilizó un total de 96 delitos de odio por orientación e identidad sexual –de estos, 25 en Gipuzkoa–. Esta cifra supone un 31,5% más que los contabilizados en 2021 y un 200% más que en 2017, cuando se realizó el primer informe sobre incidentes de odio en Euskadi, a través de una iniciativa conjunta de la Cátedra de Derechos Humanos y Poderes Públicos de la UVP/EHU y el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco.

La gran mayoría de los delitos de odio sigue siendo por racismo y xenofobia, si bien los perpetrados contra la orientación e identidad sexual «han consolidado su posición como segundo colectivo más victimizado», tal y como muestran los datos año tras año. Así, representan ya el 21,6% del conjunto de los delitos de odio recogidos el año pasado (438). Desde que hay registros, el número de incidentes de odio de esta índole ha ido aumentando hasta triplicarse en seis años. En 2017 se contabilizaron un total de 32; al año siguiente la cifra ascendió hasta los 38 delitos, si bien en 2019 la cifra disminuyó notablemente alcanzando los 13 casos. Sin embargo la evolución ha continuado al alza los últimos ejercicios. En 2020 se registraron 50 casos; en 2021 fueron 73 y el año pasado llegaron hasta los 96. «Somos muy críticas con los datos. Hay que realizar una lectura exhaustiva, a nivel social y político, más allá de lo numérico, valorar en qué contexto se producen, por qué... Toda agresión preocupa, sea la que sea, ya sea por raza, etnia u orientación sexual», afirma Gaizka Villar, miembro de la asociación Aldarte, que pide acabar con «los estigmas y los estereotipos» hacia las personas LGTBI. «El colectivo va mejorando», con «pequeños pasos» como la nueva 'ley trans' y «hay que seguir por estos caminos», afirma Villar, que insiste en avanzar no solo hacia la consecución de derechos legales sino también socialmente. «Aún queda trabajo por hacer en muchos ámbitos como el educativo o el laboral. Hay mucho prejuicio de los adultos que se traslada a la chavalería. La responsabilidad y los logros son de toda la ciudadanía, no solo de las personas LGTBI», añade.

A pesar de las «mejoras», aún persisten «los chistes, los insultos en el día a día» de muchas personas, tal y como observan desde las asociaciones y queda reflejado en el informe Neurtu de Ikuspegi y la UPV, que evidencia que el 50% de la ciudadanía vasca declara haber presenciado comentarios negativos o burlas sobre alguien por su orientación sexual o de género. «Hay gente que nos cuenta que no puede verbalizar que son LGTBI en su grupo de amigos, por ejemplo», detalla Villar que añade cómo «todo lo que se sale de la norma y es minoría se juzga y se critica. Vivimos en una sociedad que nos clasifica por hombre o mujer en vez de aceptar un amplio abanico. Aún se siguen dando actitudes misóginas, clasistas, racistas, lgtbifóbicas», por lo que «sigue habiendo miedo al rechazo o a sufrir violencia y la calle tiene que ser un espacio seguro», señalan desde Aldarte.

Las agresiones como la ocurrida el año pasado en Basauri «son casos aislados, pero cogen mucha cobertura mediática». Según los informes del Gobierno Vasco, en lo que respecta a las tipologías delictivas más prevalentes, predominan, muy por encima del resto las lesiones (34 en 2022) seguidas de las coacciones (15) y amenazas (10). Las vías públicas aglutinan más de un tercio de los lugares de comisión de los delitos (en el 42% de los casos). Por franjas horarias, entre las 00.00-05.59, predominan los delitos cometidos por razón del género y por orientación sexual.