Superioridad y fe: victoria

Fue un triunfo tan agónico como merecido, tan in extremis como sufrido de una Real que en Europa mantiene su personalidad, su ambición y, esta vez, especialmente la fe en lo que hace. No estaban las cosas sencillas. El conjunto croata, sabedor de su inferioridad, intentó ganar defendiendo y eso suele ser complicado, aunque sirve para poner las cosas difíciles al rival, en este caso nuestra Real.

Los locales se colocaron en todo momento con los once jugadores en su campo, que por cierto no estaba en las mejores condiciones, a esperar su oportunidad. Y, aunque la tuvieron, fueron los de Imanol los que debieron marcar antes. Un palo, otro palo, trece saques de esquina y ninguno en contra, 17 remates, seis de ellos a puerta y 184 ataques...

Unos números que no engañan a nadie y dan más mérito al triunfo realista, porque lo normal con esas estadísticas es que ya en el descuento no mantenga la misma convicción e intentara llegar a gol más a base de centros que de otra cosa. Pero la Real no lo hizo, se mantuvo firme en sus convicciones y al final tuvo el premio que buscaba. Entre su superioridad y la fe que mostraron los de Imanol, solo cabía un resultado, el triunfo. Y al final se produjo de la forma que mejor sabor de boca deja, que es metiendo el gol en el descuento. Y, aunque como digo, el Rijeka es inferior y lo sabía, hay que destacar que la de ayer es la tercera victoria consecutiva, con siete goles a favor y la puerta a cero.

El triunfo supone, y más después de la sorpresa de Nápoles, un buen empujón a las aspiraciones realistas en Europa y dan mayor trascendencia, si cabe, al partido frente a los italianos de dentro de una semana. Ya sé que hay que ir partido a partido, pero después de haberse estrenado con victoria en Croacia, esperan dos partidos seguidos en Europa en el Reale. Primero el Nápoles. Casi nada. Y luego, el AZ Alkmaar, que ya hemos visto cómo las gasta. Dos retos que pueden encumbrar a los de Imanol en uno de los grupos más complicados, sino el que más.

Pero esto sigue y en 48 horas aparece por San Sebastián un equipo con menos nombre que nivel. Ojo con el Huesca, que, aunque no ha ganado, tampoco ha perdido fuera. Imanol deberá hacer rotaciones, ya que tiene plantilla para ello en otro choque ante un rival que se meterá atrás, pero que tiene mejores argumentos para salir a la contra y llegar al gol que el propio equipo croata de ayer.

Son solo siete los partidos que se han jugado hasta ahora, es verdad, pero es el momento de dar descanso a algunos jugadores y la oportunidad a otros, porque se avecinan curvas en forma de acumulación de partidos en las próximas semanas.

Eso sí, benditas curvas desde el liderato de la Liga y del grupo de la Europa Ligue. Casi nada.