Por mí y por todos mis compañeros

Cumplida la sanción, Imanol Alguacil volvió a apostar por Merino en la medular del cuadro txuri-urdin, acompañado por David Silva y Martín Zubimendi en la zona ancha del campo. Así las cosas, tan solo diez minutos de juego le bastaron para hacer gala del jocoso mote con el que le apelan en el vestuario, 'el conde'. La carta de presentación en su retorno al equipo se tradujo en tres disparos a portería y un gol en nueve minutos.

En el primer intento se topó con el palo derecho que ayer defendió Cárdenas, en un disparo raso y seco que se sacó con su pierna menos hábil, la derecha. Pero en la segunda jugada de ataque de la Real, el balón terminó besando el fondo de las mallas. La acción comenzó con un robo y disparo del propio Merino que desvió el guardameta granota cuyo rechace cazó Oyarzabal para servir atrás al navarro, que llegando desde segunda línea ponía en ventaja a los txuri-urdin marcando su segundo gol del curso.

El tanto no hacía más que confirmar un arranque arrollador por parte del cuadro guipuzcoano, que pudo doblar su ventaja en el ecuador de la primera parte. Porque de bien nacido es ser agradecido, el '8' realista devolvió el favor al eibartarra con un robo en la salida del balón del Levante para que Coke cometiese penalti sobre Oyarzabal cuando éste estaba a punto de embocar a portería.

En una de las versiones más ofensivas que se le recuerdan, Mikel Merino monopolizó todas las acciones de peligro de la Real de los primeros 45 minutos, en los que solo Isak, con un mano a mano que no supo resolver, pudo aportar al ataque local. Dos cabezazos más a sendos saques de esquina se marchaban fuera por escasos milímetros antes del tiempo de asueto.

El Levante hasta entonces era un muñeco de trapo en manos de un Merino que manejaba a su antojo el ritmo del partido. Aparecía por todos lados y a su vez no estaba en ningún sitio, indetectable para los hombres de Paco López. Robando en el centro del campo y lanzando en carrera a Januzaj para que el belga definiese delante de Cárdenas o terminando él mismo las acciones como en el gol anulado nada más reanudarse el segundo periodo, en el que solo el fuera de juego posicional de Isak le privó de celebrar un doblete.

El centrocampista navarro terminó jugando al escondite con el cuadro granota y cantando 'por mí y por todos mis compañeros' para darle los tres puntos a los de Imanol. Ni si quiera una falta peligrosa cometida al borde del área de Remiro en los instantes finales empañó un encuentro de auténtico conde.