Uno de los verdugos de 2005 irá esta vez con la Real Sociedad

Saltaba la sorpresa en aquel estadio de Segunda B gracias al tanto de un guipuzcoano, pero que vestía los colores rojo y blanco. Igor San Miguel, natural de Astigarraga y exfutbolista del Sanse, marcaba al equipo de su vida y hacía insinuar otro capítulo negro de la Real en Copa. De Paula empató para los realistas a los diez minutos de la segunda mitad, pero aquel equipo entrenado por Amorrortu cayó en la tanda de penaltis después de fallar todos sus lanzamientos.

Aquella noche desapacible de hace dieciséis años, con lluvia y viento castellano, sigue siendo un «recuerdo emotivo» para este astigarragartarra, único guipuzcoano en acostarse feliz ese lejano 20 de octubre de 2005. Hoy recuerda que el partido «fue muy extraño. Te adelantas, fallan un penalti, luego empatan, la tanda de penaltis fue caótica...». De hecho, esa eliminatoria fue una de las pocas alegrías que tuvo el Zamora esa temporada en la que consiguió salvar la categoría en las últimas jornadas.

«La Copa nos dio unas cuantas alegrías que nos fueron muy bien», señala San Miguel. El Zamora consiguió eliminar después al Eibar, también en los penaltis y en el siguiente emparejamiento le tocó en suerte al Barcelona. El encuentro de vuelta en el Camp Nou fue la última estación copera de aquel conjunto zamorano cuyos integrantes han retomado el contacto ahora que el Zamora y la Real vuelven a cruzarse en Copa.

San Miguel confiesa que tras conocerse el resultado del sorteo hace dos semanas, «conocidos del gremio empezaron a mandarme WhatsApps para darme la noticia». Lo primero que hizo él fue llamar a un amigo que continúa en el club y que además es de la Real. «Me cogió el teléfono y lo primero que me dijo fue que esperaba mi llamada», reconoce entre risas. «Estuvimos recordando los viejos tiempos y le hizo mucha ilusión», apunta también.

Esta tarde no espera que se repita aquella sorpresa: «Ahora los equipos se lo toman más en serio. No abundan tanto las sorpresas como entonces. Había muchos casos en los que un Segunda B o incluso un Tercera eliminaba a un Primera. Se daba tantas veces que dejaba de ser sorpresa». Además, San Miguel considera que «Imanol se lo toma muy en serio y van con todo. Esta es otra Real y no tiene nada que ver con aquella que se eliminó».

San Miguel jugó dos temporadas en el Zamora y luego continuó su carrera como futbolista en el Logroñés. En la actualidad es entrenador y tras pasar por los banquillos de la Real femenina, Lagun Onak y Oiartzun femenino, dirige al Hernani de División de Honor Regional. Hace pocas semanas tuvo la oportunidad de enfrentarse a un Primera con el cuadro hernaniarra, pero el Victoria gallego le privó del sueño. «Fue una pena», se lamenta aún.

Hoy no podrá acudir al campo a presenciar el duelo copero, porque a las nueve de la noche tiene entrenamiento con el Hernani. «Me da pena no ir, si hubiera sido el jueves sí que hubiera ido», señala, aunque asegura que no se lo perderá por televisión. Dieciséis años después aún le recuerdan aquel gol que le marcó a Alberto a la salida de un córner y que celebró como un zamorano más. «Cómo para no celebrarlo, para uno que metí en todo el año», admite entre risas San Miguel. Este miércoles, eso sí, no tendrá el corazón partido: «Tengo buen recuerdo de Zamora, pero soy de la Real».