La salida de Willian José permite cerrar el anhelado fichaje de Carlos Fernández

El ariete, autor del gol decisivo en Nápoles en la Europa League hace nada y de otros muchos, sale cedido hasta final de temporada aunque la Real negocia para concretar en las próximas horas la obligación de compra por parte del club inglés en torno a los 25 millones de euros. Su cláusula es de 70 millones y tiene contrato hasta 2024. El 30% del montante de la operación será para Stellar Group, la empresa británica de representación de futbolistas que también ejerce como fondo inversor operando con el Maldonado uruguayo, y el 70% restante irá a las arcas de la Real. En cifras, son unos 15 millones cuando su fichaje en 2016 se cerró en seis millones de euros.

La salida de Willian José permite a la Real firmar al delantero del Sevilla Carlos Fernández, (Castilleja de Guzmán, 1996) por el que viene suspirando desde el pasado verano. Esta operación de compra se cerrará en nueve millones más dos en variables cuando su cláusula de rescisión es de 20. Le quedaban año y medio de contrato, hasta 2022. Su llegada se producirá en breve.

Sale de la Real un delantero centro, de 29 años, que ahora juega un día sí y otro no porque Imanol ha dado los galones de titular a Isak al entender que la influencia en el juego del brasileño ya no es tanta, y llega un segundo punta, cinco años más joven, que hoy no tiene minutos en el Sevilla pero cuyos mejores años están por venir. O eso es lo que creen los técnicos de la Real. Se marcha un jugador que ha rechazado pelear por la titularidad cuando ha visto que Isak le hacía sombra y llega otro con hambre de fútbol que estaba deseando venir a la Real desde que se frustró la operación en verano.

No es un cambio de cromos porque las características de uno y otro son muy distintas. Willian José ya sabemos qué puede aportar a estas alturas. No hay muchos jugadores en la Liga capaces de proteger el balón de espaldas en posiciones adelantadas como hace él, además de aportar más de diez goles por temporada, salvo en la presente. También participa en el último pase, como lo demuestran las 14 asistencias que ha dado con la camiseta blanquiazul.

Carlos Fernández es otra cosa. Internacional en categorías inferiores, es más espigado, zurdo, con un trato de balón que supera la media de cualquier delantero y veloz, lo que encaja como un guante en el juego que propugna ahora la Real. Y entiende el juego. Sus acertados análisis de partidos en los micrófonos no los hacen todos los futbolistas.

No es un goleador, pero es listo para estar en el sitio, cuenta con un buen remate al primer toque bien de cabeza o con el pie, lo que le permitió marcar 14 goles entre Liga y Copa en la última temporada en el Granada, donde jugó cedido, y diez dianas en 29 partidos en la 18/19, en el que estuvo en el Deportivo, también a préstamo, que fueron claves para que el cuadro gallego jugara la promoción de ascenso a Primera. ¿Si tan buen jugador es por qué no ha jugado en Sevilla? Allí tampoco se lo explican. Lopetegui es el único que conoce la respuesta. Siete partidos y 192 minutos en las 28 citas oficiales que ha jugado el Sevilla entre Liga, Copa y Europa League es todo lo que ha jugado. Su lunar: las lesiones que han marcado su carrera. Es lo que le ha impedido tener la progresión que se le intuía cuando Unai Emery le hizo debutar en el Sevilla cuando tenía 17 años en la temporada 2013/14. Él confía en repetir las experiencias de jugadores que firmaron por la Real y relanzaron su carrera, caso de Odegaard o Merino, entre otros.