Odegaard, uno más ante el Real Madrid

Más allá de partes médicos, son las sensaciones que transmite el jugador las que evidencian que está para jugar. Odegaard, de hecho, señaló anoche que «estoy mucho mejor. He entrenado con el equipo y con buenas sensaciones» y «espero poder participar» contra el Real Madrid, dijo en una entrevista en la Cadena Ser. «Jugué con molestias (ante el Levante) pero después parar un poco era la decisión correcta y ahora me siento mucho mejor». Así lo demostró en el entrenamiento del martes, en el que se mostró ágil en los regates con balón, rápido en los esprints y seguro a la hora de golpear el balón en un variado circuito personalizado en el Z1 para él solo. Siempre con cara alegre, sonriente. El miércoles, por su parte, no solo se incorporó al trabajo del grupo, sino que completó todo el entrenamiento -podía no hacerlo- junto a sus compañeros. Y al mismo ritmo. Sin concesiones. No quiso parar antes, siquiera por prudencia. Ya la ha tenido hasta ayer.

El noruego llegará al encuentro del Bernabéu tras cumplir con unos plazos de recuperación conservadores para el tipo de lesión sufrida. Saltar al césped la noche del sábado no será una temeridad médica. Según el parte del club, el noruego presentó «una contusión, con edema óseo, a nivel del hueso calcáneo del pie derecho, secundaria a un traumatismo sufrido durante el partido Celta-Real», del 27 de octubre. Ni siquiera después de aquel partido se consideró necesario parar, y jugó titular tres días más tarde en el Reale Arena contra el Levante. Pudo disputar los 90 minutos, aunque no ofreció su mejor versión. A partir de ahí, sí empezó un tratamiento de fisioterapia y no ha vuelto a ejercitarse con normalidad, ni en partido, ni en entrenamiento, hasta ayer. Solo reposo y ejercicios suaves en piscina y gimnasio.

Su condición física tampoco supone una preocupación para el club. Empezaba a inquietar incluso su acumulación de minutos. Lo jugó todo en las once primeras jornadas. Así que un parón de dos semanas, lejos de perjudicarle, ha podido incluso contribuir a corregir la incipiente fatiga que empezaba a acumular.

Desde que llegara a San Sebastián, Odegaard ha lucido la ambición propia del futbolista que quiere crecer para hacer grandes cosas, pero esta semana siente una motivación extra. Visita al club que le fichó con 16 años y a donde tendrá que volver una vez finalice la cesión en la Real. No ha ocultado que algún día le gustaría brillar en el Madrid y quiere dejar una grata sensación al público y al palco del Bernabéu. A estos factores se suma la necesidad del equipo de incrementar su creatividad en la zona de tres cuartos.

Así como las opciones de Odegaard de jugar en Madrid han ganado enteros en los últimos días, las de Mikel Merino están en suspense. El navarro no se entrenó ayer después de que se le saliera el hombro el martes. Él mismo se mostró optimista para «darle la vuelta» y poder estar disponible el sábado, pero de momento se desconoce si su hombro se lo permitirá. Hoy tiene margen, pero el entrenamiento de mañana será clave.