El mayor triunfo
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El aficionado se ha enamorado de esta Real porque, más allá del resultado, nunca le defraudaLa Real vivirá mañana un momento único con la visita a Nápoles. Se convertirá en el primer equipo del mundo en jugar en el Diego ... Armando Maradona y hay que estar a la altura de la historia, del rival y del escenario. Durante muchos años hemos visto estos partidos con la sana envidia de protagonizarlos y ese día ha llegado. Por eso entiendo que la sola posibilidad de escribir una página dorada de nuestro fútbol es suficiente gasolina para soñar a lo grande. ¿Presión? La tendrá el Nápoles, que acostumbrado a jugar la Champions aún no tiene asegurado el meterse entre los 32 mejores de la Europa League.
Hablaba el otro día Imanol de la carta que una familia de Andoain le había hecho llegar para dar las gracias al equipo por todo lo que le estaba haciendo disfrutar. La vida y el fútbol van tan rápido que hay pocas ocasiones para ser agradecidos, y éste es un buen momento. En la víspera de una gran batalla. Aunque lo saben de sobra, no está de más recordarles que estamos orgullosos de ellos, no tanto en el resultado como en el comportamiento. Pocas veces me he ido a casa tan dichoso de ser de la Real como en el 2-3 contra el Granada en Anoeta de la temporada pasada. Partidos como ésos nos han traído hasta aquí.
Recuerdo en una visita al estadio del Manchester City con Javi Garrido que en el túnel de vestuarios podías leer en grande 'Pride in battle' -orgullo en la batalla-, para que ninguno olvidase lo que se juegan en el césped: que la grada se sienta orgullosos de ellos. «Representar el escudo», que dice Imanol. Y esa batalla ya la han ganado sobradamente. Porque nadie sabe que sucederá mañana pero sí tenemos la certeza de que no nos van a defraudar. Y ese es el mayor triunfo que la Real ha logrado estos dos años.
Un grupo de Champions. Los héroes nunca lo han tenido fácil. Su leyenda procede de pelear contra la adversidad. Y desde el mismo día del sorteo entendimos que habría que sudar sangre para pasar. El Nápoles lleva diez años seguidos en Europa y ha jugado siete de las últimas nueve ediciones de la Champions. Nadie ha estado más cerca de la Juventus en la última década y ahora mismo es tercero en la Serie A por detrás de Milán e Inter.
El AZ Alkmaar es el campeón moral de la pasada Eredivisie. En los Países Bajos así le consideran, ya que marchaba empatado con el Ajax en lo alto de la tabla cuando se suspendió la competición por el coronavirus y le había ganado los dos partidos. A diferencia de aquí, allí no se reanudó la liga y se declaró nula. Hoy el Ajax se juega ante el Atalanta el pase a octavos de la Champions cuando hace nueve meses, el 1 de marzo, el AZ le dio un baile en el Cruyff Arena (0-2) con el mismo equipo de ahora salvo Idrissi.
Además, tener a un croata como cenicienta de grupo es mal negocio. Para empezar porque venía de cargarse a domicilio al Copenhague, un clásico de Europa con cuatro participaciones en Champions en la última década. Ahora mismo en Croacia es el máximo rival del Dinamo de Zagreb, que en el grupo K ya ha pasado como primero por delante de rivales como el Wolfsberger austriaco, Feyenoord y CSKA Moscú. Con todo el respecto, no es aventurado decir que a la Real le ha tocado un grupo más propio de Champions que de Europa League.
Otro campo histórico. La visita a Nápoles puede igualarse por su alcance histórico en la Real a las realizadas a los seis campeones de Europa a los que se ha medido hasta ahora: Liverpool, Inter, Celtic, Hamburgo, Juventus y Manchester United. El conjunto italiano nunca levantó la Copa de Europa pero cuando ganó los dos 'scudettos' en los ochenta con Maradona era 'de facto' el mejor del continente hasta que empezó la época gloriosa del Milán.
En esos seis estadios cayó el conjunto blanquiazul, aunque en Celtic Park superó la eliminatoria por la ventaja que traía de Atocha. Es una muestra para entender el desafío de mañana y la magnitud del logro que puede alcanzar. A la Real le falta ganar en una gran plaza europea y ahora puede hacerlo.
Fortaleza visitante. Si el pasado nos revela la dificultad del reto, el presente nos recuerda la capacidad para lograrlo. El conjunto de Imanol llega con una racha de once partidos oficiales fuera sin perder. Es la segunda mejor en la historia del club, a tres encuentros de la que alcanzó el de Ormaetxea entre septiembre de 1979 y febrero de 1980. Entonces, entre las derrotas en Milán y en el Camp Nou en Copa, enlazó catorce partidos sin caer, con cinco victorias y nueve empates. Aunque entre ellos estaban dos de Copa ante el Bilbao Athletic y la Peña Sport.
La última derrota data del 29 de junio en Getafe. Desde entonces la Real ha ganado en Villarreal, Elche, Villamarín, Vigo, Rijeka y Cádiz, con empates en Levante, Wanda, Valladolid, Alkmaar y Vitoria. No es una mala tarjeta de presentación para una cita tan grande.
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