Cuando un gol lo cambia todo

Ahora bien. El partido tuvo dos caras bien distintas. Hasta antes del descanso, a los blanquiazules les costó una enormidad. El Mallorca se plantó muy bien en el Reale Arena y, aunque casi siempre a verlas venir, puso muchas dificultades a los nuestros. Los baleares se agarraron al empate sin goles con uñas y dientes y, aunque la Real se acercó con peligro en un par de oportunidades, el encuentro estaba trabado y más donde quería el Mallorca que el conjunto txuri urdin. Las cosas, como son. A la Real, con jugadores como Odegaard, Oyarzabal y el propio Isak bastante grises, le costaba muchísimo.

En este tipo de partidos, sin embargo, un gol lo cambia todo. Y los de Imanol acertaron nada más volver del vestuario, en una gran jugada, muy bien elaborada y mejor terminada por el nuevo ídolo del Reale Arena, Alexander Isak. Fue marcar y cambiar el partido de forma radical, porque desde ese instante solo hubo un equipo en el campo, la Real, que hizo otros dos goles y pudo marcar alguno más.

Cuando el Mallorca quiso dar un paso hacia delante, se encontró esa Real temible que llena de recursos desborda por dentro y por fuera. Llegó el segundo casi seguido y más tarde el tercero, pero, como digo, pudieron ser más. Con más espacios, el propio Odegaard, por ejemplo, pareció otro jugador. Y la Real recuperó su mejor nivel.

Muy bien los jugadores que entraron desde el banquillo. Barrenetxea está en un momento de dulce y creo que Imanol le debe dar más bola, porque el chaval está rápido, es incisivo y desborda con facilidad. Lo mismo que Januzaj. Es verdad que el belga salió cuando el encuentro estaba cuesta abajo, pero no solo dejó detalles de altura, sino que fue el creador de la jugada del tercer gol en una acción en la que parecía que no había nada.

Al final, victoria no tan sencilla como parece por el marcador, ya que hasta antes del descanso el encuentro estaba igualado, pero triunfo holgado que mantiene a los blanquiazules en la zona europea, en donde la pelea no tiene tregua. Y el mes de enero y el comienzo de febrero prometen. Primero, Osasuna, en casa en la Copa. Luego visita a un Leganés que ayer mereció ganar en el Wanda, con un gran Kevin..., luego esperemos que los cuartos de Copa y más tarde el Athletic en el Reale. Agárrense. Vienen emociones fuertes. Por cierto, me imagino a Willian disfrutando y celebrando como nadie la gran victoria de su equipo.