Los alemanes no lo tuvieron muy fácil

La exhibición pirotécnica de la empresa alemana First Class Pyro-Events ha sido uno de los actos principales de la cuarta jornada de las fiestas de Semana Grande de San Sebastián, que han llegado este miércoles, festividad de la Vírgen, a su ecuador. Ha sido un brillante broche final a un miércoles 15 de agosto, día de la Asunción, soleado y animado.

El 'crescendo' del Concurso Internacional de Fuegos Artificiales de San Sebastián, que se aproxima a su fin, parece imparable, y nada será fácil después de las exhibiciones de Caballer FX y Parente, que supieron conectar con los gustos del público donostiarra y fueron recompensados con sus aplausos. La alemana First Class Pyro-Events, tal como lo en su primera comparecencia en Donostia en 2012, venía este miércoles al concurso internacional de fuegos artificiales de San Sebastián con una propuesta diferente y el lema «think different» por bandera. Vistos los precedentes, no lo tuvieron fácil, y tampoco les facilitó la tarea el humo, pero brindaron momentos de gran belleza.

El fundador y máximo responsable de First Class Pyro-Events, Stefan Falkenau , explicó horas antes del lanzamiento que trataría de adaptar el espectáculo de a las características del escenario «maravilloso» que conoció hace seis años, por lo que prometió apreciar «cosas dedicadas a la ciudad y a la Concha». El espectáculo, que ha contado con 1.400 carcasas, ha alternado, como indicó, «secuencias limpias» con «algún truco de vez en cuando», alguna variación que lo hará más vistoso, dentro de un estilo que Falkenau tachó de «muy alemán».

Este jueves a la noche llegarán los fuegos de Pirotecnia Xaraiva, de Ourense, y el viernes cerrarán la competición los Hermanos Caballer, de Castellón. El 'postre' pirotécnico será, no obstante, el sábado, con el espectáculo piromusical que cierra la Aste Nagusia y que este año tendrá aires nórdicos. Göteborg Fireworks será la encargada de esta sesión con un repertorio 100% escandinavo con temas de Abba, Avicii, Roxette, Kygo, A-Ha y Swedish House Mafia.

En cuestión de fuegos artificiales, la fama se la lleva Levante, pero también tienen una gran tradición en Galicia, donde son muy numerosas las pirotecnias, la mayoría de pequeño tamaño. Así era cuando se fundó la compañía Xaraiva. Era 1960, y en ella trabajaban solo el propietario y sus hijos, sin muchas más aspiraciones que atender a la demanda procedente de las fiestas locales que, sin fuegos artificiales, eran menos fiestas.

En 1977, sin embargo, uno de aquellos jóvenes, el actual gerente de la firma, Luis Do Espiritu Santo García, miró más lejos, se hizo cargo de la empresa, le dio una nueva dimensión, y nació la Xaraiva que ha ido cosechando éxitos y triunfos en las últimas décadas. Una empresa que sigue siendo familiar, y que además de diseñar y lanzar excelentes colecciones produce sus propios fuegos, y es también importadora y distribuidora de material pirotécnico.

Xaraiva es una empresa que insiste mucho en la importancia que le otorga a la seguridad, tanto en lo que respecta a la producción y al trabajo interno, como en todo lo concerniente a la exhibición.

La de este jueves por la noche será la quinta participación de Xaraiva en la Semana Grande donostiarra. Debutó en 1990, y volvió al concurso en 1999, 2004 y 2012. La firma orensana, de la que dicen los entendidos que es una fiel exponente del estilo galaico-portugués, tan solo ha estado presente en una ocasión en el palmarés que decide el jurado oficial, ya que obtuvo el segundo premio en 1999.

También el público ha apreciado sus propuestas. Ha cosechado comentarios positivos, y en 2004 fue la más votada por el jurado popular y la favorita del jurado joven.

El martes por la por la noche fue el turno de la firma Parente con un espectáculo de «estilo italiano, un poco diferente al español» que, no obstante, incluyó una «traca final ruidosa». Parente ya se llevó en 2008 el gran premio del Concurso Internacional de Fuegos Artificiales de San Sebastián, mostró novedosos efectos en colores «turquesa, naranja o agua» y ofreció como colofón un final en blanco.