La operación San Bartolomé se asoma a su remate final

Son solo algunos detalles de la operación que conforma la última fase de la operación San Bartolomé, una intervención de regeneración urbana de Amara Viejo que comenzó hace once años con los primeros derribos y que ha dado lugar a medio millar de nuevas viviendas, la materialización de la plaza Arroka, la ejecución de un nuevo colegio y una residencia universitaria de la Compañía de María y la transformación del antiguo convento en un hotel.

La concejala de Urbanismo, Nekane Arzallus (PNV), explica que el Ayuntamiento contempla tener aprobado para antes de acabar este año el Plan Especial para poder transformar este último espacio de Aldapeta y que los trabajos puedan empezar a finales de 2022, una vez se dé luz verde al proyecto definitivo. Serán aproximadamente 30 meses de obras, dos años y medio, por lo que se estima que puedan estar finalizadas a lo largo de 2025.

Mientras avanzan los plazos, nuevas imágenes de la propuesta de intervención permiten vislumbrar como será ese futuro próximo, que convergerá en el tiempo con cambios importantes a nivel urbanístico y de movilidad, como es la llegada del Topo al Centro a través de la nueva pasante y la peatonalización del Buen Pastor y parte de la calle Easo.

Uno de los aspectos más llamativos es la eliminación de la cuesta de Aldapeta en su primer tramo, dejando una zona llana que facilitará el tránsito y el acceso al nuevo complejo comercial. A partir de ese punto la cuesta pasará a tener una inclinación del 8%, frente al 6% que tiene actualmente.

En ese mismo punto de cambio de rasante se instalará un ascensor público. Elemento de movilidad que se ha incluido tras atender a una de las alegaciones presentadas al Plan Especial, ya que hasta entonces solo se contemplaba instalarlo dentro del espacio comercial. El elevador permitirá salvar la altura entre la cota 0 y los distintos niveles de la ladera así como los del propio establecimiento. Las estructuras del nuevo edificio darán lugar a dos amplias terrazas que harán las veces de mirador y contarán con bancos donde descansar.

En el interior del cerro nacerá el nuevo complejo comercial de 8.040 m2 de techo previsto en este punto. Su elemento más singular serán las estructuras acristaladas que emergerán sobre el talud. El edificio «adapta su volumetría al plano inclinado de la ladera» mediante un diseño busca respetar la perspectiva que tiene el ciudadano del antiguo convento visto desde la calle Easo.

El establecimiento tendrá 9 plantas, cuatro sobre rasante (aunque mimetizadas con la orografía de la cuesta de Aldapeta) y cinco bajo el nivel de la calle Easo. El supermercado se ubicará entre la -1 y la segunda planta. Por debajo habrá cuatro plantas de parking (de la -2 a la -5), de las que tres serán para rotación (200 plazas) y la última será para vender o alquilar (aún no está decidido) a residentes de la zona (71 plazas). En el primer nivel del parking se dejará espacio para un estacionamiento de bicicletas (244 plazas).

La promotora San Bartolomé Muinoa –participada por el Ayuntamiento en un 37%– prevé que la comercialización y venta de los espacios comerciales se pueda realizar a lo largo de este año. Aún no se sabe qué empresas se instalarán en estos, en principio, tres grandes espacios comerciales, pero se da por sentado que la superficie principal será destinada a un nuevo supermercado, ante el interés que la ubicación ha suscitado entre las principales marcas.

Arzallus informa de que para llevar a cabo los trabajos de construcción será necesario desmontar casi 30 metros del muro de San Bartolomé. Se retirará cada una de las piedras y una vez finalizada la intervención serán repuestas en su sitio. «Esta intervención es inevitable para poder realizar la excavación» y edificación posterior del complejo, indica la memoria. La parte superior el muro «se reperfilará para adaptar su geometría a las nuevas rasantes del parque», siguiendo los criterios de conservación contenidos en la ficha del Peppuc, «y se recortará unos metros en su extremo norte para resolver los accesos al centro comercial».

El Plan Especial define que los accesos rodados a este espacio comercial serán dos: una entrada por la calle Triunfo, junto al acceso al actual parking privado de Aldapeta 7-9. Este acceso permitirá entrar y salir al centro comercial y servirá también para la carga y descarga.

En lo que respecta a la segunda entrada, todavía sigue sin estar decidido si será por la calle Easo o por Urdaneta. En cualquiera de los dos casos será un rampa que comunicará directamente con el segundo sótano, sin rasgar el muro de San Bartolomé a nivel de calle. Será el Departamento de Movilidad el que finalmente decidirá, antes de la aprobación definitiva, si esta entrada de un solo carril será por una calle o por la otra, según señala la edil jeltzale. Si se optara por Easo, el Plan Especial apunta que el bidegorri que viene desde Amara podría introducirse por Urbieta. Hay que tener en cuenta que dentro de unos meses –probablemente a final de año– San Martín y calle Zubieta cambiarán su actual sentido de circulación.

Otro de los elementos que está todavía debatiéndose, en este caso entre el Ayuntamiento y el Gobierno Vasco, es la ubicación de la boca del Metro prevista en este punto. En un primer momento se contemplaba su instalación dentro del centro comercial. Sin embargo, Arzallus asegura que parece que la opción por la que finalmente se decantará el ejecutivo de Urkullu será la de colocarla en la calle San Bartolomé, junto al convento de las Reparadoras. Un acceso que podría tener un pasillo de comunicación con el supermercado en el primer sótano del nuevo complejo, aunque este es otro aspecto que está también en análisis.