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Mallorca 1 - Real Sociedad 2
Cabezazo de inflexiónSubidón ·
Merino firma en el descuento un triunfo vital para recuperar la moral y afrontar con energías el tramo clave de la temporadaHay goles que pueden cambiar una temporada. El de Merino es uno de ellos. La Real llegaba atascada a Son Moix. Le pesaba el cansancio ... de las tres competiciones acumuladas en el cuerpo y la falta de puntería en el remate. En Liga solo había ganado un partido de los ocho últimos y parecía que tampoco iba a poder con un Mallorca con diez. Los de Aguirre defendían el área con uñas y dientes y achicaban todos los balones que les llegaban desde las esquinas. Hasta que el gigante de Pamplona destrozó el último que le puso Pacheco para explotar y romper toda la frustración acumulada en las últimas semanas. Un testarazo que de un plumazo permite ver la vida en rosa, porque no hay mejor inyección de optimismo que un triunfo así.
Su gol, por el significado que tiene, recuerda mucho al que logró Isak en otro descuento en Villarreal hace tres años que sirvió para acabar con una mala racha de meses. Después llegó el despegue y en abril la Real levantaba la Copa en La Cartuja. El fútbol es un estado de ánimo y Merino ha espantado todos los fantasmas en el momento clave.
Otro gol encajado de estrategia. Porque no solo fue ganar, sino el mérito de hacerlo remontando fuera a un equipo que solo había perdido dos veces en casa. El partido no pudo comenzar peor porque en apenas tres minutos la Real ya estaba por detrás y eso, ante un rival ultradefensivo y marrullero como el Mallorca, no era buena señal. De nuevo, como en los tres encuentros anteriores, encajó a balón parado. Si ante Osasuna y el PSG fue en sendos córners de Budimir y Mbappé, esta vez el tanto llegó en un saque de banda largo de Valjent. Le Normand no pudo evitar que Larin la dejara con el muslo de cara y Merino tampoco logró impedir el disparo de Antonio Sánchez al palo largo. El navarro ha visto delante de sus narices esos tres goles a balón parado, el de Budimir porque estaba en zonal y no llegó, el de París porque Marquinhos le ganó en la corta y ayer porque se despistó en la frontal del área. Luego se sacaría la espina...
El cuadro blanquiazul, que jugó prácticamente con el mismo once del miércoles salvo Zakharyan y Sadiq, que entraron por Barrenetxea y André Silva, trató de rearmarse a partir del balón frente a un adversario que se situó en bloque bajo en 1-5-4-1 con Muriqi marcando en individual a Zubimendi. Imanol apostó por profundizar por la izquierda con Galán, ayudado por Zakharyan, intercambiar las posiciones de Brais y un Kubo más centrado, y adelantar a Merino para tener más presencia en área llegando como segundo delantero.
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Kubo resuelve una contra. Un buen centro de Galán tras taconazo del ruso lo recogió Kubo en el segundo palo para ceder atrás a Zubimendi, pero su remate lo salvó Rajkovic providencial antes del cuarto de hora. Poco después fue Brais el que jugó en profundidad con Merino para que dejase de pecho dentro del área a Sadiq, que disparó desviado de zurda. Dentro de la dificultad de combatir un repliegue con tal acumulación de hombres, la Real no lo hacía tan mal. El propio Merino puso un centro desde la izquierda para que Sadiq acabara chocando con Rajkovic en el intento de remate.
La Real aprovechó el único contragolpe del partido para igualar el marcador gracias a una buena acción de Kubo
En el minuto 37, justo después de que Dani estuviera a punto de hacer el 2-0 tras un regalo de Traoré, llegó el empate. Zubeldia se adelantó a Muriqi para recuperar el balón y se lo dio a Kubo para encarase en velocidad. El japonés fijó a Nastasic y remató abajo con su pierna buena sin que Rajkovic consiguiera desviar la pelota a pesar de tocarla.
El Mallorca resiste con diez. Justo antes del descanso el cuadro bermellón se quedó con diez por expulsión de Raíllo, segunda que sufre en un mes de la misma manera. Javier Aguirre inflama de tal manera a los suyos para que se impongan en ese fútbol subterráneo y rascador que propugna -Bordalás es un angelito a su lado- que luego no puede controlar el incendio. La entrada de Samu Costa a Traoré y la desaparición de los balones por parte de los recogepelotas es un ejemplo de su propuesta. Estar con uno menos fue la excusa perfecta para meterse en la cueva sin ser increpado por su afición.
En la segunda parte jugó con uno más y cargó el área hasta que encontró la cabeza salvadora de Merino en el descuento
A la Real le costó leer el partido en superioridad. Salvo dos buenas acciones de Barrenetxea desde la izquierda y un remate de Kubo buscando la escuadra, abusó de colgar balones al área para que los locales impusieran la envergadura de sus centrales. La entrada de André Silva por Sadiq no cambió mucho las cosas porque había semejante atasco por dentro que no había forma de controlar un balón.
El triunfo de la fe. Si con tiempo por delante había apostado por los centros, en el descuento no iba a ser diferente. Merino, el único que podía ver puerta llegando desde segunda línea, lo consiguió entrando con fe a un buen servicio de Pacheco y aprovechando que Lato se quedó enganchado para habilitarle.
Una victoria justa por la propuesta que le sirve para armarse de moral de cara al duelo de semifinales de dentro de ocho días. Ahí, de nuevo contra el Mallorca, será la madre de todas las batallas.
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