Valencia-Real Sociedad: A por la victoria de la coherencia
La Real acude a Mestalla a lograr los tres puntos a base de reafirmarse en sus convicciones tras el varapalo de Copa
Le toca a la Real responder por elevación al rastro de decepción instalado en su entorno desde el jueves y tirar de argumentos propios, esos ... que le hacen visitar Mestalla como quinto clasificado en la vigesimotercera jornada de liga. La discusión con el fútbol de uno mismo no sale rentable a estas alturas de curso así que buscan los de Imanol la victoria de la coherencia. Los datos revelan que algo bien han hecho por el camino y rescatar esas virtudes es la prioridad de la jornada. Les toca hoy reafirmarse como ese equipo competitivo, con buen trato de balón, solvente y legitimado para soñar con grandes logros. Coloquialmente hablando, levantarse tras haber caído.
El escenario no es el más amable para afrontar semejante reto. Se enfrenta a un Valencia, este de Bordalás, que no va a entrar en un constructivo diálogo futbolístico tratando de dominar el juego desde la iniciativa con balón. No es su estilo. Tendrá que ser la Real la que imponga su discurso -con toda la riqueza de matices que el staff técnico pueda introducir- para seguir avanzando en la dirección propuesta. Les corresponde a los blanquiazules jugar un partido de altura de miras sin caer en el derrotismo por el mazazo copero, ni en el fútbol embarrado que practica el conjunto che.
Será importante que, además de buen juego, el equipo exhiba confianza en sí mismo y paciencia para recoger los frutos de lo que vaya sembrando con el paso de los minutos. El Valencia amenaza con torpedos dirigidos a ambas líneas de flotación. Especialista en irrumpir desde la retaguardia para hacer dudar al rival, practica ese juego directo y vertical que no da margen de error al rival para pérdidas o imprecisiones.
Acude la Real preparada a una dura batalla. Valga el partido de ida para hacerse a la idea. En el empate a cero del Reale Arena el colegiado tuvo que mostrar doce tarjetas, una de ellas roja, paradójicamente a un jugador local -Aritz Elustondo- cuando fueron los visitantes quienes más recurrieron a la interrupción. Escapar del cuerpo a cuerpo, tomar distancias y hacer correr el balón se presume como una de las claves para hallar el éxito.
Llegan los dos equipos con estados de ánimo opuestos. En la ciudad del Turia viven el doble efecto placebo de la llegada de Bryan Gil y la clasificación, de la mano del andaluz, para la semifinal de Copa. En Zubieta aún cosían ayer la herida abierta por el Betis.
Podría parecer que la proximidad de la cita copera para el Valencia puede ser un motivo que lleve a su técnico a dosificar algunos de sus jugadores más importantes. El jueves se juegan medio billete para la final en San Mamés. Pero esta circunstancia no tranquiliza a la Real. Primero porque cuatro días y medio de recuperación es suficiente margen para devolver a un futbolista a su cien por cien, segundo porque no está claro que Bordalás se guarde nada jugándose el horizonte europeo en liga ante un rival directo, y tercero porque el precedente inminente del Betis, que vino a Anoeta con algunos de sus habituales titulares de baja, resultó demasiado engañoso como para esperar ventajas en ese sentido.
Cambios en ambos bandos
En el bando realista, Imanol tiene otros motivos para realizar cambios respecto al once elegido para recibir al Betis. Los suyos han tenido veinticuatro horas menos que su rival de hoy para recuperar, algunos rendimientos individuales dejaron mucho que desear el jueves y la competencia interna es la más dura de lo que va de temporada. El oriotarra puede variar todas sus líneas con recursos tan valiosos como Zubeldia, Gorosabel y Rico en defensa; Guridi, Illarramendi o Rafinha en el centro del campo; y Sorloth o Portu en el frente de ataque.
El partido de hoy no tiene el caracter finalista que tenía el último que ha disputado la Real, pero sí adquiere importancia en la pelea por los puestos europeos, esa carrera de fondo por la que, en gran medida, se evaluará a esta plantilla al final de la temporada. Conquistar los tres puntos en juego en Mestalla supondría dejar a un aspirante al quinto o sexto puesto a ocho puntos, con la ventaja de que el equipo txuri-urdin seguiría contando con un partido menos, a recuperar el 2 de marzo contra el Mallorca.
En definitiva, el de hoy es un partido para reforzar convicciones de un equipo en una temporada a la que aún le queda su fase más atractiva.
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