Esta Real Sociedad va como una moto (2-0)

Para entonces el marcador ya estaba en ventaja porque la Real había mordido en la yugular a su adversario en el inicio de la segunda parte para provocar el error de Militao y que Kubo empujara ante Courtois. Luego, con una zaga irreductible como siempre, un centro del campo mandón y la magia de Silva, Barrenetxea echó el cierre al partido con otro golazo marca de la casa. Los cambios siguen dando alegrías en estas últimas jornadas una vez que la enfermería ha quedado vacía. Quedan cinco jornadas, tres en Anoeta, y la Champions está más cerca.

Gorosabel y un nuevo ataque. Imanol apostó por un once en el que introdujo hasta cuatro cambios respecto al viernes en Pamplona, manteniendo la columna vertebral del mismo pero dando entrada en el lateral derecho a Gorosabel por Aritz y renovando los tres de arriba al jugar con Kubo, Sorloth y Oyarzabal en detrimento de Cho, Carlos Fernández y Barrenetxea. De esta forma, repitieron Remiro en la portería; Zubeldia, Le Normand y Aihen en defensa; y los tres centrocampistas, Zubimendi, Merino y Silva. Un once de gala para un duelo de Champions que era una final.

En el Real Madrid, Ancelotti dejó en casa a última hora a Benzema para que descansara para la final de Copa del sábado y la cita europea ante el Manchester City, que se unió a las bajas de Alaba, Camavinga, Modric y Vinicius. Sin duda era una buena oportunidad de meter mano al conjunto blanco, pero luego había que jugar de esa manera.

Dos ocasiones clarísimas. El partido arrancó a una intensidad muy alta, con un Real Madrid que en defensa asumía el riesgo de quedarse atrás tres contra tres para lanzar a Carvajal al centro del campo y presionar desde arriba, y una Real a la que le costaba encontrar al hombre libre con el que girar para ponerse de cara a la portería de Courtois.

Cuando lograba superar la primera presión merengue, éstos se replegaban bien en 1-4-5-1 para juntarse y tener metros por delante para explotar la velocidad de Rodrygo por la izquierda, que hizo una hora notable de juego.

A pesar de esa situación, el cuadro txuri-urdin no tuvo dudas para ir alto con Silva o Merino como segundos hombres en la presión y lanzar a Aihen sobre Carvajal. Después de un córner cabeceado por Militao para que Remiro sacara una mano providencial, la Real tuvo unos buenos minutos con hasta cuatro llegadas con peligro.

La primera, en una combinación entre Kubo y Silva para que Gorosabel profundizara por derecha y centrase atrás, pero el remate de Sorloth lo bloqueó inextremis Militao. La más clara llegó en un córner al primer poste botado por Kubo para que Sorloth tocara de cabeza y Zubimendi la estrellase en el larguero. Hubo una tercera en una carrera de Sorloth por la derecha en la que ganó a Rudiger, cedió a Silva pero el remate del canario lo estrelló en el cuerpo de Courtois. La Real marcaba territorio.

La última de esas aproximaciones llegó después de una recuperación adelantada de Oyarzabal ante Carvajal. El eibartarra se metió en el área y fue derribado por Militao. Que Pulido Santana no la viese puede entenderse, pero Ignacio Iglesias Villanueva desde el VAR volvió a no pulsar el botón por tercera vez en mes y medio. No lo hizo en Mallorca para avisar a Martínez Munuera de que el gol de Le Normand era legal ni en San Mamés para advertir a Soto Grado de la mano de Vesga dentro del área a disparo de Merino.

Antes del descanso, más allá de un disparo lejano de Rodrygo sin problemas para Remiro y un cabezazo desviado de Militao en una falta lateral, ambos equipos firmaron una pequeña tregua.

Presión y Barrenetxea. Nada más coger fuerzas tras el descanso la Real salió con la misma idea de ir a buscar arriba a su rival y al empezar encontró premio en una buena acción defensiva de Sorloth que forzó el error de Militao en su cesión a Courtois y que Kubo, que siempre está con el cuchillo entre los dientes, aprovechó para marcar el 1-0. Nueve goles lleva -contando un segundo en Cornellá- a sus 21 años, unas cifras al alcance de muy pocos en la Liga.

Con tanto en juego, el mérito estuvo en no dar un paso atrás y mantenerse altos sobre el terreno de juego. Un disparo de Kroos antes de la expulsión de Carvajal fue la única opción visitante porque después salió Barrenetxea para sentenciar el duelo. El donostiarra está a un nivelazo y después de tensar una y otra vez a Lucas Vázquez por su banda aprovechó un cambio de orientación de Silva para encararle y batir a Courtois por el primer palo.

La fiesta se desató en el Reale Arena con Tamborrada, Txoria Txori y gritos de ánimo hacia Osasuna por su final del sábado. La Champions está encarrilada pero no hay que bajar la guardia.