Donostiarra, del cielo al infierno

«Hay una parte que se explica desde lo que no está en nuestras manos», comienza repasando Makazaga. «El año pasado en Zierbena hicimos una avería terrible en circunstancias similares: le metimos a Bermeo 30 segundos. Esta vez ellos nos han metido 40 -recuerda-. En Zierbena, cuando la marea baja, suceden estas cosas. El año pasado aprovechamos la calle 1 y este año nos ha tocado sufrir la calle 4». Y para reforzar su argumento, se apoya en un dato: «De los 40 segundos que nos mete Bermeo, 34 los mete a favor de ola».

Sin embargo, el entrenador de Donostiarra no se queda simplemente en esos factores externos y también entona el mea culpa: «A la hora de defender esa situación adversa me queda la pena de no haber respondido algo mejor, de no haber logrado un sexto o un séptimo puesto que nos hubiera enganchado un poco más a la clasificación general para que no hubiera tanta brecha con respecto a los primeros».

Considera que, por el «rejuvenecimiento» que ha sufrido el bote, «debemos aprender a que cuando hay factores que nos penalizan como en la primera jornada o el domingo en Zierbena debemos saber defendernos un poco mejor porque esto volverá a pasar. Es ahí donde tenemos más margen de crecimiento».

Por eso cree que «aunque ahora nos falten puntos, esto nos va a dar mucho. Creo que esto nos va a curtir y quizás en el fondo esto sea un regalo del que haya que sacar lecturas constructivas y positivas».

Hacerlo no será sencillo porque el domingo hubo remeros que tras la regata lo pasaron realmente mal. «Sí porque soñamos incluso con pelear por la Liga», confirma el entrenador sanjuandarra. «Obviamente empezar en las tres primeras jornadas con un séptimo y un decimoprimer puesto ha hecho que los primeros nos saquen once puntos y que se nos ponga muy difícil, pero hay que sacar la parte positiva de este tipo de golpes. El equipo es ambicioso porque tiene nivel y porque lo vale, porque sabe que es capaz de ganar cualquier bandera. Por eso cuando tienes golpes como el de Zierbena duele. Si no doliera sería mala señal».

Ahora toca por tanto recuperar a los remeros, un trabajo psicológico que ya comenzó el mismo domingo en Zierbena: «Una parte sí, pero poco», reconoce. «A veces incluso valen los silencios porque tampoco hay que decir nada. Obviamente habrá que repasar cosas, subrayar también lo bueno y corregir lo malo».

La duda que puede quedar es saber qué Donostiarra se acerca más a la realidad: la que el sábado ganó en la bahía o la que estuvo lejos de las mejores en A Coruña y Zierberna. «Estamos más cerca de la del sábado, con rotunda claridad», afirma Makazaga. «El sábado, por ejemplo, ganamos la bandera pese a no tener la mejor tanda y ante Urdaibai y para eso hay que tener capacidad. Ese es nuestro nivel. Lo que tenemos que aprender es a hacerlo de manera constante y de forma regular, pero el sábado vi el bote que veo entrenar todos los días y es el que queremos volver a enseñar».

«Somos ambiciosos y un equipo tan ganador como otros que tienen más palmarés o más experiencia», reivindica el preparador de Donostiarra. «Ya sé que vamos sextos en Liga, pero la idea es ir remontando, pensando que cada sábado y domingo tenemos una oportunidad de ir a por cada bandera porque el equipo lo vale».