Mejor con las botas de siempre

La Real no jugó como los ángeles, como nos ha acostumbrado en muchos momentos de la primera vuelta. Pero lo que sí mostró el equipo de Imanol Alguacil fue una competitividad e intensidad desbordante que todo conjunto necesita para hacerse respetar en esta competición extremadamente igualada. Ganar se ha convertido en un auténtico desafío, no importa si es en casa o fuera, sino que se lo pregunten al Atlético de Madrid. La Real ha llegado hasta los puestos europeos gracias a su juego, pero para mantenerse ahí lo que queda de curso va a necesitar algo más que eso.

La primera mitad y la segunda son dos claras muestras de ello. El cuadro donostiarra dominó la posesión y tuvo el control del choque en el primer acto, pero sin conseguir inquietar demasiado la meta defendida por Reina. Los guipuzcoanos se bloquearon en el centro del campo por culpa del buen posicionamiento de los visitantes. Vicente Moreno planteó un 4-5-1 cuando los suyos no tuvieran el balón y a los locales les costó una barbaridad encontrar a Odegaard y Merino. Los guipuzcoanos se arreglaron mejor atacando por las bandas, sobre todo con Aihen, pero el sinfín de centros laterales nunca encontraron rematador. La sala de máquinas dejó de funcionar y el triste empate al descanso enfrió aún más el ambiente de Anoeta.

No le debieron gustar demasiado a Odegaard las botas rosas que vistió en la primera mitad y optó por volverse a calzar las de siempre tras su paso por vestuarios. Y mucho mejor. Como un Fórmula 1 con neumáticos nuevos, la Real arrasó con todo lo que se puso en su camino. A los diez minutos de la reanudación ya había dejado el partido sentenciado. Con el marcador a favor los donostiarras elevaron la presión y provocaron más de un derrape en un conjunto bermellón que hasta entonces se había mostrado como un bloque compacto. El trabajo sin balón ayudó a los realistas a golear al Mallorca. La Real atacó mejor siempre que robó en posiciones avanzadas y el comportamiento sin el esférico resultó fundamental.

El partido también sirvió para comprobar que Isak está capacitado para ser el nuevo delantero titular de esta Real siempre y cuando juegue cerca de la portería rival. La facilidad anotadora del sueco es una bendición. Además, la gran actuación de Zubeldia en el pivote le refuerza como titular, porque nadie ofrece más equilibrio que él. Aihen y Barrenetxea merecen otra nota destacada. El lateral fue el jugador expeditivo que busca Imanol y el atacante se encuentra en un estado de confianza altísimo. Ve gol hasta con los disparos que no van a puerta. A falta de refuerzos por si se produce alguna salida, jugadores reforzados para Imanol.