Donostiarra se exhibe en Zierbena con un segundo largo antológico

Cuando tus principales adversarios utilizan sustantivos como «demostración» o «exhibición», cuando califican tu regata como «increíble», no cabe duda de que has protagonizado algo fuera de lo común. Eso es lo que hizo este domingo Donostiarra en Zierbena conquistando una bandera que sin duda va a ser recordada. Porque no es sencillo, y menos en estos tiempos que corren, que una embarcación logre la victoria con más de 18 segundos sobre el segundo clasificado y remando ambas en la misma tanda. No es lo habitual.

El extraordinario triunfo de Donostiarra se forjó en popare. Había algo más de viento que en las dos tandas anteriores y aunque de brankas tocaba sufrirlo en contra, a la vuelta se le podía sacar partido, sobre todo con una ola muy marcada de algo más de medio metro que te llevaba directo al puerto. Es lo que hizo Donostiarra en ese segundo largo.

Tras un primero espectacular, con las cuatro traineras de la tanda de honor en apenas un segundo, la Torrekua II, con tres cambios en sus tostas, ciabogó a la par de Hondarribia, con Urdaibai a un segundo y Orio, a tres. Nada más salir de la ciaboga, la San Nikolas se subió en una ola y en un abrir y cerrar de ojos superó a la Ama Guadalupekoa, que recuperó pronto la segunda posición para acosar a Donostiarra, a la que tenía a dos segundos.

La Torrekua II mantuvo la distancia durante unos metros más hasta que llegó esa ola decisiva que Arkaitz Díaz no dejó escapar. Subida a la misma, Donostiarra la surfeó durante más de un minuto mientras los segundos iban cayendo inexorablemente. Tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez. No tenía DRS, pero como si lo tuviera.

Hondarribia, con los debutantes Beñat Alkain y Eneko Iridoy en sus tostas, ciabogó a más de nueve segundos de los de Makazaga. ¡Nueve segundos cuando ambas habían calcado su tiempo en la anterior maniobra! Orio cedió once en ese largo y Urdaibai, ¡diecinueve!.

Pero la exhibición de la Torrekua II no se explica únicamente con ese largo inolvidable porque fue también la más rápida en el tercero, con el viento soplando de cara. De brankas fue dos segundos más rápida que Hondarribia y Urdaibai, mientras que Orio, mermada por las bajas de Jon Iriondo y Aritz Lizarralde, perdía terreno y maniobraba a la par de la Bou Bizkaia, a 23 segundos. El registro de Getaria, que había ganado la primera tanda con unas condiciones algo mejores, era una amenaza seria para ambas.

De nuevo en popare Donostiarra volvió a volar, aunque esta vez Ander Etxegoien le sacó más partido a las olas con varias empopadas que por momentos parecieron poner a la San Nikolas en disposición de asaltar la segunda plaza de Hondarribia, que supo defenderse para ser segunda muy lejos de la Torrekua II.

Orio, pese a las bajas y a su corta plantilla, fue tercera y, como reconoció Jon Salsamendi tras la regata, «este fin de semana teníamos dos 'match-balls' en contra y los hemos salvado».

Urdaibai pudo mantener la cuarta plaza por cuatro segundos y se puede decir que salvó el día porque el tiempo de Getaria fue muy bueno. La Esperantza dominó la primera tanda pese a la resistencia de Santurtzi en los dos primeros largos y ganó la regata con autoridad, mientras la Sotera sufrió para ser segunda ante el empuje de Ares. Cabo, que completó la tanda, fue una sombra y finalizó a 41 segundos de los de Ion Larrañaga y a 1:15 de Donostiarra.

La segunda tanda fue para Kaiku que fue mejor de brankas, aunque sentenció en popare en el último largo remontándole cuatro segundos a Zierbena, que incluso vio peligrar la segunda plaza ante el acoso de Lekittarra. Ondarroa no tuvo su día y fue undécima solo por delante de Cabo, que no levanta cabeza y al que la semana se le va a hacer larga.

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