Buen juego y agresividad
El Mallorca nos va a poner a prueba en una final donde uno de los dos equipos, el que no gane, tendrá serios problemas con ... el entorno. Quién diría que a estas alturas estemos cuestionando el trabajo que se realizaba desde el pasado año por el cuerpo técnico. Parece que solo el staff de ahora tiene problemas y no es así.
A nivel de plantilla solo cabe pensar en la victoria y que cada jugador salga con una marcha más. La urgencia en el fútbol es muy mala consejera y conviene pensar en cómo mejorar en los entrenamientos y en los partidos, donde prima el jugar colectivamente en todos los sentidos. Posesión de balón, presión al contrario y sobre todo, a nivel defensivo, nuestra asignatura pendiente.
Lo que la Real no puede adolecer es ser blanda en las disputas y no apretar al poseedor del balón. En estos momentos conviene mantener la calma y no pensar en exceso, así como no leer las críticas. Hay un dicho que dice que «mucho análisis, parálisis», y eso le puede suceder ahora al jugador txuri-urdin. Si piensas demasiado, las piernas no funcionan y no se toman decisiones correctas.
Yo debuté en el 75 y los primeros años hasta que se formó el equipo campeón también sufríamos. Veníamos del equipo ascensor. Tuvimos que ir moldeando el grupo. Ahora lo más importante para el jugador es que vaya con ilusión a entrenar y no con caras largas, pero sobre todo con la mentalidad de querer mejorar y no pensar que ya lo sabes todo. Ponerte mejor físicamente cada día. Hay que ir con la cabeza alta porque la situación es pasajera, pero debemos conseguir una victoria para demostrar que la plantilla tiene poder.
El Mallorca juega con cinco atrás, pero con la lesión de Kumbulla serán cuatro con Raíllo como líder, Darder como jefe en la sala de máquinas y con Muriqi en punta, que siempre he pensado que está para un equipo grande. Me recuerda a Ibrahimovic con ese remate de cabeza. Pero más allá del rival, la Real necesita el triunfo con buen juego y agresividad bien entendida, tanto en defensa, donde no se puede ser tan blando, pero también en ataque, donde hay que ir con más decisión. Pero durante 90 minutos y no solo por tramos. No puede haber más desconexiones ni jugadores que bajen los brazos.
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