Ya no quiero esta cancha
Desde el Bule ·
Hay cosas que no gustan aunque sobre el papel todo el mundo las apoye. Las canchas deportivas al aire libre, por ejemplo. La inauguración de las primeras en habilitarse, las de Venta Berri, despertaron la sana envidia de otros barrios, que pedían también una alternativa similar para sus chavales, una opción que diera respuesta de ocio a esas edades en las que los columpios ya no divierten y en las que tampoco pueden alejarse demasiado de la vigilancia adulta. Próxima parada para las canchas: la plaza de Ferrerías de Amara Berri, alejada de los toboganes y en un espacio amplio. Algo se revolvió en el seno de la sociedad amaratarra, con una parte de sus miembros clamando contra la pista polideportiva de pequeño tamaño como si se tratara de un atentado urbanístico de primer orden, como si en esta plaza infantil las risas y los gritos de los niños ya fueran suficientes para no alterar la vida del vecindario. Consiguieron que se colocara más cerca de la ikastola y preservar así un espacio que apenas se utilizaba ni se utiliza.
El último capítulo después de que haya quienes consideran que un par de canastas y unas porterías son un caldo de cultivo para caer en drogadicciones, peleas o discriminaciones, ha sido la petición de vecinos de Atotxa para que trasladen la que se instaló en la plaza Blas de Otero. El Ayuntamiento respondió con un sí casi inmediato, con una celeridad poco conocida. Ahora ha paralizado el traslado porque otros vecinos reclaman las canastas para la zona.