El Orfeón y los donostiarras, fieles a la cita con la Salve
La formación coral, que este viernes tiene una importante cita en Austria, volvió a emocionar a los asistentes
M. IMAZ
Miércoles, 15 de agosto 2018, 08:26
La víspera del día de la Asunción de la Virgen, con la ciudad llena de visitantes que en muchos casos no saben muy bien a qué se debe el frenesí que les rodea, y con miles de donostiarras y guipuzcoanos preparándose para la tradicional cena, uno de los pocos remansos de paz de la Parte Vieja donostiarra es la Basílica de Santa María, donde ayer volvió a celebrarse la solemne Salve.
Paz relativa, porque hasta que se cierran las puertas del templo y comienza la misa oficiada por el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, lo que prima es encontrar un lugar desde el que asistir al acto litúrgico que comienza las 18:30 y, una hora más tarde, a la Salve Solemne que entona, junto con otras composiciones del repertorio sacro, el Orfeón Donostiarra.
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Ayer tanto los donostiarras como la formación coral fueron fieles a la cita que, en el caso del Orfeón, data de 1900. Hay que retroceder varias décadas en la historia para llegar a los orígenes de la Salve, pero la fecha de la primera intervención del Orfeón no admite dudas.
118 años después, el Orfeón Donostiarra, reforzado por antiguos orfeonistas y por el Orfeón Txiki, emocionó a los fieles con su interpretación de la Salve que encargó en los años 30 pasado siglo el entonces párrocode Santa María, Agustín Embil, a Licinio Refice, maestro de la capilla de Santa María la Mayor. Embil quería una partitura propia, una Salve creada 'ex profeso' para que fuera «un perpetuo homenaje a la Virgen del Coro». También el Ave María de Usandizaga, otra composición que no puede faltar en la Salve, se compuso expresamente para la ocasión. Bajo la dirección de José Antonio Sainz Alfaro, el Orfeón no faltó a su cita en una semana en la que tiene una importante cita internacional: el viernes cierra el Festival Internacional 'Music in the Alps' en la ciudad austriaca de Innsbruck con Carmina Burana, la orquesta del festival y la dirección de Kenneth Kiesler.