«Si no tienes imaginación no puedes ser científico, pero debes controlarla»
Diseña máquinas moleculares. Su equipo ideó el primer músculo molecular, un objeto de ocho nanómetros que se contrae y relaja
El químico francés Jean Pierre Sauvage quiso conseguir la fotosíntesis artificial y acabó diseñando máquinas moleculares, un trabajo por el que en 2016 recibió el ... premio Nobel de Química. Mañana hablará en Passion for Knowledge sobre el resultado de sus investigaciones.
– ¿Sigue teniendo el sueño de lograr la fotosíntesis artificial?
– Es uno de los grandes proyectos dentro del mundo de la química. Empecé hace mucho tiempo en este campo, pero todavía sigue siendo un sueño que no se ha alcanzado.
– Cuando en ciencia se comienza un camino, ¿se puede acabar en otro lugar diferente al esperado?
– Ese es exactamente mi caso. Estábamos intentando desarrollar nuevos fotosintetizadores con cobre que contenía moléculas, que eran mucho más económicos que los que se utilizaban hasta entonces, cuando nos dimos cuenta de que esas moléculas eran los precursores ideales para sintetizar una estructura molecular que incluía dos anillos entrelazados que bautizamos catenano porque se asemejaban a los eslabones de una cadena. En ese momento decidimos detener la investigación enfocada hacia la fotosíntesis y concentrarnos en ellas.
– Y un día logró que esas dos moléculas se movieran.
– Moverse de un modo controlado, que es lo importante. Todas las moléculas se mueven pero solo muy pocas podían moverse de una manera controlada.
– ¿Se puede decir que domesticó a esas moléculas?
– De alguna manera sí.
– Y las puso a bailar.
– Estas moléculas vibraban, se movían de una manera descontrolada y encontramos el modo de darles órdenes para que se movieran a una determinada velocidad o hacia atrás y adelante. Logramos controlar su movimiento.
«No creo que la especie humana sea capaz un día de generar organismos vivos. Habremos desaparecido antes»
– Ese fue el primer paso para crear máquinas moleculares. ¿Cuántas piezas tienen las que desarrolla su equipo?
– Teóricamente las piezas se podrían seguir concatenando, pero hoy en día las moléculas sintéticas son muy simples comparadas con las del sistema biológico. Hay colegas que han conseguido crear una especie de nave con un eje central en el que se va moviendo y rotando esa máquina molecular. Es un sistema molecular de transporte de información tanto para guardar como para procesar información, es decir, para utilizar las moléculas como fuente de procesamiento y de almacenamiento de información. Tienes un eje y dos estaciones y puedes decirle a ese círculo que se mueva de una de las estaciones a la otra y volver. Esa información la puedes leer luego y sabes dónde está exactamente, y también puedes borrarla y volver al estadio inicial.
– ¿Esta es la base del futuro ordenador molecular?
– Sí.
– ¿Las máquinas moleculares pueden ser utilizadas para combatir el cáncer?
– Hoy en día todavía no podemos decir que existe un sistema capaz de ello, pero hay muchos grupos de investigación repartidos por todo el mundo que están trabajando en ese campo. Es el proyecto de investigación más importante que está en marcha en este ámbito.
– ¿Pueden servir estas máquinas para regenerar órganos?
– De momento hay muy pocas aplicaciones. Una que ya está en marcha, aunque no sea la más importante, utilizar las máquinas moleculares para que las pantallas de móviles se regeneren solas su tú las rasgas. En mi grupo la máquina molecular más compleja que hemos hecho es un pequeño músculo que se puede contraer de ocho nanómetros hasta seis nanómetros y volver de nuevo a su estado inicial. A esto lo llamamos músculo molecular y es algo que tuvo su repercusión cuando lo publicamos.
– Quizá sea ciencia ficción, pero imagino en el futuro ejércitos de máquinas dentro de nuestro cuerpo para sanarnos.
– De momento es ciencia ficción. Como científico yo intento mantenerme frío y sin demasiados fuegos artificiales.
– ¿Un científico debe luchar contra su imaginación?
– No hay que rebelarse contra ella, pero sí controlarla.
– ¿Qué papel juega la imaginación en la ciencia?
– Es determinante. Si no tienes imaginación no puedes ser científico. Tienes que pensar en el futuro, hacer proyecciones.
– En su libro 'La elegancia de las moléculas' usted habla de la belleza de la química. ¿Dónde la ve?
– Es importante la imagen que uno pueda tener de una molécula, pero también lo es su función. Además, está la elegancia de la síntesis, porque algunas moléculas son extremadamente difíciles de hacer. Algunas veces se encuentran caminos muy elegantes para llegar a eso y entonces la molécula tiene también un apariencia más bella.
– La química permite fabricar casi cualquier tipo de molécula. ¿Puede sustituir a la naturaleza?
– Eso es imposible. Podemos fabricar elementos biológicos, podemos fabricar piezas relativamente pequeñas de ADN y proteínas simples, pero la vida es muchísimo más compleja que eso. Hay que tener en cuenta también el tiempo, porque las moléculas tienen que ser capaces de interactuar entre ellas en un momento determinado. No creo que la especie humana sea capaz de generar un día organismos vivos. Habremos desaparecido mucho antes.
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