Un centenar de personas se concentran en Intxaurrondo en protesta por la agresión sexual sufrida por una mujer

«Nos hemos reunido aquí para denunciar el ataque machista sucedido este pasado jueves en nuestro barrio. Queremos dar todo nuestro apoyo a la mujer que sufrió ese ataque. ¡No estás sola! Estos hechos no tienen cabida ni en nuestro barrio ni en nuestra ciudad», leyó una de las convocantes de la concentración.

«No podemos dejar que violaciones ni ningún otro tipo de abusos ocurran a nuestro alrededor. Basta de normalizar situaciones que condicionan nuestras vidas y reproducen el sistema heteropatriarcal», continuó leyendo otra compañera de Donostiako Asanblada Feminista.

«¿Cuántas veces hemos identificado los puntos críticos de nuestro barrio, los hemos denunciado y le hemos pedido una solución al Ayuntamiento?», se preguntaron. «Necesitamos verdaderas políticas feministas y ciudades que nos cuiden», continuaron leyendo.

«Porque queremos poder andar por nuestras calles sin miedo, a las diez de la noche o a las cuatro de la mañana. Queremos llegar a casa sanas y salvas, sin llamar a ninguna amiga y sin tener que avisar que hemos llegado a casa. Queremos sentirnos libres en Intxaurrondo y en cualquiera de nuestros barrios. Por eso exigimos al Ayuntamiento que ofrezca una solución a los puntos críticos de todos los barrios de la ciudad para terminar con este tipo de actos», finalizaron.

María, una de las vecinas de Intxaurrondo que ha acudido a la concentración, reconoció a este periódico que «hay puntos del barrio que están muy oscuros y por los que te da miedo pasar. Ahí en la esquina, cerca de donde sucedió la agresión», señala con el dedo, «en cuanto anochece está muy oscuro. Hace poco pasé por ahí con la bici y tengo que decir que pasé miedo. Y eran las siete de la tarde. Iba con la bici y aceleré. Es una zona que te da un poco de...».

Asun, vecina de Ategorrieta, denuncia que «en la zona del apeadero, por las escaleras, suele haber gente metida. Pedimos mayor vigilancia, más presencia policial. Y que si a uno le han arrestado ocho veces, imagino que algo podrán hacer...».

Tras la lectura de este comunicado el centenar de concentrados se disolvió, aunque en los corrillos seguía muy presente la situación de inseguridad que se vive en el barrio.