Cuatro vagones cargados de vivencias

Xanti Zabaleta ha dirigido cuatro de los diez años de la trainera oriotarra en el agua, desde su llegada al club en marzo de 2016. «No puedo decir otra cosa que estamos muy contentos. Hemos superado toda expectativa», avanza tras ganar trece de las catorce regatas, con once banderas de doce. «No es fácil llevar la presión cuando te ponen el cartel de favoritas, y menos la primera vez. El año pasado íbamos a las regatas sabiendo que era difícil ganar a San Juan. Ser de pronto el equipo a batir no es sencillo de asimilar».

El oriotarra asegura que «no esperaba ganar tantas banderas». Estimaba que Arraun Lagunak les superaría «alguna regata más» porque «las diferencias no eran grandes. En diez-once minutos de regata, cualquier detalle, una mala salida o un error en la ciaboga, puede ser definitivo». Por ello, incide en que ante una Lugañene «mejor» que en 2018 su tripulación se ha mostrado «muy segura. Me ha sorprendido el grado de madurez que ha mostrado para gestionar la presión».

Tras acabar la Liga Euskotren, la semana está siendo como cualquier otra. «El domingo fuimos a comer y disfrutamos del recibimiento. Pero hay que seguir entrenando porque viene la Bandera de La Concha y todos los equipos queremos dar una vuelta de tuerca más».

Los cinco años que la Lugañene lleva en el agua está preparada por el tándem Patxi Olabe y Ekain Iriarte. «Si entonces nos dicen que ahora íbamos a ser segundas en la Liga Euskotren cerca de las banderas, no nos lo habríamos creído. El balance es muy positivo a falta de la Bandera de La Concha, para la que tenemos mucha ilusión. Por poner un pero, el Campeonato de Gipuzkoa (quintas)», expone Iriarte.

El técnico donostiarra recuerda que «respecto al año pasado hemos dado un buen paso adelante. Hemos vuelto a ganar una bandera, pero hemos estado cerca de conseguir alguna más. Unas veces nos ha faltado acierto y otras un poco de suerte, aun reconociendo que Orio está un punto por encima».

La victoria de Arraun en Lekeitio llegó en la segunda jornada, lo que les dio el liderato provisional pero no varió los objetivos iniciales. «Para ganar una Liga hace falta un equipo fuerte como Orio, que cada fin de semana hace cinco o seis cambios sin que se resienta el bloque. Nosotras no tenemos eso».

Encadenar tanto segundo puesto no ha hecho mella en el equipo. «Duro es ser cuartas como éramos hace dos años. Ser segundas cerca de Orio es una satisfacción fruto de los kilómetros acumulados por el equipo durante estos años».

Donostiarra ha debutado en la Liga Euskotren tras ganar la Liga ETE en 2018, el primer año de Iñaki Mendizabal al frente de la Torrekua. «Éramos el único de los cuatro equipos sin experiencia en esta liga, así que ser terceras y evitar el play-off es un éxito», señala el oiartzuarra tras la «dura pelea» mantenida con Hondarribia. «Desde que llegué el año pasado, el equipo lleva una buena progresión y en las tres últimas regatas superamos a Hondarribia».

Mendizabal subraya que «julio fue un mes con muchas regatas. No estábamos acostumbradas a competir sábado y domingo, pero el equipo lo asimiló bien. El parón de agosto nos sirvió para coger aire y llegar bien al final, cuando hemos estado algo más cerca de las primeras. Como al resto de equipos, se ha visto una evolución respecto a junio, al que llegamos muy justas al no poder contar hasta entonces con las remeras que hacen móvil, con lo que hay un trabajo que no podíamos hacer bien».

En el debe de su tripulación, además del Campeonato de Gipuzkoa, destaca «las ciabogas, que las hacemos bien en los entrenamientos pero nos han penalizado en las regatas». Les quedan dos maniobras más, en La Concha, con el objetivo de «confirmar que hemos subido el nivel respecto a 2018».

En su primer año en Hondarribia (2018), Iker Cortés coló a la Ama Guadalupekoa en la Liga Euskotren. Perdió la categoría pero regresó a la élite ante la renuncia de San Juan. Cuartas, buscarán la permanencia en el play-off junto a Hibaika y Zumaia. «La temporada está condicionada por dos fallos muy gordos», en referencia a la ciaboga por estribor que dieron en el estreno en Santander y cuando la tripulación se detuvo en Donostia al pensar que la salida no era válida. Reaccionaron «bien, porque completamos una de las mejores regatas». Achaca esos errores a la «inexperiencia» de un equipo «muy joven», pero asume la culpa al dar «por sentados algunos conceptos que no lo estaban. Debí haber incidido en ellos previamente».

El santurtziarra, afincado en Irun, contextualiza este peaje en el marco de «un proyecto a largo plazo que busca ir mejorando año a año», algo que entiende «vamos haciendo. Esos dos fallos nos obligaron a ir siempre uno o dos puntos por detrás de Donostiarra. Aun sabiendo que no teníamos margen para fallar, el equipo mostró madurez para recomponerse y dar la cara en cada regata».

Tras fallar hace un año en la clasificatoria de La Concha, buscarán el pase a la regata antes de apurar la permanencia en el play-off.