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Un colectivo de unas cincuenta personas ha ocupado este jueves el Guardetxe del monte Urgull, en San Sebastián. Según los participantes, el objetivo es «recuperar este espacio abandonado desde hace años para ponerlo al servicio del barrio y de los colectivos populares», aunque el inmueble se encuentra en mal estado y sin permiso de uso desde hace años.
La acción comenzó alrededor de las 13.30 horas, cuando un grupo de personas procedente de la Parte Vieja se dirigió hacia el monte Urgull. Al llegar al Guardetxe, fueron recibidos por jóvenes que habían pasado la noche en su interior. Según los ocupantes, entraron en el edificio hace varios días tras comprobar que no existía riesgo estructural, y hoy han hecho pública la ocupación con la participación de varios colectivos.
El Guardetxe, un antiguo edificio situado en una de las laderas del monte Urgull, ha sido ocupado en anteriores ocasiones de forma simbólica por miembros de la Alde Zaharreko Gazte Asanblada (AZGA). No obstante, en todas esas ocasiones, la Guardia Municipal intervino desalojando a los jóvenes y cerrando nuevamente el acceso.
El inmueble quedó vacío en 2019, tras una década en la que fue gestionado por la asociación Bandabat para actividades culturales. Desde entonces, permanece cerrado por su mal estado y la falta de un plan de rehabilitación ejecutado.
Los promotores de la ocupación afirman que el espacio podría «dar respuesta a las necesidades» de jóvenes y colectivos de Donostia, albergando actividades culturales, formativas, musicales y de ocio alternativo. También aseguran en su comunicado estar dispuestos a negociar con el Ayuntamiento «unas condiciones de cesión» del espacio, aunque advierten que continuarán con la ocupación si no se abren vías de diálogo.
Frente a posibles planes institucionales de convertir el espacio en otro recurso turístico, desde AZGA son contundentes: «Tenemos claro que no queremos abrir otro museo, galería o espacio expositivo orientado al turismo». Aseguran que su apuesta pasa por un uso autogestionado, vecinal y comunitario, que responda a «las necesidades reales» del barrio.
En su comunicado también aseguran que en Donostia «se priorizan los intereses de las élites económicas sobre los colectivos del barrio, inmersos en un proceso irreversible de turistificación y gentrificación». Según denuncian, este fenómeno ha generado una pérdida de espacios públicos, subida de precios en la vivienda y desaparición del comercio local.
Desde el Ayuntamiento, se ha reiterado que el edificio requiere una rehabilitación integral antes de cualquier uso. En el pleno municipal del pasado enero, la concejala de Igualdad, Solidaridad y Derechos Civiles, Ane Oiarbide, explicó que el proyecto de reforma todavía debe ser solicitado y aprobado por la Diputación, y que se han presupuestado 50.000 euros para iniciar dicho proceso este año. Además, dejó claro que, una vez habilitado, el espacio se someterá a un concurso público abierto, sin reservas específicas para colectivos del barrio, como había reclamado EH Bildu.
Por el momento, no se ha producido intervención policial y los ocupantes han comenzado labores de limpieza y preparación del edificio para actividades anunciadas este fin de semana.
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