¿Está Harry? Que se ponga

El Alexander Isak al que se comió con patatas el jueves en Turín era otro. Se parecía al que ayer metió tres goles al Alavés, pero no podía ser el mismo. Maguire llamó a De Gea para preguntar. ¿Nosotros jugamos contra el Sociedad, no? ¿Y estos son la Real, no? Es lo mismo, le aclararía el portero. Vaya, vaya. Qué cosa.

El sueco marcó tres goles en una hora y no metió más porque Imanol le quitó para que no desperdiciara ninguno y se los guarde para el jueves en Manchester. Isak iguala a John Aldridge y Darko Kovacevic al marcar en seis jornadas de Liga consecutivas. Llevaba seis goles en las cinco anteriores, con lo que se coloca con nueve en los seis últimos y pasa a ser el máximo goleador del equipo, con doce dianas.

No es que a Maguire se le atragantase el café, porque ganaron 0-4 el jueves y pudo ver cómo el Alavés concedió más facilidades al sueco –sobre todo en los dos primeros goles– de las que puede soñar encontrarse en Old Trafford. Pero llegados a este punto y sin nada (más) que perder, a la Real Sociedad le quedan dos opciones: la académica y la disparatada. Y no hay color, abrazados a la locura hasta la derrota final.

El hat-trick de Isak no permite hacerse ninguna ilusión, porque la eliminatoria está más que perdida, pero sirve para confirmar que lo de Turín fue un accidente, que no describe en absoluto la realidad de este equipo. Tras la peor derrota, la Real no plegó velas sino que se ató al mástil y siguió navegando con el rumbo marcado, sin escuchar cantos de sirena.

Isak marcó porque la defensa del Alavés dio las mismas facilidades que la Real Sociedad concedió al Manchester United el jueves. Parecieron equipos de diferentes categorías. El sueco se llevó el balón a casa porque los hombres de más talento le empujaron a ello y le pusieron en boca de gol solo para rematar. La fórmula más vieja del fútbol. Cuando se juntan los mejores, gol seguro. Isak concretó, sucesivamente, tres envíos de Merino, Silva y Oyarzabal, lo que ahorra cualquier explicación adicional.

Se une en la lista de realistas que han marcado en seis jornadas de Liga seguidas a Aldridge y a Kovacevic, dos leyendas. Dos de los cinco mejores fichajes de la historia de la Real, con Karpin, Kodro y Vela. Isak aún no ha adquirido esa estatura –tiene 21 años y lleva solo un rato en el club–, pero cuando entra en racha es un ciclón. Le sucedió la temporada pasada en el tramo decisivo de la Copa y le está pasando ahora, desde principios de 2021.

Isak vuela. Florece Silva. Domina Merino. Destroza todo lo que se le pone por delante Oyarzabal. O sea, lo normal. No lo del jueves.

No hay ninguna posibilidad de remontar la eliminatoria contra el Manchester United, pero es obligatorio que, por enredar, hoy mismo Isak coja el teléfono, llame a Old Trafford y pregunte por Maguire, para contarle un par de cosas. ¿Está Harry? Que se ponga.